Season & Series Finale de ‘Masters Of Sex’: Una boda, un nacimiento y un funeral

Sí, hemos tardado mucho en publicar este post sobre ‘Masters of Sex‘ y su cuarta y última temporada. Después de saberla cancelada nos aventuramos a criticar y recapbloguear esta última aventura del doctor Masters (Michael Sheen) y la señorita Johnson (Lizzy Caplan).

Ha sido una temporada de altibajos y, como ha ocurrido con esta serie ya en temporadas anteriores, de difícil “enganche”. No sé si me explico, no es la típica serie que te tiene semana tras semana pendiente de la pantalla… Con el tiempo que transcurre entre temporada en temporada, además, nos da tiempo a olvidarnos de sus tramas repetitivas y de la toxicidad de la mayoría de sus relaciones.

Nos quedamos con este final concluyente pero, al mismo tiempo, incompleto para algunos personajes. Entramos de lleno esta temporada en nuevas ideas y nuevas posibilidades para verla canceladas y las esperanzas destrozadas. Es lo que pasa cuando intentas salvar a un muerto. Y fue un milagro su renovación la temporada pasada y, aunque los cambios que propusieron tenían buena intención, no han funcionado.

Con su magistral intro, ‘Master of Sex‘ era, desde el principio, una promesa. Y funcionó, sobretodo al principio. Personajes originales y una historia conmovedora a la vez que ambiciosa. Es una pena que hayamos visto su caída, como tantas otras series, en desgracia.

El personaje de Virginia Johnson que tanto nos conmovía e inspiraba en un principio ha terminado convertido en un monstruo de sí mismo. Esa última escena ha dejado a Virginia pintada de manipuladora y falsa, de trepa, de aprovechada, cuando llevamos toda la trayectoria de la serie formando a un personaje luchador y trabajador, con altas miras pero merecedor de reconocimiento por su propio pie. Una pena verla convertida en una abominación. ¿Y de sus hijos? ¿Y de sus padres? ¿Y de sus maridos? Nos quedamos en blanco, sin más información que la que se menciona de pasada durante los diez capítulos que ha durado este último rodeo.

Y aunque el personaje de Bill Masters ha pasado por un proceso de humanización, el verdadero Masters que ha triunfado ha sido Libby (Caitlin FitzGerald). Un descubrimiento personal que nos ha conquistado desde el primer momento y que le ha dado a la temporada ese aire de libertad y feminismo que en otros años aportaban Virginia y Betty (Annaleigh Ashford). Oh, Betty, ahora hablamos de ti.

Sí, Libby y su crecimiento como humana y mujer ha sido algo de largo recorrido. Ya la temporada pasada y la anterior se buscó a sí misma y si la caravana hippie es o no el final del camino nos da igual. Lo importante es seguir avanzando. Que Bill se pusiera en contra de ese progreso incluso mientras aseguraba que quería la felicidad de ambos, la felicidad de sus hijos… Solo demuestra que tras todo este proceso Bill sigue siendo un egocéntrico y que poco puede hacerse para cambiarlo. Además de que deja claro que el respeto que Bill tiene por su ahora exmujer sigue siendo nulo. Una pena.

Y finalmente, el estudio sobre la homosexualidad. Una serie que siempre ha sido tan abierta para todo que de repente nos sorprenda con esto… ¿Os acordáis de cuando Bill negaba la existencia de tratamientos que pudieran cambiar la orientación sexual de Barton (Beau Bridges)? ¿Qué ha sido de eso?

Supongo que la intención inicial era el descubrimiento y el estudio de la bisexualidad, pero se les ha ido la olla por completo. Echando un vistazo a algunos artículos de la época (este es fascinante) uno se da cuenta de que no se trataba sobre curar la homosexualidad sino de aprender sobre ella para erradicar los prejuicios. Una pena que el final haya quedado así.

Una serie tan gay inclusive debería haber intentado otro camino antes de terminar así la temporada, ¿no os parece?

Porque ni siquiera hemos tenido oportunidad de despedirnos de Betty, de decir adiós a este personaje tan maravilloso que fue el comienzo de todo, del estudio, de la relación profesional de Masters y Johnson… Y no sabemos si finalmente conseguirá o no a su bebé… Si triunfará el amor por encima del odio…

En fin, nos tocará despedirnos de Masters and Johnson y de su irreverente temática, ¡hasta la próxima, educación sexual!

Marina Ortiz
ADMINISTRATOR
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