Se nota que el final de la segunda temporada está al caer, porque el clima en ‘The 100’ no podría ser más tenso. Si todavía no has visto el capítulo, no sigas leyendo a no ser que quieras encontrarte con más de un ‘spoiler’.

Clarke (Eliza Taylor) sigue arrastrando – y acumulando – las consecuencias de lo que conlleva dejar morir a la mitad de su gente para poder salvar a la otra mitad, y es que por mucha influencia que Lexa (Alycia Debnam Carey) ejerza sobre ella, Clarke todavía no es capaz de separar la línea de lo que debe hacer de la de lo que desearía hacer, por mucho que lo intente y por muy necesario que sea en la posición en la que se encuentra. Por esa misma razón, las acciones de Clarke me resultan más acertadas que las de cualquier otro líder que hayamos visto en la serie, porque no actúa con frialdad, sino pensando realmente en las consecuencias y sopesando todas las opciones, haciendo lo que sea necesario por mucho que eso implique arriesgar la vida de las personas a las que aprecia – véase Bellamy (Bob Morley).

No hay más que pensar en lo fácilmente que Lexa se consideró una carga para Clarke cuando se encontraron con ese gorila gigante y, sin embargo, Clarke se negó a dejarla atrás y consiguió salvar la vida de ambas. Y sí, Lexa le está enseñando muchas cosas, pero creo que Lexa también podría aprender un par de cosas de Clarke. Si contáis el número de veces que nombro a Clarke podréis haceros una idea aproximada de lo mucho que la amo.

Me ha encantado la forma en que Kane (Henry Ian Cusick) ha abierto los ojos de Abby (Paige Turco) con respecto a las decisiones que estaba tomando su hija. Y todo eso mientras una piedra de tamaño coniderable le aplastaba el pecho y una viga no mucho más pequeña le hacía de torniquete en la pierna. Admirable.

Creo que Abby era la menos indicada para reprocharle cosas a Clarke, porque ella – entre otras cosas – condenó a muerte a su marido sin miramientos y más tarde esa decisión no sirvió para mucho. Al menos esperemos que el enorme sacrificio que hizo Clarke sí siva para algo.

Y mientras Clarke, Lexa y Lincoln (Ricky Whittle) buscan al francotirador que sigue empeñado en no dejar rastro de Ton DC, los escasos supervivientes al misil intentan permanecer ocultos mientras Octavia (Marie Avgeropoulos) hace evidentes su iniciativa y capacidad de liderazgo una vez más. No me extraña que cada vez esté más integrada con los ‘grounders’ ni que estos empiecen a respetarla ya como a uno de los suyos, porque se lo está ganando a pulso.

No recuerdo exactamente si el enfado entre Indra (Adina Porter) y Lincoln iba más allá de la supuesta traición de él a su pueblo o era simplemente eso, pero, ¿no os da la sensación de que siempre exigía más de él que del resto? Cuando Indra ha dado la enhorabuena a Octavia por su buen trabajo y Lincoln se ha quedado esperando por lo mismo, ¿no os ha parecido ver en ambos algo totalmente diferente? ¿Reconocimiento, tal vez? Probablemente no me haya explicado muy bien y puede que esté loca, pero me da la sensación de que entre estos dos hay más historia de la que se ve. ¿Puede que sean madre e hijo? Eso explicaría la decepción de Indra, el no querer tener nada que ver con Lincoln pero a la vez vigilarlo siempre muy de cerca. Sea lo que sea, esté o no equivocada, su abrazo me ha parecido muy significativo. Y me ha encantado.

En la montaña las cosas no están mucho mejor, porque Wallace Jr (Raymond J. Barry) todavía cree en sus posibilidades y no está dispuesto a renunciar a su nueva vida en el mundo exterior con facilidad.

Jasper (Devon Bostick) sigue dirigiendo al grupo y parece que, por el momento, no se le da mal. Aunque claro, han ganado una batalla, pero todavía estamos esperando a que se produzca la auténtica guerra. No sé cómo se las van a arreglar para aguantar hasta que Clarke y el resto consiga llegar a la montaña, porque por mucha ayuda que ahora tengan en el interior y por mucha luz que hayan visto al final del túnel con este giro de los acontecimientos, todavía están en minoría, y ahora que los hombres de la montaña saben que se enfrentan a jóvenes dispuestos a matar a sangre fría a cualquiera que se interponga entre ellos y su libertad, es muy probable que cambien su modo de actuar sobre ellos.

En realidad, todo sigue dependiendo de Bellamy. Él es la clave tanto para los de dentro como para los de fuera. Sin él, Clarke y su ejército no pueden entrar, y sin él, las posibilidades de sobrevivir en la montaña son mucho menores. Aunque ver lo bien que se desenvuelve este hombre en cualquier situación es bastante prometedor. ¿No os encanta que el primer impulso de todos al verle sea abrazarle? Le aman, se sienten protegidos cuando ven su hermoso rostro. ¿Cómo no iban a hacerlo? ¿Qué pasará cuando se reencuentre con Clarke? Seremos testigos del mejor abrazo de la historia, lo preveo. Y más viendo lo mucho que está ensayando Bellamy.

Afortunadamente – y de forma excepcional – no hemos tenido que despedirnos de ningún personaje importante, por mucho que algunos, como Kane o Indra, hayan tonteado con la muerte. Supongo que se querrán reservar todas las vidas para que en el último capítulo de la temporada nos pasemos llorando el tiempo hasta que comience la tercera.

¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Se os ha roto el corazón como a mí cuando Jasper ha preguntado por Finn (Thomas McDonell)? ¿Creéis que los guionistas nos odian? ¿Cómo veis el panorama en la montaña? ¿Lograrán salvarlos a todos? ¿Lloraremos muchas muertes? ¿Descubrirán a Bellamy o Clarke llegará a tiempo? ¿Estáis preparados? Porque la guerra se acerca…