Aparcamos momentáneamente el tono más comédico y ligero que tenía esta temporada para que se nos presente debidamente al villano principal. Y ha estado bastante bien.
Si hay algo que venimos comentando constantemente en nuestros recaps de ‘The Flash’, es que la existencia de un gran villano que, por primera vez, no es un velocista como Barry Alen (Grant Gustin), puede ayudar a que la serie gane en frescura y no abusar de la misma fórmula, ya cansina, de ser el más rápido de distintas formas.
Con The Thinker, mote aportación nuevamente de Cisco (Carlos Valdes) (¿o quizá no, dado que DeVoe (Neil Sandilands) también lo sabía?), estamos ante un nuevo tipo de némesis, uno que desde luego no podrá ganar a Flash en cuanto a velocidad, pero la pregunta es… ¿será nuestro héroe más rápido mentalmente que alguien que alberga en su mente todo el conocimiento posible y es capaz de adelantarse a los acontecimientos de mil formas factibles? Sin duda, será una batalla psicológica digna de presenciar.
Cierto es que nuestro Allen ha estado quizá pelín obsesivo con la identidad de DeVoe, llegando al punto del acoso y haciendo que sus compañeros se preocuparan seriamente por su salud mental. Hubiera estado muy bien ver una consecuencia más grave de sus actos, más allá de una leve expulsión de dos semanas en el cuerpo de policía. Quizá que su equipo llegara a dudar de él, o que se produjeran más resquemores y se quebrara un poco esa confianza aparentemente perfecta. En cualquier caso, la serie no ha optado por estos derroteros y el dilema se ha solventado fácilmente en cuanto Barry les comenta que DeVoe conoce su identidad, y muchas otras cosas.
Esto nos retrotrae, una vez más (y por cierto, buena jugada por parte de los guionistas) a aquella fatídica noche en la que para muchos cambió su vida, Clifford incluido. La explosión del acelerador de partículas vuelve a ser la causa de las preocupaciones de nuestro velocista, y el hecho de volver a ver a Harrison Wells (Tom Cavanagh) ha estado realmente bien. Lo que no nos ha extrañado nada es que éste y DeVoe se conocieran, y es que en el fondo son más similares de lo que parece. No en vano, en el episodio Cisco apunta a Barry que quizá su extraña obsesión provenga de este parecido, silla de ruedas incluida. Una referencia muy oportuna, y que hemos agradecido, al igual que su comentario acerca de Zatoichi, película que aparentemente también el actual Wells conocía. Qué haríamos sin nuestros toques frikis de Cisco.
Iris (Candice Patton), que ya se ha establecido sin que sepamos bien cómo como nueva líder del Team Flash (¿alguien se acuerda de que era periodista? Porque parece que ni ella…), no duda en transmitirle a Barry sus preocupaciones acerca de su extraña obsesión. Hija, para ser tu pareja con la que te casarás en una semana, siempre andas dudando de él. No es la primera vez en esta temporada…
Como nota personal, que pueda ser o no del agrado de los lectores, no veo ni me convence el papel de Iris como líder del equipo. Más aún cuando sus conocimientos en la materia son tan limitados, máxime teniendo en cuenta que tenemos a genios como Cisco, Wells o Snow (Danielle Panabaker) ahí dentro. Y la parte de investigación la aporta Joe, así que… ¿qué aporta realmente ella como líder? Entendemos que la serie quiera darle un papel más allá de ser «la novia de…», pero quizá este ha sido un poco forzado y estaría bien buscarle otro papel dentro del equipo.
En definitiva, esta semana hemos tenido un buen episodio, muy centrado en la historia del villano pero muy necesario para que los espectadores empaticemos con él más allá del manido «mirad qué malo soy».
¡Recordad que la semana que viene tendremos tanto la boda West-Allen como el esperado ‘crossover’ entre las series heroicas de CW, así que promete mucho!
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