La semana pasada se anunció la renovación de ‘Scream’ por una tercera temporada, de la que aún no tenemos más detalles. Para nuestro deleite, sin embargo, nos han regalado este especial de Halloween: un capítulo doble relativamente autoconcluyente que une todos los elementos que hacen de ‘Scream: The TV Series’ una maravilla del género de terror adolescente.
Nos recuerdan en las escenas de “Previously On…” que Kieran (Amadeus Serafini) fue quién se escondía bajo la máscara la temporada pasada; el cómplice de Piper (Amelia Rose Blaire) que aún tenía trabajo que hacer. También recordamos cómo Emma (Willa Fitzgerald) le salvó de la muerte pero no de la condena perpetua, dándonos un final de esos tan americanos y justicieros. Todo el gozo se cae por el pozo en los primeros minutos del capítulo, porque lo que también nos recuerdan nada más empezar es que hay alguien más, el portador real de esa extraña y robótica voz amenazadora, que anda suelto y con ganas de más juegos. ¿Por quién empieza? Por Kieran. Bueno, por el poli, y luego sigue con Kieran.
Es una decisión extraña, el matarle cuando recaía tanto simbolismo en que siguiera vivo. La lista de sospechosos ahora es casi nula, con la excepción de Brandon James, el fantasma en boca de todos que nadie ha visto aún. Lo que sí es cierto es que la persona que esté detrás de esto tiene que tener poder, no sólo físico sino económico o de status para poder participar en todos estos crímenes. No es demasiado rentable vivir de tu carrera de asesino en serie, a no ser que alguien te esté pagando por matar. La persona detrás de todo esto tiene acceso a salas privadas de protección de prisioneros en los juzgados, viajes a islas perdidas (y alojamiento, nos imaginamos, ¿no?), y sobre todo a INFORMACIÓN. Brandon, la persona bajo la máscara o como queráis llamarle, tiene una capacidad de enterarse de detalles tan personales que no puede ser una coincidencia. ¿Cómo consigue contactar con Kieran tan fácilmente? ¿Por qué le resulta tan fácil seguir el rastro de Emma y su grupo, atormentarles, y aún así no ser descubierto?
El misterio de quién se esconde bajo la máscara definitiva será el motor de la tercera temporada, sin duda, pero no lo es de este capítulo. El capítulo se desarrollo antes de que le dieran luz verde a una temporada más de nuestros adolescentes gritones favoritos, y por lo tanto tiene una trama que empieza y acaba en la hora y media del especial. Eso es lo que lo hace tan divertido: en vez de pasarnos meses hasta descubrir quién es el asesino, tenemos una película ‘slasher’ a tiempo para Halloween con personajes que conocemos.
El formato es clásico: salgamos de la ciudad opresiva para relajarnos en una isla recluida (y si aparentemente tiene sólo un policía, mejor aún). ¡¡Sorpresa!! Esta isla sufrió una serie de asesinatos brutales el siglo pasado. ¿Qué diver, no? Susto por aquí, susto por allá, escenario macabro… El lugar ideal para un grupo de menores con estrés post traumático obsesionados con la muerte. Incluso la resolución es previsible, porque todos sabemos que Emma tiene un gusto pésimo en los hombres, pero ver a los personajes a los que ya tenemos mucho cariño meterse en más líos es… reconfortante.
El rollo del capítulo es más ‘Sé lo que hicisteis el último verano’ que ‘Scream’, con la isla, la tormenta y la herramienta usada como arma. Como siempre, esta inspiración no nos la intentan colar, nos la dejan bien clara. Siempre está Noah (John Karna) para decirte exactamente a qué le recuerda lo que ocurre, como ‘Viernes 13’, para que te quedes tranquilo. Saben lo que están copiando y nosotros también, así que pasemos página y disfrutemos.
En el transcurso del capítulo tenemos momentos de amistad preciosos que siempre surgen en las películas de terror de este estilo, un poco como la calma antes de la tormenta (literal), para que nos duela más si alguno muere. Personalmente, vería un capítulo entero dedicado a un día de chicas entre Audrey (Bex Taylor-Klaus), Brooke (Carlson Young) y Emma bebiendo vino y hablando de cualquier cosa mientras se abrazan y se hacen selfies. De verdad, las mujeres de esta serie son una maravilla. Aparte del poder de la amistad de éstas tres, el resto del grupo está unido cómo sólo una panda de supervivientes podría estarlo. A Stavo (Santiago Segura) y Noah les une su proyecto de novela gráfica, a Stavo y a Brooke una relación muy entrañable con problemitas sobre su futuro (que se solucionan muy intensamente) y al resto, en general, una sensación de gratitud. Noah siente el “remordimiento del superviviente”, como seguro lo hacen todos, pero lo que más les conecta es la realidad de que siguen vivos, a pesar de todo. A pesar, incluso, de éste capítulo tan sangriento.
Este capítulo ha sido clave para el desarrollo de Emma en particular, ayudándola a alcanzar una catarsis deshaciéndose de otro de sus amantes asesinos. De verdad, pobre chica, pásate a la otra acera que matan menos. Alex está detrás no sólo de las muertes en cadena, sino de atraer a Emma hasta la isla. ¿Qué se pensaba que iba a conseguir? ¿Engañar a Emma para dejar a sus amigos ahí y pirarse con un tío que acaba de conocer? Emma gritando “I’m Emma Duval, I don’t need a hero!” era necesario y muy bonito de ver, aunque acabara en muerte.
El capítulo termina y aún nos queda la duda de quién está detrás de la máscara y aún en las sombras. El padre de Emma (Tom Everett Scott) frente a la tumba de Kieran no es buena señal pero, ¿le hace un sospechoso? ¿Quién saldrá vivo de esta? Comentemos.