The Handmaid’s Tale 2×12: Postpartum

Después del terrible (y empoderador a la vez) capítulo de la semana pasada, June (Elisabeth Moss) vuelve a la casa de los Waterford esta semana para enfrentarse a su nueva realidad. Paralelamente Emily (Alexis Bledel) da comienzo a otra nueva etapa en otro hogar tan escalofriante como misterioso. Hablemos de los ocurrido.

Esta semana las cosas han bajado el ritmo, como era de esperar, y aún así nos hemos ido con una terrible muerte a casa. Si pensábamos que habíamos visto ya todos los macabros castigos de Gilead estábamos equivocados. Ahogar a infieles en una piscina olímpica, con público, es la nueva… y se lo ha llevado Eden (Sydney Sweeney). Una pena, porque su personaje nos daba un lado maternal y natural de June que hasta ahora habíamos visto poco. Además, su historia de amor frustrada, finiquitada con las famosas citas de San Pablo a los Corintios (el amor es ciego, es amable, no es egoísta ni se jacta…) ha sido muy impactante de ver. Incluso para Serena (Yvonne Strahovski), a quien tan pronto la vemos transformada en un animal sin sentimientos como en una mujer sencilla y sensible.

Después de un intento infructuoso de amamantar a su hija, finalmente Serena parece haberse calmado y le ha permitido a June hacer los honores. Estaba claro que sacarse la leche de manera artificial no ayudaba a nadie y las cosas se estaban complicando para todos estando la Criada en casa.

Lo que Serena no sabe es que su marido ya está de nuevo aprovechándose de la situación y vuelve a querer que June coma de la palma de su mano. Tras pedirle que le agradeciera con sexo lo que hizo por ella, Offred consigue escabullirse al mismo tiempo que mantiene su «máscara» pidiéndole jugar al Scrabbel. Como siempre, esos primeros planos que parecen decir tanto nos revelan algún tipo de plan, pero no podemos hacer más que imaginar.

También es verdad que después de la terrible experiencia que ha supuesto ver cómo Eden e Isaac (Rohan Mead) eran asesinados, quizás ha cambiado el humor para todos, incluido el Comandante Waterford (Joseph Fiennes).

Por otro lado, Emily llega a la casa del Comandante Lawrence (Bradley Whitford) para encontrarse que este es un tarado. A su Martha le falta un ojo y está claro que su mujer tiene algún tipo de problema psicológico. Las paredes y los pasillos llenos de cuadros y objetos y las mesas cubiertas de libros y otro tipo de cosas que no es habitual ver en Gilead. Está claro que el señor se ha estudiado el pasado de su nueva Criada, no solo en su nueva vida sino previamente, cuando era profesora de universidad y estaba casada con una mujer. Sus intenciones no han quedado claras, pero sí se ha podido entrever que, de la misma manera que Waterford, este es un auténtico déspota. Dispuesto y capaz a pegar y maltratar a las mujeres de su casa cuando las cosas no salen cuando él espera, pero tan infantil y caprichoso que podría resultar hasta fácil de manejar.

Su mujer, la señora Lawrence, parece habernos descubierto algo nuevo de Las Colonias. Si Tía Lydia (Ann Dowd) decía previamente que este Comandante era el responsable de la economía de Gilead y después oímos a la señora gritar improperios contra su marido por su idea sobre las Colonias… Ya nos imaginábamos que, como en el libro Hoyos, las mujeres enviadas a este campo de concentración no estaban excavando para nada, pero ahora nos preguntamos… ¿qué es exactamente lo que sacan de esa tierra? ¿Residuos nucleares? ¿Cómo puede eso poner en marcha una economía?

Esperamos vuestras teorías y nos vemos aquí la semana que viene para el último capítulo de la temporada… qué corta se nos ha hecho, ¿eh?

Os dejo el tráiler de la semana que viene acompañado de un pequeño extra, el inside en el capítulo 12.

Marina Ortiz
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