Agents of S.H.I.E.L.D. 4×18: Distopía

El inicio de la cuarta temporada de ‘Agents of S.H.I.E.L.D.’ fue desastroso, pero ha merecido la pena pasar por todo el trámite del Darkhold para poder llegar a este tremendo arco argumental que se está marcando la serie de ABC. Lo que podría haber parecido un ‘what if’ momentáneo se está convirtiendo en el punto álgido de calidad narrativa de la serie. Y queremos elaborar el por qué a continuación.

Hay géneros que tienen rasgos naturales a estos mismos que bien pudieran ser considerados a veces males endémicos. En el género de superhéroes el ‘fan-service’ muchas veces bordea esa línea, entre lo que se espera de un producto y lo que se hace única y exclusivamente para edulcorar artificialmente el mismo. Pero cuando sale bien, todo son halagos. Y eso es exactamente lo que tenemos que hacer con ‘Agents of S.H.I.E.L.D.’, halagarla. Se ha utilizado el recurso de todo el universo alternativo del Framework para darle a los fans exactamente lo que quieren, pero de una forma ordenada e inteligente.

Los retornos esperados, por ejemplo. Podría haber sido esto un desfile continuo de personajes ya fallecidos reapareciendo en pantalla para aportar poco o nada, pero sin embargo se ha decidido espaciar de forma considerable el uso de este recurso para que cada retorno aporte lo suficiente por si mismo. Empezamos con Grant Ward (Brett Dalton) en el primer episodio del arco y ahora es Trip (B.J. Britt) el que hace su acto de aparición, ya en el tercero. Cada uno tiene su desarrollo y son cruciales para el desarrollo de la trama. Todo funciona como una máquina de relojería.

Todo ello mientras vemos a los personajes de siempre retornar a su personalidad de siempre, liberándose de las personalidades impuestas por A.I.D.A.: Phil Coulson (Clark Gregg) asumiendo cada vez más el liderazgo del equipo, Mack (Henry Simmons) tomando una postura proactiva, Daisy (Chloe Bennet) obteniendo de nuevo sus poderes inhumanos y May (Ming-Na Wen) viendo que HYDRA no es la respuesta a todo que esperaba. El único que permanece en las antípodas de su verdadero ser es Leo Fitz (Iain de Caestecker), en plena asunción de su rol como villano del arco argumental que también nos presenta a su padre y mentor.

Como la propia Madame Hydra (Mallory Jansen) explica, el Framework solo da a la gente lo que más quiere. Y en el caso de Fitz, esto es haber sido respetado y valorado por su padre en lugar de abandonarlo con diez años. Por ello tenemos en este episodio a Alistair Fitz (David O’Hara), el que fuera colega del ahora traicionado Holden Radcliffe (John Hannah), que le apoya y le aconseja en su posición de líder de la organización totalitaria HYDRA. Puede que no sea el Fitz que conocemos, pero está siendo el mejor momento del personaje en lo que va de serie.

También, de alguna forma, el Framework le ha dado al hasta el momento director de S.H.I.E.L.D. Jeffrey Mace (Jason O’Mara) exactamente lo que quería y necesitaba. Puede que haya fallecido y esta sea la última vez que veamos al personaje, para nuestra desgracia, pero se ha ido por todo lo alto. Si bien en el mundo real su identidad como El Patriota no era más que una fachada, un engaño publicitario que ocultaba a un hombre algo más cobarde de lo que todos piensan, en esta realidad asumió el rol como propio y murió protegiendo a los demás como siempre había querido hacer pero no sabía cómo. Estos pequeños detalles son los que están haciendo grandes a los capítulos.

Esperamos más, por supuesto.

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Capitán Valverde
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