El fin del mundo cada vez está más cerca, y no solo es evidente por el hecho de que estamos a dos episodios de la ‘season finale‘ de ‘The 100‘, sino que se palpa en el estado de ánimo de sus protagonistas. ¿De cuántas formas se puede reaccionar ante la certeza de que ese apocalipsis sea el último que vayas a vivir?
¿Vivir o morir?, ¿rendirse o seguir luchando? En un mundo en el que no dejan de repetirte que la esperanza es lo último que se pierde la respuesta parece obvia, pero en ‘The 100‘ nunca ha habido un camino considerado «normal», y este capítulo ha sido el perfecto ejemplo de ello.
Raven (Lindsey Morgan) y Jasper (Devon Bostick) han sido dos personajes muy maltratados por las circunstancias, pero a la hora de decantarse por la rendición o la lucha no han podido hacerlo de forma más opuesta.
Por mucho que Raven intentase hacernos creer lo resignada que estaba a dejarse en manos de «lo que quiera que tuviese que pasar», esas nuevas visiones de Sinclair (Alessandro Juliani) eclipsando a Alie (Erica Cerra) demuestran que lo único que necesitaba era un atisbo de que ella también podía combatir con el fin del mundo para ir a por esa posibilidad con todo lo que tiene. De momento ha conseguido sobrevivir a ese «reinicio» cerebral, ahora solo falta descubrir si ha sido efectivo o una prueba más de lo maravilloso que es este personaje al seguir superando obstáculos cuando la meta es tan difusa.
Jasper, por el contrario, ha conseguido lo que llevaba persiguiendo varias temporadas: morir. Es triste que, habiendo empezado como uno de los personajes favoritos de los seguidores de la serie por su carácter optimista y divertido, haya muerto dejándonos con una sensación muy diferente. Se había convertido en alguien insoportable cuyas ausencias en pantalla incluso se agradecían. Siendo drásticos, poco más podía aportar a la serie, así que, chao Jasper, may we meet again. O no.
Por quien sí lo sentimos es por Monty (Christopher Larkin), que ha sido el testigo directo de la decadencia de Jasper. Al menos ha podido despedirse de él e incluso convencer a Harper (Chelsey Reist) de que todavía no tire la toalla. Ahora solo nos queda cruzar los dedos por que lleguen a tiempo al búnker.
A Clarke (Eliza Taylor) no le queda otra que lidiar con las consecuencias de haber vuelto a señalar con el dedo a los que deberían sobrevivir y los que no. Sí, nos sabemos de memoria que Clarke siempre mira a favor de la humanidad, pero esta vez su enfoque no nos sirve, porque el único caso en el que la humanidad habría quedado condenada habría sido si Luna (Nadia Hilker) hubiese ganado el combate. Así que, ¿por qué no haber actuado entonces y solo si eso hubiese pasado? Luna era una, ellos eran muchos más. Parece que, pasen las temporadas que pasen, lo único que no les va a entrar en la cabeza es la obviedad de que sobreviven mejor si unen fuerzas. Pero, en fin, se lo perdonamos porque parece que recapacita permitiendo que Bellamy (Bob Morley) abra la trampilla al resto.
Una vez más, volvemos al punto de partida: solo 100 de cada clan podrán sobrevivir. Y ojalá Jaha (Isaiah Washington) escribiendo esa lista y olvidándose de poner su nombre.
¿Cómo creéis que resolverán ese problema? ¿Será su último obstáculo o todavía quedarán pruebas que superar? ¿De verdad Echo va a dejar que la excluyan sin más? ¿Llegarán Monty, Harper y Raven a tiempo al búnker? ¿Votos a favor de que hagan a Octavia (Marie Avgeropoulos) la jefa suprema de todos los clanes?
¡Nos leemos la semana que viene!
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