Esta semana, una vez rescatado Simon (Alberto Rosende), prosiguen con la búsqueda de los recuerdos de Clary (Katherine McNamara) y así llegar a hacerse con la copa mortal antes que todos sus enemigos, que no son pocos. Este capítulo ha desatado la euforia de los espectadores gracias al alto grado de protagonismo de uno de los personajes favoritos de los lectores de la saga, del que hablaremos a continuación.
Tras despachar a Simon a su casa sin saber que está sintiendo los primeros síntomas del vampirismo Clary y sus nuevos amigos cazadores de sombras prosiguen la búsqueda de sus recuerdos por toda la ciudad de Nueva York. Por suerte los sueños de Clary les guían en su misión y acaban volviendo a ver a uno de los personajes más carismáticos de toda la saga de Cazadores de sombras, Magnus Bane (Harry Shum Jr.).
Magnus es un brujo más antiguo incluso que el Mar Muerto y por ello ha estado metido en todos los asuntos de los cazadores de sombras desde hace cientos de años, con lo que puede hacer guiños a la saga hermana de ésta nombrando a personajes de «Los orígenes». Por supuesto Magnus fue el encargado de llevar a cabo el borrado periódico de los recuerdos de Clary pero como nada podía ser tan fácil como intercambiar esos recuerdos por una reliquia perteneciente al brujo sino que hay que hacerle frente a un Demonio Mayor, que parece que es más chungo que un demonio normal pero en realidad se parece más al humo negro de ‘LOST‘, que tampoco era para tanto. El caso es que después de tanto lío para encontrar al brujo, matar a unos cuantos lacayos de Valentine (Alan Van Sprang), encontrar al demonio y de que Clary se tomase el trabajazo de dibujar un pentagrama va Alec (Matthew Daddario) y estropea todo el plan por vergüenza.
Aunque para los seguidores de los libros está perfectamente clara cuál es la situación de Alec es bastante probable que los no lectores también lo supieran desde el minuto uno que apareció en pantalla «maltratando» a Clary y es que cuando el demonio de la memoria les ha pedido un recuerdo de la persona más querida la visión de Jace (Dominic Sherwood) les ha dejado a todos (menos a Isabelle (Emeraude Toubia), claro) en blanco y Alec no ha podido soportar seguir en el pentagrama de la memoria. Así que Alec está enamorado de su parabatai y nos quedamos sin saber cuál es la persona más importante para Jace, que sería bastante probable que también fuera su «hermano». Sin embargo es evidente que los sentimientos del Lightwood van más allá de la mera amistad pero por suerte Magnus andaba por ahí para darle fuego a uno de los ‘ships‘ más grandes de la serie. Malec ha llegado, Malec no ha hecho más que empezar y todo lo demás que ocurra en esta serie queda a partir de ahora en un segundo plano porque entre el gran mago de Brooklyn y Alec Lightwood han saltado fuegos artificiales. No sabemos muy bien cómo superar lo estupendos que son Matthew Daddario y Harry Shum Jr. pero al menos tendremos un capítulo cada semana para llorar por su amor. Fuera de bromas es muy interesante la introducción de un argumento de este estilo ya que el público al que está dirigido la serie es, principalmente, adolescente y puede que haya alguno confuso con su orientación sexual al que le sea de gran ayuda verse reflejado de alguna manera en una serie de televisión.
La historia central de la temporada no ha avanzado demasiado, ya que se encuentran en el mismo punto que al comenzar el capítulo pero en tan solo cuatro capítulos ha quedado claro que esa trama central solo sirve para que las subtramas avancen. Lo cierto es que en este episodio tampoco hemos visto demasiado avance en la relación Jace-Clary más allá de unas cuantas miraditas vergonzosas… Sí, Jace vergonzoso, yo tampoco sé de dónde se han sacado ese rasgo de la personalidad del cazador de sombras pero tampoco entiendo por qué escogieron a Katherine McNamara para ser Clary, misterios de ‘Freeform‘. Tampoco se entiende muy bien a dónde quieren ir a parar con la trama de Simon descubriendo por sí solo que siente atracción por la sangre humana. ¿Cómo será el momento en que su gran amiga se entere de la nueva condición de su amigo?
La calidad de la serie sigue sin remontar ya que algunas escenas y, sobre todo, efectos especiales invitan a poner los ojos en blanco pero está claro que si consigues conectar con algún personaje se hace mucho más disfrutable aunque los momentos de Valentine en Chernóbil siguen sin tener ningún interés o sentido. Ya sabemos que el hombre es malo y sigue con su plan de encontrar la copa mortal pero ver cómo amenaza a todo el que se le pone por delante tampoco es el mejor seguimiento que se le puede hacer. ¿Vosotros qué pensáis de este cuarto capítulo? ¿Pensáis que va poniéndose interesante poco a poco? Os invitamos a compartir vuestras opiniones en la sección de comentarios pero antes no os olvidéis de ver la promo del próximo capítulo.