Gracias a y AMC hemos podido asistir al preestreno del primer episodio de ‘Turn: Espías de Washington’, que se estrenará en el próximo sábado 18 con una maratón que durará desde ese día a las 16:10h, y terminará el domingo 19. En estos dos días podremos ver toda la primera temporada. Posteriormente, a partir del 23 de abril podremos ver el estreno de la segunda temporada a las 22:10h, solo unos días después de su emisión en Estados Unidos.
En este post os contaremos un poco el enfoque que parece que toma la serie partiendo del primer capítulo, sin haber visto nada más, para que os hagáis una idea de la temática de la ficción y ayudaros en vuestra decisión de verla o no verla. No os preocupéis, la entrada está libre de ‘spoilers’.
La serie nos traslada a la época de la Guerra de la Independencia de EE.UU., donde seguiremos de cerca la historia de los primeros espías, quienes sentaron las bases del espionaje moderno. Está basada en la novela de Alexander Rose ‘Washington Spies: The Story of America’s First Spy Ring’, que también es coproductor ejecutivo de la serie.
Nos situamos en el año 1778 y conocemos al protagonista, Abraham Woodhull (Jamie Bell), un humilde granjero que sin comerlo ni beberlo se ve envuelto en una confrontación entre los enemigos de la corona y los casacas rojas.
Desde el primer momento se nota como los personajes británicos están hechos para ser odiados. La perspectiva de la serie es norteamericana. Sentimos mucha simpatía por los protagonistas revolucionarios, ya que pese a ser unos rebeldes ante la ley, a ojos del espectador son los únicos que no permiten ser manipulados y robados. Además, parecen ser también los únicos que ayudan al prójimo en apuros, si este no lleva una casaca roja, por supuesto.
La propuesta de AMC con esta serie nos trae una nueva serie de época sobre un tema que triunfa seguro entre los norteamericanos. Para nosotros, a los que toda esta historia nos pilla más ajenos, el atractivo reside en el hecho de ver una serie sobre los orígenes del espionaje moderno.
El protagonista, Abe, se ve forzado a formar parte de la revolución. Woodhull se nos presenta como un personaje humilde que, simple y llanamente, no quiere problemas. Y en este mundo, eso es lo que encuentras cuando menos lo quieres.
Pese a todo, Abe parece no querer meterse en esta causa por no decepcionar a su padre. En el fondo, parece desear luchar por su libertad y la de sus amigos y familiares. Por suerte o por desgracia, acabará siendo uno de los hombres clave de George Washington.
El episodio piloto es algo lento, pero también se trata de una lentitud necesaria en este tipo de series. Desde luego, todos los detalles de época están impolutos: el vestuario nos traslada al siglo XVIII, los edificios, la mensajería…Todo es muy preciso y ayuda muchísimo a introducirse en la piel de los protagonistas. Ya os comentaba antes que es muy fácil escoger bando.
El elenco ha sido fantásticamente escogido, todos los actores cuentan ya con renombre, aunque esto es lo menos importante. Lo que hay que destacar es su adaptación a los papeles que interpretan en la serie, y, por lo visto hasta ahora, han hecho muy bien su trabajo.
Eché de menos algo de acción en el primer capítulo y un poco más de sangre en el protagonista, pero el resto plantea una propuesta muy convincente para seguir de cerca. La ficción está obteniendo buenos datos de audiencia en Estados Unidos, veremos qué tal por España.