No podemos pasar la semana sin recurrir a nuestra dosis de ‘This is us‘ y su pequeño GRAN drama sobre la vida de una familia aparentemente perfecta. Esta segunda temporada está siendo una revelación tras otra sobre lo fea que puede llegar a ser esa vida impecable. Hablemos de ello.
La semana pasada, en el estreno de la segunda temporada, descubrimos que Jack (Milo Ventimiglia) moría al tiempo en el que ardía su casa, aunque aún no sabemos si quiera si él estaba dentro cuando esto pasó. Este capítulo se aleja de ese momento para recordarnos lo duro que es el alcoholismo, algo que se había pasado por encima en la primera temporada y que necesitaba la clase de profundización que ha hecho este episodio, siempre y cuando ahora no se olviden por completo de lo que significa ser alcohólico.
Como siempre, nos han mostrado la bonita y cercana relación que tienen Jack y Kate (Chrissy Metz) y, en contraposición, la difícil convivencia que llevan desde siempre Kate y su madre, Rebecca (Mandy Moore). En el futuro (o presente, ya sabéis, la duda de siempre), Kate tiene su primer concierto oficial y su prometido, Toby (Chris Sullivan) y su madre acuden para darle el toque de drama a una situación que tendría que haber sido positiva. Una pena por Kate, que no parece ser capaz de dejar atrás los fantasmas del pasado para disfrutar de su presente.
Por otro lado Kevin (Justin Hartley) vuelve de manera puntual a The Manny, como hiciera George Clooney con Urgencias, y es su novia, Sophie (Alexandra Breckenridge) quien le da ese ánimo que necesita para superar un momento de ¿humillación? A ver, ¿no era la serie una serie de humor? Cuando ha dicho al principio que quería humillarle me imaginaba algo peor que él con un pañal, al fin y al cabo ¿no iba la serie de que enseñara sus abdominales? Volviendo al pasado y al presente de nuevo hemos visto que Sophie siempre ha estado ahí para él en momentos como este, reconstruyendo el amor que se tienen y haciéndonos creer que después de muchos años separados esta es la definitiva, a pesar de que se estén repitiendo los mismos patrones en los que están separados por miles de kilómetros de distancia.
Y por último Randall (Sterling K. Brown) que está volviéndose loco con la posibilidad de adaptar a un niño que, quizás, tenga problemas que no pueden solucionar entre él y Beth (Susan Kelechi Watson) un miedo muy humano que ha sido explorado en muchas series y aún así ha resultado novedoso. Lo cierto es que de esta pareja nos gusta todo y casi casi les daríamos un spin off porque son ideales y perfectos y fantásticos y todos los adjetivos positivos que se os ocurran.
No hemos sabido mucho más del misterio de cómo murió Jack, algo que imaginamos dejarán para los capítulos de MidSeason y Finale, pero lo bueno de esta serie es que no necesita apoyarse en eso para darnos contenido bonito y de calidad, a pesar de que este episodio no haya sido de lo mejor de la serie. ¿Pueden aguantar otros veinte capítulos dándonos novedad y sorprendiéndonos?
¡Esperamos leer vuestros comentarios y hasta la semana que viene!