Tras una larga espera, volvemos a Hawkins y a los años 80 (concretamente a 1984) con la máxima expectación. ¿Cómo y cuándo volveremos a ver a Once (Millie Bobby Brown)? ¿Qué habrá pasado desde la última vez que supimos de ella y los demás? ¿Sigue siendo el Mundo del Revés tan interesante y amenazador como antes?
¡Feliz Halloween (o Todos los Santos, o Samaín)! ¿Se os ocurre mejor forma de celebrarlo que comentando la segunda temporada de Stranger Things? A nosotros tampoco.
En esta publicación le echaremos un vistazo general a la segunda temporada, así que esperamos vuestros comentarios analizando cada maravilloso detalle que os haya encantado, decepcionado, o sorprendido.
Lo primero que hemos de decir es que, a pesar del miedo que había a que la segunda temporada no pudiese dar sensación de continuidad con la primera, los guionistas han cumplido como campeones y nos han devuelto a un ambiente familiar sin que haya una ruptura con la primera entrega de la serie. Se mantiene la coherencia y la trama. Entre referencias a la cultura popular del momento y canciones de rock, a Mike (Finn Wolfhard), Dustin (Gaten Matarazzo), Lucas (Caleb McLaughlin) y Will (Noah Schnapp) se une Mad Max (Sadie Sink), una recién llegada a Hawkins con afición al patinete y habilidad maestra para los videojuegos.
Pero no anticipemos acontecimientos. Lo primero que vemos, la primera escena que nos devuelve al mundo de Stranger Things, es un grupo de jóvenes que ha cometido un atraco. En la persecución policial, logran escapar debido al derrumbamiento de un puente… o eso es lo que ve quien va conduciendo el coche de policía. Es lo que una de las jóvenes le ha hecho creer, una joven que tiene tatuado el número 8 en el mismo formato que Once.
¿Y Once? Tras el enfrentamiento del final de la última temporada con el monstruo, Once vuelve a casa de Mike, donde él y su familia están siendo interrogados y advertidos sobre el peligro que ella supone para su seguridad. Once opta por esconderse en el bosque y sobrevive como puede, hasta que se reencuentra con Hopper (David Harbour), y éste la acoge y protege en un lugar seguro.
Pero Once se cansa de esperar y de no poder ver a Mike ni a ninguno de sus amigos, y se va a buscar a su madre. La encuentra, descubre que de pequeña estaba con otra niña en las instalaciones del laboratorio, y se va a buscarla a ella también. Tras reencuentrarse con Ocho y conocer a sus amigos, y una pequeña reunión con «Papa», Once regresa a Hawkins más fuerte y decidida.
No podemos olvidarnos de Nancy (Natalia Dyer), Steve (Joe Keery) y Jonathan (Charlie Heaton). Los dos primeros tortolitos están la mar de felices en su relación, hasta que cenan con los padres de Barb (Shannon Purser) y a Nance le puede la culpa. Steve insiste en que no pasa nada, pero ella quiere justicia para su amiga, lo que hace que la pareja se quiebre. Nancy va con Jonathan en busca del detective que investiga la desaparición de Barbara, Murray (Brett Gelman) para contarle la verdad, y trazan un plan con él: tendrán que suavizar la historia para que resulte creíble y así poder incriminar a los culpables de la muerte de Barb. El plan es un éxito, los nuevos tortolitos son Jonathan y Nance (con la bendición de Murray) y Barb puede, por fin, descansar en paz.
Volvamos a Max. La nueva adición al grupo no viene sola, trae a Billy (Dacre Montgomery) consigo. Quizás este sea el punto más turbio (¿flojo?) de la temporada. Billy es insoportable, se presenta como el malo malísimo de esta entrega, pero no llega a despuntar. Agrede a Lucas, algo que, en realidad, le hace quedar como un pelele abusón. Quizás el punto fuerte del personaje haya sido todo lo que ha provocado: que los demás protegiesen a su amigo con uñas y dientes, que Max se enfrentase a su temible hermanastro de forma contundente, y que Steve se haya posicionado como el protector de los muchachos.
Por último, hablemos de lo que hace que la trama sea cada vez más extraña: el Mundo del Revés. Resulta que Dustin ha encontrado en su cubo de basura un pequeño bicho paranormal al que le ha cogido cariño. Lo bautiza como Dart (de D’Artagnan) y, aunque ha establecido un bonito vínculo con la mascota, decide que tiene que acabar con él cuando Dart se come a su gato.
Dart no ha llegado a Hawkins de forma accidental. Es el pequeño resto que Will escupió al volver de la horrible zona paranormal y se escapó por el desagüe. Hablando de Will, el muchacho lo está pasando fatal. A pesar de someterse al control rutinario de los médicos, sufre episodios en los que siente que está de nuevo en el Mundo del Revés, y afecta a su día a día.
Siguiendo el consejo del bueno de Bob (Sean Astin), del que no vamos a hablar mucho porque ya no está entre nosotros y se nos encoge el corazón, Will decide plantarle cara al monstruo que aparece en sus visiones y decirle que se vaya. Esto, lejos de ayudarle, hace que el monstruo entre en él, controle muchas de las cosas que hace y lo use como espía.
Esto hace que los amigos, Joyce (Winona Ryder) y Hopper tengan que tomar más precauciones de las normales mientras son atacados por un ejército de pequeños Demogorgons (o Demoperros, como los llama Dustin) que acaban con el laboratorio Hawkins. Justo en el momento oportuno reaparece Once, más segura de sí misma, para echarles un cable y acabar con el ataque masivo de bichos paranormales.
Tras un tierno reencuentro con Mike, se establece un plan: Joyce, Jonathan y Nancy harán que el monstruo esté tan incómodo en el cuerpo de Will que tenga que abandonarlo y, una vez Will ya no esté conectado con él, Hopper llevará a Once a la puerta del Mundo del Revés para que la cierre. Además, los amigos y Steve quemarán los túneles que atraparon a Hopper en otro episodio.
Todo va sobre lo previsto, y después de la tormenta llega la calma: el baile del colegio. Nancy baila con Dustin (orgullosísimo de sus dientes/perlas y de su pelo), Lucas con Max, Will también consigue una cita y Once llega justo a tiempo para bailar con Mike. Hopper y Joyce esperan fuera, cerca, por si acaso, y el plano se abre para despedirnos de Hawkins. Pero a medida que nos vamos alejando, la cámara gira… y llegamos al Mundo del Revés, donde vemos el monstruo al que se enfrentaba Will en sus sueños sobre el gimnasio donde se encuentran todos.
En general ha sido una buena temporada. La continuidad de la trama impide que sintamos ese aire innovador y fascinante de la primera temporada, pero, a cambio, Hawkins se ha convertido en un pequeño hogar tras solo dos temporadas, y gran parte de la responsabilidad la tienen los personajes que protagonizan la serie. El contexto ochentero activa la dimensión nostálgica, siempre eficiente, y el equilibrio entre lo adorable y el suspense hacen que disfrutemos de esta segunda entrega y convirtamos esta saga en una serie de culto.
Como decíamos, esto es una revisión general de la temporada, en la que se han quedado fuera detalles particulares dignos de mención…
Así que completémoslo entre todos: ¿Qué te ha parecido esta temporada? ¿Cuál ha sido tu escena favorita? ¿Qué es lo que menos te ha gustado? Y, por qué no, ¿qué esperas de la siguiente? ¡Comenta con nosotros a continuación!
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