Segunda temporada de ’13 Reasons Why’: Historias interconectadas

Este es nuestro recap de la segunda temporada de la serie ‘13 Reasons Why‘ (‘Por 13 Razones‘), si lo que estás buscando es una crítica sin spoilers, la tienes aquí. Ahora, hablemos de lo que ha pasado en estos nuevos 13 capítulos.

Con su habitual superioridad moral, Clay Jensen (Dylan Minnette) ha sido de nuevo el protagonista de esta temporada en la que prima el juicio contra el colegio, debido a la demanda que presenta Olivia Baker (Kate Walsh), la madre de Hannah (Katherine Langford). A través de estas sesiones judiciales conocemos algo más de la historia que se quedó en el tintero la pasada temporada porque Hannah decidió no contarlo todo en sus cintas. Esta vez tenemos un ritmo mucho menos vertiginoso, pero la misma sensación de que estamos al borde de un precipicio del que finalmente no caemos. A medida que van pasando Tyler (Devin Druid), Courtney (Michele Selene Ang), Ryan (Tommy Dorfman)… por el estrado, el caso contra el colegio se va debilitando cada vez más, porque la realidad es que todo el mundo tiene cosas que esconder y no todos están dispuestos a revelar sus secretos y sus vergüenzas más íntimas para honrar la memoria de una chica muerta. A pesar de eso, todos culpan al colegio y, sobre todo, a Bryce Walker (Justin Prentice) y su grupo de malotes. Es con él y con cómo se revuelve su círculo de confianza con el que vamos avanzando poco a poco en la temporada pero, como siempre en esta serie y en la vida mismo, too little, too late.

A pesar de que todos los protagonistas saben de la culpabilidad de Bryce, en el colegio nadie parece haber defendido a las víctimas. Incluso algunos de los pocos personajes femeninos que hay en esta ficción consiguen ponerse del lado de los agresores por pura vergüenza y malestar consigo mismas. Como la pescadilla que se muerde la cola son incapaces de cerrar el círculo vicioso.

Después de varias polaroids que aparecen de repente dando pistas a Clay, algo que parecía ser la trama principal de la temporada viendo las promos, que utilizaron estas mismas polaroids para «pintar» la verdad sobre los rostros de los protagonistas, descubrimos por fin The Clubhouse. Este infame lugar es donde ocurrieron gran parte de los abusos y violaciones que perpetraba el equipo de ¿béisbol? ¿fútbol americano? Porque si os habéis fijado estos chicos juegan un poco a todo. Lo que sea.

Fue Zach (Ross Butler) el responsable de esta pequeña trama, que nada tenía que ver con las amenazas al resto de los testigos que realizaron Monty (Timothy Granaderos) y la propia Chloë (Anne Winters). En cambio, a pesar de que en el caso del primero se entiende a la perfección por qué el personaje actúa como actúa, con los otros dos nos quedamos un poco cojos. Hemos tenido la oportunidad de conocer a Zach a lo largo de varios episodios, la narración de Hannah en la primera temporada y su propia experiencia, contada en primera persona cuando se sube al estrado.

Por su parte, la manera en la que Chloë decide primero hablar y después echarse para atrás cuando está en pleno juicio, hiriendo por tanto su credibilidad y la de Hannah, Jessica (Alisha Boe) y el resto de afectadas, se nos queda fuera de contexto. No es hasta el último capítulo que descubrimos que está embarazada de Bryce, posiblemente por la(s) violacion(es), ya que dijo que normalmente lo hacía con condón. Y somos nosotros quienes tenemos que interpretar por qué, ante una prueba más de que su novio abusó de ella, decide quedarse con él y traicionar a su amiga. Tenemos que suponer que lo hace por miedo, por pura intimidación, que no necesita ser violenta. Podemos intuir que lo hace por necesidad económica, ya que se señala en otro episodio que la chica viene un un «hogar roto». En cambio escogen no contarlo y dejarnos que imaginemos, ¿historia para la próxima temporada?

Al final, resulta que Olivia Baker pierde el juicio, el jurado no considera al colegio culpable por lo ocurrido. Pero la resolución de la trama es peor aún cuando, tras haber denunciado a Bryce de manera formar el la policía, le declararan culpable pero solo le obligan a cumplir 3 meses de libertad condicional. Mientras tanto, como el violador ya le adelantó a Justin (Brandon Flynn) cuando les detuvieron a ambos, él paga por los dos y se pasa 6 meses en la cárcel para jóvenes, donde vuelve a hacerse adicto a la heroína. Todo por no hacer nada mientras violaban a su novia, porque no fue capaz de superar la intimidación y la dependencia que sentía por un amigo que era el único que cuidaba de él desde hacía una década. Una prueba más de lo que quiere contar la serie esta temporada: el sistema no funciona.

A diferencia de la temporada pasada, esta se han asegurado de dejar bien abiertas varias tramas muy relevantes. Además de esta que ya hemos mencionado, la de Jessica, Justin y Alex (Miles Heizer), el triángulo amoroso que nunca puede faltar en cualquier trama adolescente. Y por supuesto, Tyler… Lo que ha ocurrido con este personaje en el último capítulo de la temporada ha sido un auténtico horror que nunca deberíamos haber visto en pantalla. Absolutamente innecesario, horroroso y profundamente desagradable. Quizás no les quedó claro en la primera temporada que poner un aviso al comienzo del capítulo y luego mostrar una escena tal cruda no es suficiente. Finalmente, esto ha desencadenado algo que veíamos venir desde la primera temporada. Tyler se prepara para un tiroteo en el Baile de Primavera, pero Clay consigue convencerle de que no lo haga y le mete en un coche con Tony (Christian Navarro) antes de que llegue la policía. Qué es lo que van a hacer ahora se escapa de mi entendimiento, porque a pesar de que Tyler no ha llegado a hacer nada realmente grave, sí que está en posesión de armas que no se sabe de dónde ha sacado. Una de ellas, la que se ha quedado Clay esperando a la llegada de la policía.

La serie ha conseguido mantener el interés para contar algo más, demostrando que Netflix confía en la ficción con toda su fuerza. En cambio, da la sensación de que esta segunda temporada no ha tenido el grandísimo impacto que tuvo la primera, quizás para mejor. La plataforma de streaming aún no ha confirmado nada, pero hay muchos que esperan ya un anuncio de renovación en cualquier momento de este mes, para que se pueda empezar la producción ya en junio. Nosotros no sabemos si una tercera temporada podría resultar un intento más, quizás de nuevo erróneo, de banalizar conceptos y situaciones reales que afectan a mucha gente.

¿Qué os ha parecido a vosotros la temporada? ¿Creéis que debería haber una tercera? ¿Qué pensáis de los temas que trata la serie y cómo lo hace? ¿Cómo creéis que podrían arreglarlo?

¡Nos vemos por aquí!

Marina Ortiz
ADMINISTRATOR
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