Inicio de la 1ª temporada de Daredevil: El nuevo héroe del barrio

Al Universo Cinematográfico de Marvel (el llamado, por sus siglas en inglés, MCU) le faltaba un héroe de a pie. Teníamos esos grandes superhéroes, el dios fantástico, la mole de músculos imposible, la espía mortal, el súper soldado… Y el grupo de agentes que los respaldaban, con intrigas mundiales y, ya por último, extraterrenales. Había, entonces, dos alternativas seguras para conseguir este objetivo. Por un lado, tenemos a Spiderman. Tu amigable vecino Spiderman. Este personaje, hace un año, no estaba en manos de Marvel y ni siquiera formaba parte de su horizonte de expectativas. Así que quedaba otro. Uno que se cruzaba de vez en cuando con el Hombre araña, que compartían algún que otro enemigo y sabía bien las penalidades que le suceden a su alter ego cuando no van disfrazados saltando por los tejados. Era arriesgado, porque la intentona anterior de llevarlo a la ficción en carne y hueso resultó en un acabado irregular. Pero había que intentarlo. Así llegó Daredevil.

Daredevil llega avalado por tres frentes distintos: primero, la Marvel de los últimos años, desde Iron Man hasta Capitán América 2. Una Marvel que tiene muy clara cual es su linea y a qué público va dirigido (básicamente, a todo el mundo). Sin miedo a la pandilocura y al color, a la diversión y al atrevimiento, con un gran sentido del espectáculo. En segundo lugar, Netflix, que hasta la fecha ha mantenido un nivel importante en las series de producción propia. Y, para terminar, el nombre de Drew Goddard. Creció al cobijo de Joss Whedon y su resultado como guionista se puede ver en la fantástica Cloverfield, la aun más fantástica Cabin In The Woods y la regulera World War Z. Un trío infalible.

Pero, ahora, lo importante ¿qué nos podemos encontrar en el primer capítulo de Daredevil? Mucho diálogo. El establecimiento de las reglas de ese universo. Por un lado, el de Murdock (Charlie Cox) como ciego que no ve, pero siente a niveles hipersensibles. Aun no se ha verbalizado, pero la serie ya ha dejado entrever (esos planos en los que Page (Deborah Ann Woll) se refleja en las gafas de Matt) sus poderes. Hasta ahora, los ha usado más en sus labores de abogado. Porque este es un capítulo de iniciación, pero de iniciación en la abogacía. No se sabe, por el piloto, si acaso encontraremos una trama autoconclusiva por capítulo, un caso a lo How To Get Away With Murder que resolver, o todo estará hilvanado en una trama mayor.

Por otro lado, la existencia de los superhéroes en el mundo. Aunque no se hable de forma directa, esta Nueva York es la misma donde sucedió la primera película de Los Vengadores. Algo así como un segundo 11-S en el que la confianza por los héroes creció, pero también el miedo a estos y a posibles amenazas más allá de nuestra comprensión humana. Se puede ver pequeños detalles, sobre todo en el comportamiento de los mafiosos o en las circunstancias que les llevan a alquilar la oficina. La psicología de estos personajes (igual que los de S.H.I.E.L.D., que de hecho comenzaba ahí) es distinta a la nuestra. Ellos tienen que lidiar con seres todopoderosos. Por eso la aparición de Daredevil, un tipo que ataca al crimen organizado y a los mafiosos de poca monta, aunque vaya creciendo en la cadena trófica.

Más importancia ha cobrado Matt Murdock y Foggy Nelson (Elden Henson) que Daredevil y sus enemigos. Tanto es así, que Foggy tiene todas las papeletas para convertirse en el personaje secundario gracioso que roba protagonismo con subtramas paralelas. Ya decíamos que no hemos visto los orígenes del héroe, más allá de una escena inicial, un monologo envuelto en el catolicismo que siempre ha caracterizado al personaje y otro flashback sobre su infancia. De momento, la trama no ha revelado mucho sobre sus personajes. Sobre todo, del principal. Hasta el final del propio capítulo no vemos a Matt entrenando, por ejemplo.

Son muchas las preguntas que quedan en el aire, principalmente para el no iniciado en la vida y obras de Daredevil desde su creación hasta nuestros días. Qué poderes tiene, cómo pelea tan bien, qué infancia ha tenido, en qué trabajaba el padre. Poco vemos, en realidad, aquí. Lo que está claro es que se guardarán muchos ases en la manga para ir desperdigándolos por los capítulos de esta primera temporada. Pequeñas escenas con Matt de pequeño y la relación con su padre perlarán los restantes episodios.

Queda por hablar de Karen Page y la importancia en la trama como la visión del espectador. A través de ella se vehiculan todas nuestras posibles preguntas (¿cómo te peinas?) y gracias a ella descubrimos ciertos entresijos de Matt, Foggy y su labor como abogados, la parte más terrenal de la serie, por así decirlo. El otro punto relevante, aunque lo hemos visto muy poco, son las peleas. Unas coreografías muy bien pensadas, rodadas con precisión y pulso firme, pese a ser siempre a oscuras e incluso bajo la lluvia. Además, es una delicia ver a ese proto-Daredevil haciendo todo tipo de acrobacias para derrotar a sus rivales. Necesitamos más de estas. Necesitamos más Daredevil. Necesitamos más Marvel.

Diego Freire

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