En ‘This Is Us’ son especialistas en dejarnos con el corazón encogido, y este episodio nos mata de ternura pero también de suspense, del malo, del que nos deja mordiéndonos las uñas durante días. ¿Comentamos?
Navidad, 1989. Kate (Chrissy Metz) tiene que ser operada de apendicitis y, para ayudar a relajar a su hija, Rebecca (Mandy Moore) coge un trozo de decoración del hospital y le dice es algo mágico navideño, que nada malo le puede pasar en estas fechas. ¿Preparados para darnos de bruces con la realidad?
Para empezar, Dr. K, el entrañable médico que atendió a los Pearson en el parto de sus hijos, está en ese mismo hospital, esta vez como paciente. La cosa es bastante grave, tiene una hemorragia interna, no cree que sobreviva una operación y su familia no llegará a tiempo para despedirse en condiciones. Por si la situación no es lo suficientemente horrible, permitidme recordaros que es Navidad; se supone que es tiempo de alegría, calidez y familia. Pues eso.
Los Pearson explican a su hijo que el doctor es una variable incondicional para que se haya dado la existencia de su familia, y se quedan al lado del que fue su médico; Randall (Sterling K. Brown) incluso le regala una bola de navidad, de las que “nievan” cuando las agitas. Adorable.
De vuelta a la actualidad, Kevin (Justin Hartley) tiene problemas con su obra de teatro y debe financiarla con su dinero para que salga adelante. Sloane (Milana Vayntrub) interpretará el papel protagonista para sustituir a Olivia (Janet Montgomery) y todos contentos.
Por otra parte, Kate está con su madre, Rebecca, consultando las consecuencias que tendría una operación de bypass gástrico, y no son bonitas. Rebecca se culpa a sí misma por haber criado a Kate tan pendiente de la comida, cree que es la responsable de que su hija haya acabado obsesionada y con un problema de obesidad.
También descubrimos a Jessie (Denis O’Hare), compañero sentimental de William (Ron Cephas Jones) a quien éste abandonó cuando se fue a vivir con Randall. Jessie perdona el abandono y quiere pasar todo el tiempo que pueda con William; así que éste llama a su hijo para decirle que llegará tarde.
Randall tiene un día ajetreado en el trabajo, salva a su compañero Andy (Jimmi Simpson) del suicidio y se reafirma en la idea de que nada malo puede pasar en Navidad. A pesar de que la cena navideña se preveía complicada, la pareja recibe a todos los miembros de la familia, ¡Toby (Chris Sullivan) incluido!
En el último flashback, vemos que el doctor K. ha sobrevivido a la cirugía, y parece que Rebecca tiene razón: nada malo puede pasar en navidad, ¿o…?
Toby se derrumba encima de la mesa. Se lo llevan al hospital y los médicos intentan reanimarlo… ¿será el final del dicho de los Pearson?
¿Creéis que nos romperán -otra vez- el corazón en el próximo episodio? ¿Habrá un final feliz? Por favor, Toby, vuelve. Tenemos que esperar hasta el 10 de enero para saberlo así que, para sobrellevar la espera, comentad vuestras teorías/esperanzas con nosotros.