Como si en un número de ‘High School Musical‘ se tratara, ‘Teen Wolf‘ ha vuelto a la gran esencia de su comienzo, de adolescente extraordinarios no solo por sus poderes sino un paso más allá.
Este capítulo ha sido clave para la temporada, pero también para, como he dicho antes, el corazón de la serie. Desde la famosa temporada fatídica (la tercera), ‘Teen Wolf‘ no había vuelto a levantar cabeza. Lo habíamos hablado en nuestros recaps: todo lo que ocurría era una especie de preparación para algo más grande que nunca llegaba a suceder. Muchos ‘flashforwards‘, mucha intensidad y mucha expectativa, pero temporada tras temporada nos quedábamos con las ganas de algo grande.
Todos los capítulos de esta serie últimamente son igual que este: una montaña rusa de sentimientos que acaba cuando empieza la acción real. Vale, Scott (Tyler Posey) ha rugido y todos los miembros de su ‘pack‘ -¿menos Lydia (Holland Roden) al parecer?- se han preparado para la batalla. Incluso parece que les ha infundido más fuerza de la que ya tenían, lo que resulta irónico, teniendo en cuenta que Scott es el más débil de todos (con eso de una herida abierta en la mitad del pecho y tal).
¡Pero seguimos sin entender la meta de todo esto! ¿Cómo encajan el Hellhound (Ryan Kelley), el doctor, la Loba del Desierto y Deucalion (Gideon Emery) en todo esto?
Todo este episodio ha sido una constante de clichés que no encajan del todo con lo que llevan preparando todo este tiempo. Reponerse en unos instantes del daño infligido durante dos temporadas es tan difícil para Scott como es para la serie en sí, pero aún así, nos ha gustado ver cómo la manada vuelve a las andadas y no solo está unida sino que es fuerte y puede proponerse retos como aquella situación de vida o muerte en la que Scott fue capaz de atravesar «mountain ash«. Sí, hay una fina línea entre crear a un héroe y a una Mary Sue, capaz de hacer y solucionar todo lo que se propone por arte de magia y sin ningún tipo de reparo, pero hasta aquella tercera temporada tan infame, el equilibrio entre ambos había tenido sentido, dando grandes momentos de ambas vertientes y formando una especie de punto de encuentro entre ambos. No olvidemos que esto es una serie fantástica y los límites de lo normal están ya muy borrosos.
Lydia por fin es el centro de la acción de la serie, aunque sea porque deben rescatarla y no por lo que ella vale como personaje, pero tenemos cierta esperanza de que igual que hubo un primer intento por su parte de escapar, habrá un segundo y, quizás, esta vez sería exitoso. Nos gustaría ver a una Lydia heroica en el mismo nivel que Scott lo ha sido siempre, única y poderosa, capaz de enfrentarse a sus poderes y a sus miedos de la misma manera.
Además por unos instantes ahí parece que hemos visto a mamá Martin (Susan Walters) luchar por su hija. Hasta ahora parece que el miedo y la historia familiar habían nublado su capacidad de análisis, pero está claro que ese archivo que le ha enseñado papá Stilinski (Linden Ashby) le ha impactado. Parece una broma de todas maneras que haya tardado cinco temporadas en darse cuenta que algo estaba pasando en ese pueblo. Quiero decir, no ha habido año escolar en el que no haya pasado nada y, muchas veces, ella había sido partícipe de la acción y, aunque no tuviera todos los datos uno esperaría que al tenerlos solo aceptara la verdad o se le encendiera alguna especie de luz. Al fin y al cabo la tipa es profesora, ¿no? Algo de lógica, por favor.
También nos ha gustado ver, o más bien comprobar, la conexión que existe entre Parrish y Lydia, que parecen estar conectados en algún tipo de nivel sobrenatural de la misma manera que podrían estarlo Theo ( Cody Christian) y Malia (Shelley Hennig) porque ambos son ‘werecoyotes‘.
Las cosas se van aclarando en la serie, si no porque la serie lo permite, porque se dejan de lado las situaciones que más duda nos producían para dar lugar a verdaderos misterios de la trama, algo natural por parte de esta que va revelándose poco a poco y dando diferentes pistas a espectador y protagonista.
Por ejemplo, hablemos de esa máscara de Dread Doctor que el «médico» sobrenatural le ha puesto a la enfermera. Primero deberíamos preguntarnos porqué quiso matarla: quizás la respuesta es tan sencilla como «porque sí». Quiso probar la mascarita y lo consiguió, tarea hecha.
Segundo, ¡deberíamos preguntarnos porqué la tiene! ¿Acaso es un ex-Dread Doctor? ¿Los Doctores se la entregaron porque él, al fin y al cabo, es colega y estudia más o menos lo mismo? ¿Qué opciones se os ocurren? ¿Puede que, como Theo, simplemente esté trabajando con ellos para conseguir algo a cambio?
Y por último, ¿qué os parecería un ‘spin-off‘ cuando los protas estén ya viejos en el que se educara a los seres sobrenaturales a usar sus poderes? Porque realmente necesitamos a alguien adulto que nos enseñe por donde van los tiros aquí…
¿Qué es lo que más os ha gustado del capítulo? ¿Lo que menos? ¿Qué creéis que pasará después de este corte tan radical al final del capítulo? ¿Podrá Lydia salvarse por sí misma o dependerá de alguien más? ¿Entrará la madre de Lydia a la acción igual que el resto de papis?