Volvemos a la carga con otro capítulo a primera vista insustancial de ‘Scream Queens’, en su línea algo repetitiva pero con un final carnicero y sorprendente.
No hay futuro para el amor de las Chanels, y ya no sólo hablamos de que Tyler (Colton Haynes) estaba a punto de ser #Hot y pasó a ser #Not (lo siento mucho por los hashtags pero sinceramente, ¿dónde los usaríais si no fuera hablando de esta serie? No sé). Ni siquiera hablamos de que Taylor Lautner es un muerto, aunque en fin, Chanel #3 (Billie Lourd) se merece un orgasmo a manos de alguien con sangre en las venas. Esta semana quien nos deja en el altar pero con una buena razón es Chad (Glen Powell). La temporada pasada dejó pocos supervivientes, pero entre ellos estaba Chad, y ahora la lista de sospechosos vuelve a estrecharse. Por internet se comenta que esta es una de esas muertes que no son fácilmente falsas, ya que al fin y al cabo no sólo está desangrándose, sino que cae desde una altura importante.
Personalmente, Chad es una fuente de humor en esta serie que se echará de menos. Pero mientras sí que agradecí cuando le vimos por primera vez esta temporada, me alegro un poco de que le hayamos podido decir adiós. Quién sabe, igual esto es todo un plan mayor para conseguir el corazón de Chanel (Emma Roberts) en su insulsa competición con el doctor (John Stamos). No sé, ¿se nota que esta temporada no es santo de mi devoción?
En un mismo capítulo Chad y Chanel (quienes, por cierto, tienen nombres incompatibles con un buen ‘ship name’, qué pena) se comprometen, se van a casar y uno de ellos muere. No necesitábamos más señales del universo para saber que nada de esto debía pasar. Aunque igual si que es universalmente apreciado que la propuesta fuera para firmar un contrato pre-matrimonial… Me encantan las cosas prácticas. Y también que no haya nada más Chadnel (I tried) que esa escena.
Igual deberíamos hablar de que el centro CURE está empezando a ¿¿curar a personas?? A ver, no salen del hospital con vida, ¡pero no por culpa de los médicos! Es simplemente que hay un tío con un machete y una puntería espectacular fastidiando la fiesta post-orgasmo eterno. Número de curas descubiertas: ¿3? Número de cabezas rodando por los pasillos: Más de tres, eso seguro.
La última paciente brutalmente asesinada asegura que llamó a “la prensa”, pero a pesar de la cantidad de cadáveres que Munsch (Jamie Lee Curtis), con una fanatismo palpable, esconde, nadie viene a investigar. Que haya un pantano donde dejar caer los trocitos de los ex-pacientes de CURE es un regalo de los dioses, porque Munsch se va a asegurar de que no salga nada que no de buena publi. Por ejemplo, tampoco se sabe que está enferma terminal por culpa de ingerir cerebro humano, ni de cómo ésta enfermedad que le va a matar no tiene síntoma alguno. Pero bueno, cuando caiga redonda ¿igual cambian las cosas? Nunca va a morir, ¿no?
No sé ni por dónde seguir, porque la historia está tan desperdigada por el mundo ‘Scream Queen’iano de manera incoherente que es difícil seguir el hilo. Hester (Lea Michele) es de los personajes más interesantes, aún llevando una máscara de Hannibal. Es la única que tiene información sobre el caso que están intentando resolver con toda la calma, y sus pistas les llevan, esta semana, a Florida. El único superviviente de la masacre de Halloween en 1986 recibe a Chanel y su ‘crew’ vestido de enfermero, y cuenta la fascinante historia sobre cómo su cagalera le protegió de la muerte.
¿Como concluimos esto? Que la investigación está más muerta que Taylor Lautner de vampiro. Y, bueno, que ahora tenemos a más sospechosos… los personajes OG de la temporada pasada han sobrevivido a todo, ¿quién se atrevería a tocar a Chad? ¿Y donde está la enfermera (Kristie Alley)? Todo esto huele a estar orquestado por Hester, por muy imposible que parezca. Pero bueno, hasta que no le demos sus cremas no sabremos la verdad, ¿no? Comentemos.