Ya es conocido por quien nos lea que tenemos un problema con ‘Supergirl’. Varios en realidad, aunque todos se arremolinan en torno al mismo, que no quiere ofrecer un show de superhéroes de categoría. Estamos llegando a un punto de no retorno en la temporada y la situación no tiene visos de mejorar, con la pérdida de paciencia que eso lleva acompañado.
Uno pensaría que CBS, como hermana mayor de The CW que es, quisiera ofrecer una serie un estamento televisivo por encima de lo que estamos acostumbrados – más en la línea de ‘The Good Wife’ y ‘Person of Interest’ que en la de ‘Arrow’ – para reforzar su imagen de marca. Por desgracia, no han querido tomarse en serio la adaptación de este cómic como si ha hecho FOX con ‘Gotham’ o Netflix con su asociación con Marvel Studios, han optado por desarrollar una serie barata incluso para los estándares de The CW, cadena que por cierto está recorriendo el camino inverso con sus primeras espadas como ‘Legends of Tomorrow’ o ‘The 100’.
Casi como si el asociarse a una marca de superhéroes fuese más un mero trámite, ya que todas sus competidoras lo hacen, más que un producto en el que invertir y que cuidar. Algo especialmente sangrante cuando tienes entre manos la marca Superman, de la que ‘Supergirl’ es heredera, que en poco más de un mes va a estar en los cines del todo el mundo y va a volver a generar interés por la mitología del personaje. El problema llegará cuando los espectadores se den cuenta de que les han estado sirviendo kryptonianos de garrafón.
Porque la audiencia no es ciega y ha sabido ver ese parásito floral de cartón piedra que ha perseguido el cuerpo y la mente de Kara Danvers (Melissa Benoist) todo el episodio. A medio camino entre los Power Rangers y una fantasía hentai con tentáculos, no queremos ni imaginar cómo pasó el corte en la sala de guionistas como medio para introducir una secuencia al estilo ‘Inception’ que poco o nada aportó al episodio más que rellenar minutos de metraje. Porque en realidad el episodio conducía a otro evento mucho más significativo.
No nos cansamos de decir que Supergirl no es una chica cándida y bienintencionada, es una guerrera feroz con una rabia acumulada sin parangón en la galaxia. Que nos quieran colar un par de arrebatos de ira en momentos puntuales es una pobre alusión a la memoria de quien sí conoce el personaje. Más aún cuando pretendían acabar con Astra (Laura Benanti), pero han descargado la responsabilidad en una Alex Danvers (Chyler Leigh) que lo hace casi más por necesidad o accidente que por impulso homicida. Una vez más, una excusa para quitarse el personaje de en medio y dar todo el foco de la villanía a Non (Chris Vance).
¿Para qué? Pues probablemente porque tengan la sensación que utilizando villanos terciarios de Superman, concretamente uno de los esbirros del mucho más central General Zod, van a otorgarle entidad a la serie. El problema de enfoque en esta serie es mayor, puesto que no se trata de ciertos episodios o líneas argumentales sino que abarca la propia concepción de la misma. Y no sabemos si se repondrá de esta situación. Si bien ‘Agents of S.H.I.E.L.D.’ si que lo hizo, necesitó apoyarse en una película de su universo para rehacerse desde los cimientos, un punto de apoyo del que ‘Supergirl’ carece.
Ahora mismo estamos presenciando el tambaleo, pero dentro de poco auguramos ver el derrumbe.
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