Qué bonito es cuando a ‘Teen Wolf’ le da por sorprendernos con uno de esos capítulos que saben que necesitamos. Y qué bonito es ver avanzar la historia de una forma más favorable. Sobre todo después de esa irrupción en Eichen House en la que los obstáculos no hacían más que aumentar, así que quedaos por aquí porque tenemos mucho de lo que hablar.
Han pasado muchas cosas en este capítulo, pero como lo propio es empezar por las más importantes mi ética me obliga a hablar de Stydia antes que de cualquier otra cosa. El rescate de Lydia (Holland Roden) no podía estar liderado por otra persona que no fuese Stiles (Dylan O’Brien). Él no necesita hacer una balanza para darse cuenta de cuáles son sus prioridades porque la respuesta es siempre la misma, así que no podía ser otro quien la sacase de Eichen House. Le da igual que acabe de explotar la cabeza de su “doctor” con su grito, él solo necesita verla a salvo y fuera de Eichen, por mucho que sus oídos sangren por ese arma de destrucción que es la voz de Lydia.
Es inevitable no ver aquí un cambio de dirección en la relación de Stiles y Lydia, porque hasta Jeff Davis, escritor de la serie, lo ve:
“This episode starts two characters down a path that’s been building for years”
Y si no, hablemos sobre cómo Stiles es el único que cuando Lydia grita y rompe los cristales de la consulta de Deaton (Seth Gilliam) se abalanza sobre ella para protegerla en lugar de apartarse como hacen Scott (Tyler Posey) y el propio Deaton. Eso se llama AMOR y Stiles se llama HÉROE. Ese es su verdadero nombre.
Ahora que toda la manada está reunida podrán poner en marcha el plan que tanto tiempo llevan posponiendo: descubrir la identidad de La Bestia y hacer lo posible por derrotarla. Una alianza con la manada de Theo (Cody Christian) parece más que inviable, porque cada grupo tiene su propio plan y sus propios objetivos, pero sigo pensando que, por muy diferentes que sean sus intenciones y métodos deberían aliarse para derrotar a ese bicho que amenaza con matarles sin distinguir entre quién es quién. Porque esta semana no hemos visto a La Bestia, pero según lo poco que ha revelado el Dr. Valack (Steven Brand) todavía no ha alcanzado su máximo nivel, así que igual deberíamos alegrarnos de que no haya intercedido en el rescate de Lydia, porque habría hecho que terminase de una forma muy diferente.
La respuesta a la pregunta sobre la identidad de La Bestia cada vez está más cerca. Lo único que sabemos es que podría ser cualquiera, que todavía hay esperanza de que su sed de sangre no vaya a más porque la quimera adolescente sigue teniendo algo de autonomía y que cualquiera que sobreviva a ponerse la máscara de Dread Doctor sabrá antes que nadie de quién se trata. ¿Cuántas de las quimeras de Theo tendrán que sacrificarse poniéndose esa máscara? ¿Secuestrarán a Lydia para que se la ponga? En teoría, ella es la única que tiene la capacidad de ver a través de la máscara sin morir en el intento.
Parrish (Ryan Kelley) también ha tenido sus momentos estelares esta semana. Hasta ahora solo podíamos hacernos una idea de sus poderes (siempre le veíamos en llamas y poco más), pero ahora podemos decir sin miedo a equivocarnos que es probablemente uno de los seres sobrenaturales más fuertes de la serie. Cada rival que se le presentaba acababa siendo derrotado sin que él hiciese demasiado para que así fuese. Después de ver cómo domina el volver en su contra el poder que su adversario usa contra él no es de extrañar que sea Hellhound quien deba enfrentarse a la Bestia y que sea también él el único con la habilidad de proteger ya no solo al resto, sino también a la propia Lydia, de sus chillidos mortales.
Sigo sin entender para qué quiere Theo a Deucalion (Gideon Emery) si de momento se ha limitado a tenerlo atado y encerrado, ¿cómo es eso útil? ¿Alguna teoría sobre quién puede ser La Bestia? ¿Veremos algún día a Stydia como algo real o tendremos que seguir soñando con ellos dos juntos? ¿Os ha sorprendido el despertar del letargo de Mamá Martin (Susan Walters)? Ha sido bastante oportuno, eso desde luego.
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