La serie revelación en mamarrachadas de la temporada, nos deleita esta semana con una capítulo que, perfectamente, podría pasar por uno de ‘Pretty Little Liars’: mamarracho y muy aburrido. Sin embargo, los últimos cinco minutos, sí valen la pena comentarlos. Si aún no habéis visto el capítulo, no sigáis leyendo, esta entrada podría contener spoilers.
Tras cumplir su misión de rescatar a Luke (Isaiah Mustafa), Clary (Katherine McNamara) y sus nuevos amigos cazadores de sombras fijan un nuevo obejtivo: recuperar la Copa Mortal. Gracias al recién descubierto poder de Clary, la joven sospecha dónde puede estar escondido el tan ansiado objeto.
Es entonces cuando Luke ata cabos, y le revela a Clary que es él quien tiene las cartas en las que su madre ocultó la Copa Mortal. Así, Clary, acompañada de Jace (Dominic Sherwood) pone rumbo a la comisaría, con un plan bajo la manga para recuperar la dichosa Copa.
Decir que ha sido un capítulo de relleno sería, sin duda, quedarnos corto. Pero, está claro, era la excusa perfecta de los guionistas para, por fin, avanzar un paso en la relación de la pareja principal de la serie: Clary y Jace.
Con Luke casi recuperado, Clary decide que tiene que recuperar la Copa, ahora que sabe que uno de sus dones es fusionar los objetos en el papel, haciendo que parezcan dibujos, y recuerda que su madre poseía una baraja de cartas y, entre ellas, aparecía una con la Copa Mortal. Sin embargo, oh, inesperado giro de los acontecimientos, a Luke le detienen nada más llegar a su lugar de trabajo, y Clary debe desarrollar sus (pocas) dotes de actriz para apañárselas y conseguir la dichosa baraja de cartas.
Es entonces cuando empiezan treinta minutos de capítulo que, únicamente giran en torno a Clary y a Jace en un constante tira y afloja, mientras ella intenta encontrar la Copa, las cartas y las bragas que perdió el día que conoció a Jace.
Por otra parte el pobre Simon (Alberto Rosende) se enfrenta a sus propios problemas. Mientras su amiga conoce más en profundidad a Jace e ignora las llamadas de su supuesto mejor amigo, Simon está sufriendo síntomas que le hacen pensar que se puede estar transformando en un vampiro. Tanto es así que acude al lugar dónde le retuvo Camille (Kaitlyn Leeb), con la esperanza de obtener respuestas para, finalmente, acabar siendo atacado por la vampirersa.
Y el otro damnificado de la relación Clary-Jace no es otro que el pobre Alec (Matthew Daddario). Aunque las cosas con Magnus (Harry Shum Jr.) están empezando a tomar forma, está claro que el pobre no soporta que haya algo entre su amigo y Clary. Y, lógicamente, le tiene la misma tirria a Clary que le tenemos nosotros (aunque por distintos motivos)…
Las conclusiones después de este capítulo son pocas, después de una trama tan pobre y aburrida. ¿A vosotros qué os ha parecido el capítulo? ¿Os ha gustado? ¿Ha sido un capítulo de relleno? ¿Cómo evolucionará la relación entre JAce y Clary? ¿Qué pasará con Simon? ¡Animaros a comentar vuestras impresiones con nosotros!
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