Tras el final del capítulo anterior, vemos las consecuencias que esto a traído para Gilead mientras la revolución continua. ¿Lo comentamos?
Comenzamos este nuevo capítulo de ‘The Handmaid’s Tale’ con el funeral de las criadas que murieron en el ataque de Ofglen (Tattiawna Jones), que al parecer han sido más que los comandantes muertos en el suceso. Aunt Lydia (Ann Dowd) parece estar escandalizada con la violencia -como si ella no la hubiese ejercido con las pobres chicas- y todas lloran la pérdida de sus compañeras. La noticia también llega hasta Canadá, donde Moira (Samira Wiley) y Luke (O-T Fagbenle) se preocupan por la salud de June (Elisabeth Moss), aunque parece que después de tanto tiempo Luke ha aprendido a tener esperanzas de que ella siempre está bien.
Cushing (Greg Bryk) busca a los culpables de este acto terrorista y, como ya nos imaginábamos, tras el intento de fuga de los comienzos de la temporada June está en el punto de mira. Sospechando que toda la historia del secuestro es una invención, intenta conseguir que June confiese quién le ayudó, siendo el principal sospechoso el propio Fred (Joseph Fiennes) que, inesperadamente, ha sobrevivido al ataque. Serena (Yvonne Strahovski) es consciente de que toda la familia está en peligro después de que Cushing haya ejecutado a todos aquellos cercanos a Ofglen, y decide tomar cartas en el asunto.
Por fin podemos ver a la Serena pre-Gilead, pasando a la acción y no siendo una simple «mujer de». Con la ayuda de Nick (Max Minghella), que también sabe lo mucho que hay en juego, y utilizando la firma de su marido consigue que Cushing sea acusado de traición y detenido por ello. La satisfacción en las caras de June, Nick y Serena nos da un poco de esperanza, quizá haya salida en una organización de la que nadie quiere ya formar parte. Gracias a toda esta situación, Serena y June se han unido como nunca lo han estado y la fuerza de los bolis que empuñan es similar a la de la bomba que comenzó todo.
La desaparición de tantas criadas a creado la necesidad de más, y es por ello que deciden coger a aquellas que se encontraban en los campos y traerlas de vuelta, por lo que tenemos otra vez en Gilead a Emily (Alexis Bledel) y Janine (Madeline Brewer). Uno de los momentos más poderosos del episodio se ha producido tras su regreso, cuando las criadas han comenzado a compartir sus verdaderos nombres. Amigos, esto es la revolución y ya no hay quien la pare.
Con este capítulo superamos la mitad de la temporada, y no podemos esperar a ver qué nos depara la otra mitad. ¿Qué os ha parecido a vosotros el episodio? ¿Os ha gustado tanto como a nosotros? ¿Creéis que finalmente Serena será una de las artífices de la caída de Gilead? ¡Animaos a comentar con nosotros!