Avanza poco a poco la temporada de ‘The Mindy Project‘, la última, y parece mentira el camino por el que nos están llevando. ¿Queréis comentarlos con nosotros?

Hace poco hablaba con una amiga sobre por qué Danny Castellano (Chris Messina) se había marchado de la serie y cómo eso había cambiado y afectado al bonito final que podría haber tenido. Pero es que, como el personaje de Mindy Kaling, ‘The Mindy Project‘ se ha negado a dejar ir a ese gran amor y a día de hoy todavía hemos tenido que volver a oír su sacrílego nombre mencionado.

La semana pasada hablábamos de por qué los guionistas de la serie se han decidido por mandarla por este camino en su final, casar a Mindy con un hombre aparentemente perfecto para divorciarse de él dos capítulos después asegurando que no estaba enamorada de él, y que durante el proceso de divorcio se entere de que Danny también está pasando por lo mismo. ¿Por qué? Pues ni idea, suponemos que el alma romántica pero estúpida de la serie, ese algo que a las mujeres nos han casi forzado a desarrollar en nuestro interior con las películas de princesas y príncipes. Danny es el príncipe azul de Mindy y no podemos negarlo ni evitarlo. Danny es el Mr. Big, el Chuck Bass, el Lucas Scott, de Mindy. Es el hombre que lo hizo todo mal y la perdió, pero que consiguió que Mindy sintiera la pérdida, puesto que en estos tres capítulos que llevamos vistos de la sexta temporada no ha habido ni uno donde no haya sido mencionado.

¿Pero qué ha significado esa última sonrisa, casi a la cámara, que ha puesto Mindy al final del capítulo? ¿Era una sonrisa romántica o era pícara?

Es una pena porque, aunque queramos que Mindy sea un representante de la mujer que queremos ver, quizás es más bien el nexo de unión entre la mujer del pasado y la mujer del futuro, un poco la mujer de nuestra generación, que sabe que necesita y se merece algo mejor pero que no siempre puede conseguirlo.

Por otro lado, Jeremy (Ed Weeks) y Anna (Rebecca Rittenhouse) han vuelto juntos y Tamra (Xosha Roquemore) ha caído de nuevo en la tentación de escribir a Morgan (Ike Barinholtz), booty call! ¿Es posible que una serie en la que nunca ha habido parejas acabe con todo el mundo emparejado?

¡Contadnos! ¿Qué os ha parecido? ¿Qué esperáis del final?