Modern Family 7×03: De venganzas, rupturas y momentos incómodos

La séptima temporada de ‘Modern Family‘ sigue alegrándonos con las peculiaridades de esta loca familia, que esta vez se divide entre la pelea con un enemigo del pasado, una mudanza un tanto incómoda y algún mal momento para la mediana de los Dunphy. Si no lo has visto te recomiendo que vuelvas más tarde porque este post contiene ‘spoilers‘.

Después de seis temporadas disfrutando con las surrealistas situaciones en las que esta familia se ve involucrada cada semana queda claro que además de ser moderna está muy unida. ¿Cuántos de vosotros veis a vuestros tíos y primos al menos una vez a la semana, sino diariamente? Tal vez nos hemos acostumbrado a relacionarnos solo con nuestra familia en ocasiones especiales que casos como los que vemos en la familia Pritchett nos parecen tan singulares si bien es verdad que muchos están conectados por sus obligaciones laborales.

El caso es que esta semana las unidades familiares se mezclan unas con otras por unas cuestiones o por otras (principalmente venganzas o conquistas) y a cuál más divertida. Por un lado, en casa de los Dunphy, Dylan (Reid Ewing) ha vuelto pisando fuerte, tanto que consigue quedarse a vivir en el sótano con Haley (Sarah Hyland) y es entonces cuando se demuestra que  no son tan modernos como podíamos pensar. Claro, una cosa es apoyar a tus hijos sean como sean y quieran lo que quieran y otra meter al “colgado” del novio de tu hija en tu misma casa. Desde luego hay límites que los padres tienen que poner por muy guays que sean y es que cuando ves cómo tu hija y su recuperado novio abusan de tu confianza metiéndose mano a cinco centímetros de tu persona es hora de decir hasta aquí hemos llegado. En serio, el momento sofá-peli-manta ha sido de lo más extraño e incluso se podía llegar a pensar que los chicos les estaban poniendo a prueba. No hay que ser muy inteligente para saber que ya que tu familia ha accedido a que tu novio viva contigo por la gorra lo mínimo que debes hacer es comportarte en condiciones delante de ellos y no como si en vez de tus padres y suegros fueran tus compañeros de piso. Tal vez esto indique que ha llegado la hora de que Haley deje el hogar familiar; la chica ya tiene su trabajo y es lo suficientemente mayor como para valerse por sí misma, ¿no creéis?

Por otro lado el matrimonio Pritchett-Tucker también vive sus tramas por separada y mientras que uno cae en la trampa del archienemigo de su padre el segundo sigue intentando mantener la compostura en su puesto de trabajo como entrenador del equipo de fútbol del instituto pero cada vez se hace más evidente que no es su lugar. Ciertamente la tradición de emparejar a una animadora con un jugador para que la chica le trate como un rey resulta muy chocante en el presente por su tufillo machista y era difícil de creer que Cameron (Eric Stonestreet) apoyara dicha tradición. La verdad es que la actitud de Gloria (Sofia Vergara) en este episodio es a la que recurren los guionistas cada vez que no saben qué hacer con ella y no es otra que la de madre sobreprotectora de Many (Rico Delgado) y que tras tantos episodios, reconozcámoslo, no hace la misma gracia que en su momento. Mientras tanto Mitch (Jesse Tyler Ferguson) y Jay (Ed O’Neill)han conseguido aliarse para jugársela  al que se la ha intentado jugar a ellos en una situación que no parece llevar a nada pero cuyo momento álgido, en la oficina de Closets, closets, closets, closets (magnífico nombre que desde luego deja claro a qué se dedica la empresa), gastando una gamberrada al dueño que tan mal se portó con Jay en su momento, ha sido de lo más entretenido.

Por último, los más jóvenes de la serie (amén de Lily (Aubrey Anderson-Emmons) y Fulgencio(Pierce Wallace)) viven sus propias aventurillas adolescentes y es que pese a las dudas que se levantaron con la decisión de enviar a Alex (Ariel Winter) a la universidad está claro que seguirá siendo una parte importante de la temporada. Por supuesto, la universidad de la chica les da una excusa a las hormonas andantes que son Luke (Nolan Gould) y Many para completar su ilusión de tener algo con chicas universitarias.  A pesar de la pena que nos han hecho sentir por Alex en este capítulo es posible que terminar su relación con Sanjay haya sido la mejor decisión que podían tomar los guionistas y es que puede ser muy interesante ver qué rumbo toma ahora la vida de la mediana de los Dunphy, que esperemos que se decida a vivir la experiencia universitaria. No sé a vosotros pero a mí me encantaría verla fuera de su zona de confort, asistiendo a fiestas y relacionándose con gente de todo tipo en el campus.

En lo que respecta a Luke y Many parece que llevamos viéndolos juntarse para ligar desde que tenían doce años, por lo que tampoco se puede decir que haya sido el colmo de la originalidad pero sí que se entrevé cómo está madurando Luke. Aunque, por otro lado, ¿quién dejaría a su hermana llorando para ir a enrollarse con otra persona? Lo que sorprende es que Many haya pasado de su sobrina. Lo achacaremos a su chasco con la animadora de turno porque con dieciséis años debe ser muy duro que una chica no te decore tu taquilla lo más hortera posible, son cosas que dejan huella en el camino hacia la adultez.

En general, el capítulo ha estado divertido, con algunos puntos bastante graciosos y con otros en los que se agradece el intento. Desde luego la serie sigue en buena forma y por ahora solo podemos pedir que, por favor, vuelva Andy a nuestras vidas que no es que no queramos a Dylan pero una vez que hemos conocido al personaje interpretado por Adam Devine no podemos olvidarnos de él. ¿Qué opináis vosotros? ¿Os ha gustado el episodio o creéis que ha estado más bien flojo? ¿Os gusta el rumbo que está llevando esta temporada? Dejadnos todas vuestras impresiones en la sección de comentarios.

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