Después de un inoportuno parón esta semana volvemos a tener un nuevo episodio de la serie que nos está robando el corazón esta temporada. No deja de ser un drama familiar pero todas las incógnitas nos siguen manteniendo pegados a la pantalla y la ternura que desprenden todos los capítulos nos ha enganchado como pocas cosas últimamente. Comentaremos este “Kyle“, con ‘spoilers‘ obviamente, a continuación.
Parece que la tónica de la serie será la de ir haciendo descubrimientos cada capítulo acerca del pasado de los miembros de la familia. Esta semana nos enteramos de que Rebecca (Mandy Moore) llegó a conocer a William (Ron Cephas Jones) poco después de adoptar a su hijo biológico y no se lo dijo ni a su marido de entonces. Si nos parecía raro que William hubiera abandonado a Randall (Sterling K. Brown) de la manera en que lo hizo y ahora se mostrara emocionado pero cauto con él es ni más ni menos porque Rebecca le había dejado claro en su momento que se mantuviera alejado de él.
Seguimos sin saber qué pasó entre el matrimonio para que las niñas hayan acabado considerando su abuelo al mejor amigo del que todos creíamos que lo era pero sí que se agradece que nos descubran nuevos detalles acerca de cómo se adaptaron los padres a vivir con tres bebés y los problemas de adoptar a uno cuando se ha perdido otro. A la mayoría nos pareció ideal que ya que uno de los trillizos murió en el parto el matrimonio pudiera salir con tres bebés y así dar una buena vida a un chico condenado a casas de acogida de otra manera pero lo cierto es que perdieron un hijo y eso no se puede cambiar tan fácilmente.
Es indudable que Randall fue una bendición para la familia pero es obvio que no sería como si nada hubiera pasado porque no era lo que tenían planeado y es un uro golpe para todos. Así pues es muy coherente la decisión que toma Rebecca de que el chico cuente con un nombre diferente al que habían pensado para el tercer trillizo pero sorprende que se lo pusieran en honor al poeta favorito de su padre biológico, algo muy significativo y que ayudaría al chico a formarse como el adulto que es. Es de suponer que en siguientes episodios veremos cómo fue para Randall crecer en esa casa y ver que sus hermanos eran uña y carne mientras que él, por algún motivo, no terminaba de encajar. Mucho se habla del vínculo de mellizos pero dudo mucho que en la vida real si tres niños salen juntos del hospital, se crían juntos en la misma casa y de la misma manera tiendan a dar de lado, aunque sea inconscientemente, a aquel que biológicamente es diferente.
Ese vínculo entre los Kate (Chrissy Metz) y Kevin (Justin Hartley) se evidencia un poco más en este episodio en el que nos muestran la relación tan estrecha que tienen y el paso que el chico decide dar tanto por el bien de su hermana como el suyo propio. Será interesante ver cómo se desenvuelven los mellizos por separado y si al final se acercarán aún más al tercer hermano aunque algo me dice que veremos por qué están tan distanciados los chicos en la actualidad. Una de las grandes bazas de esta serie está empezando a ser ver detalles extraños y teorizar sobre qué puede haberlos causado.
¿A vosotros qué os ha parecido este episodio? ¿Creéis que se dejarán la explicación de qué pasó con el matrimonio Rebecca-Jack (Milo Ventimiglia) para el final de temporada o ‘mid-season‘? ¿Pensáis que la diferencia de relaciones entre los tres hermanos responde simplemente a la naturaleza o también sospecháis que pasó algo que lo cambió todo en algún momento? Esperamos vuestros comentarios, vuestras teorías, vuestras preguntas y todo lo que queráis compartir con nosotros.