Mientras continúa la lucha por tener una carrera política entre los Lodge y los Andrews, el pueblo y sus habitantes tienen otros problemas más acuciantes que resolver. ¡Analicemos los acontecimientos!
A largo plazo, la trama que nos dirá quién será el nuevo alcalde de Riverdale sigue en pie. Mientras Fred (Luke Perry) parece ser el único que se lo toma en serio, ya que Hermione (Marisol Nichols) está más ocupado en los tejemanejes mafiosos de su familia, eso deja a Archie en una posición incómoda. Tal y como apunta acertadamente Veronica (Camila Mendes), son los Capuleto y los Montesco del siglo XXI. Sinceramente, hace tiempo que hemos dejado de entender al personaje de Archie (KJ Apa), y y a ni siquiera nos esforzamos en intentarlo. No compartimos para nada sus acciones, que a cada episodio dan la sensación de tener cierto desorden de bipolaridad. La serie no sabe cómo llevar al personaje, y traiciona sus principios casi constantemente, en favor siempre de la trama, pero desmontando al personaje a cada ocasión.
Sí, que queréis, estamos bastante cansados de los dramitas y de ver tanto tiempo en pantalla a Archie-Veronica. Necesitamos que exploten a otros personajes, que la serie está repleta de ellos.
Por ejemplo, Cheryl (Madelaine Petsch). Hemos sabido esta semana que la pequeña Blossom imagina sus fantasías en blanco y negro y como si de una película clásica se tratara, y ha sido un puntazo que la serie lo planteara así (si es que cuando Riverdale hace algo bien, que no es muchas veces, hay que reconocerlo). Ahora bien, podríamos pensar que su trama de encierro en ese loquero de monjas daría para más episodios, pero gracias a una oportuna llamada, el grupo de amigas del alma no duda en acudir al rescate. Eso sí, Josie (Ashleigh Murray) decide no ir. Otro personaje al que nunca echamos en falta y cuando sale es para no hacer nada relevante. Sinceramente, que se haya creído la mentira de mamá Blossom, una mujer lo suficientemente sociópata para mandar a su hija sin ton ni son a un loquero solo porque sienta algo por otra chica… Muy mal, muy mal.
Lo que resulta indignante es que al pobre Kevin (Casey Cott) siempre lo usen para sonsacarle información de todo tipo y luego a la hora de la verdad nunca tenga un papel relevante en los planes. En primer lugar, porque es un personaje con potencial que se empeñan en opacar con estupideces. Y en segundo lugar, porque para estar ante una serie juvenil del siglo XXI, parece mentira que el único personaje homosexual masculino quede relegado a la nada. Esperamos que cambia esta situación, porque de parejas heteronormativas ya está llenita la serie. Así que, por favor, demos más importancia a Kevin.
Otro personaje que, bueno, está ahí y todavía desconocemos de qué pie cojea es Chic (Hart Denton). Esta semana le ha dado por ayudar, o eso creemos, pero parece que siempre le sale todo mal. Un poco de penita sí nos da, la verdad. Pero también es cierto que desde que ha llegado a la familia Cooper le pasa de todo, así que la decisión de echarle veremos qué consecuencias trae.
Finalmente, en el colegio continúa la carrera política, y todos sabemos que votaríamos sin dudar al dúo Jugg-Betty (Lili Reinhart). Al menos nos ha servido esto para que Archie y Reggie (Charles Melton) echen un pulso cargadito de testosterona y hayamos podido ver al personaje en pantalla ni que fueran unos segunditos. Menos da una piedra.
Aprovechando la circunstancia, por cierto, y sabiendo que ‘papi Lodge’ está en aprietos, el joven no duda en emplear a su Círculo de macarras para amenazar a sus rivales en una escena que, en fin, preferimos no comentar.
¿A vosotros qué os ha parecid0 el episodio? ¿No os resulta chocante que las Serpientes ignoren a Jugg cuando se trata de una votación pero obedezcan cuando se trata de, navajas en mano, allanar la casa de Betty y amenazar a un posible problema futuro? ¿Qué opináis de la actitud de Archie?
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