El regreso del pequeño parón no ha sido nada agradable para Sana (Iman Meskini) que está experimentando los momentos después de varias decepciones muy seguidas y se siente más sola que nunca. Por suerte, todo tiene solución y sabemos que Sana no se quedará parada ante todo lo que le he pasado. Vamos a comentar este episodio a continuación.
Una de los grandes logros de ‘Skam‘ es la manera de reflejar la realidad, no solo de los adolescentes sino de todas las personas en general. La vida va por rachas y en esta ocasión Sana ha caído de golpe en una de las malas. De tenerlo todo aparentemente controlado a encontrarse repentinamente con que querían echarla del Russ Bus y que la única a la que ella consideraba su amiga de verdad ha tenido «algo» con el chico por el que empezaba a sentir bastantes cosas. Por muy madura que sea Sana no hay que olvidar que sigue siendo una adolescente y que es duro que le pasen estas cosas justo cuando estaba empezando a abrirse y queremos abrazarla muy fuertemente.El episodio realmente se ha centrado en comprobar cómo ha reaccionado Sana a todo lo que pasó en el último capítulo. Entendemos su tristeza y lo alejada de todo el mundo que se siente, le da largas todo el tiempo a Noora (Josefine Pettersen), que le dice que tiene algo muy bueno que contarle y sabemos que es algo que, evidentemente, ella no quiere escuchar. Además antes de que la echen del bus es ella la que decide irse poniendo excusas para intentar evitar la incómoda situación de quedar de alguna manera humillada, aunque hubiera sido interesante ver cómo esas chicas tan falsas inventaban razones para hacerlo.
Sin embargo, Sana tiene una relación de lo más curiosa con Isak (Tarjei Sandvik Moe) y es que siempre los hemos visto como compañeros y casi amigos de clase, como ese tipo de personas con las que te llevas bien pero con la que la relación no traspasa los muros del instituto. Muchas veces esas personas te sorprenden y demuestran ser más de lo que tú pensabas, viendo más allá de lo que dejas mostrar e intentando ayudarte más que tus propios y, supuestamente, verdaderos amigos. El único pero que le podemos poner a la actitud de Sana es que decide utilizar a Isak, a pesar de que realmente le ayude a estudiar, para conseguir pruebas de que Sara es una chica falsa e hipócrita.
No sabemos si finalmente utilizará o no esas fotos que hace en las que Sara (Kristina Ødegaard) llama tonta a Vilde (Ulrikke Falch), su supuesta nueva gran amiga, o si se achantará y decidirá dejarlo correr. Esto nos ha podido sorprender de Sana, ya que siempre ha dado la imagen de chica con unos ideales inquebrantables pero hasta la persona más noble es impredecible y quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, ¿no? El enfado y el sentimiento de soledad son capaces de llevarnos a lugares a los que nunca pensábamos que podríamos ir y está claro que Sana está muy indecisa con sus actos pero la indignación de lo que estaban planeando hacerle a ella, y lo que le pueden llegar a hacer a sus propias amigas, puede más que la razón.
Ha sido un episodio tranquilo, sin muchos giros ni momentos de emoción pero sin duda era necesario ver los momentos después de las grandes decepciones de Sana para comprender lo próximo que pasará porque ella ya ha tenido suficiente tristeza y su «let’s go bitches» es la mejor declaración de intenciones que podríamos desear así que abróchense los cinturones porque la ‘badass‘ de ‘Skam‘ por excelencia va a volver a dar cera y ser la «reina» que todos adoramos. ¿A vosotros qué os ha parecido el capítulo tras el pequeño parón? ¿Habríais actuado mejor que Sana o creéis que la chica ha mantenido bastante la compostura? ¿Pensáis que Sana utilizará las fotos para abrir los ojos a sus amigas con respecto a Sara y compañía? ¡Esperamos todas vuestras opiniones en la sección de comentarios!