Una semana poco trascendental para Riverdale, dado que algunas de sus tramas huelen a relleno desde lejos y poquita chicha podemos sacar como relevante. Eso sí, ha sido la mar de entretenido y mamarracho…
Creo que es justo y relevante comenzar por aquella trama de la que sí podemos extraer una lectura importante y que aún tiene vigencia en la actualidad. Jugghead (Cole Sprouse), nuestro eterno defensor de las causas perdidas, eso sí cuando le conviene, descubre el turbio y sangriento secreto que oculta el fundador del pueblo, y decide tomar las cartas por su mano y publicar un polémico artículo que levantará polvo. Alegra saber que una serie eminentemente juvenil se mete en temas como la historia y el pasado, ya que al fin y al cabo el derramamiento de sangre no deja de ser una forma de racismo, ya que casualmente solo afectó a las Serpientes, grupo formado mayoritariamente por latinos y diversas etnias sociales marginadas, mientras que los blanquitos ricos se adueñaban de sus tierras injustamente.
Hoy día, ese ansia de poder y esa dominancia la lleva escrita en la cara Hiram Lodge (Mark Consuelos), que a cada semana que pasa se vuelve más ‘shady’ de lo que ya era. Por si no fuera suficiente con la mentira que le suelta al pueblo para evitar una posible rebelión y que sus planes se vayan al traste, está decidido a hacerle la vida imposible a Archie (K.J. Apa), por motivos tremendamente absurdos («Tu padre se acostó con mi esposa…»). O sea, vamos a ver, señor, usted estaba en la cárcel y su esposa renegaba de usted por lo que había hecho, a mí plin. Y culpar solo al pobre Fred (Luke Perry) por ello… aquí dos no se enrollan si uno no quiere…
El caso es que, en pleno siglo XXI, el ego de machito tocado aflora en ambos dos, y desde luego de Archie no nos lo esperábamos. Está decidido a todo para agradar al padre de su chica, llegando a extremos que resultan anticuados y que dan la sensación de que estamos viendo una serie de los 80. Suerte que tenemos a Verónica (Camila Mendes) para recordarles en qué siglo estamos y que estas actitudes de macho ibérico ya hace tiempo que pasaron a la historia… vamos, que esta trama del wrestling y demás no ha servido para nada, y nos ha cabreado un poco. Intentamos buscarle un lado positivo, y es que por un lado siempre es agradable ver a Archie cumpliendo contrato y haciendo ‘fanservice’, y por otro siempre nos agrada ver a Kevin (Casey Cott) en pantalla, que ya va siendo hora de que le den alguna trama relevante, más allá de que nos enteremos de que conoce al hermano de Betty (Lili Reinhart) porque ve porno en Internet… Por cierto, ¿no os ha parecido pelín ‘awkward’ esta conversación? Rollo «Oye, que conozco a tu hermano porque lo vi por webcam haciendo guarradas y yo me lo pasé genial…»
Y entrando ya en el tema de Chic… (Hart Denton) está clarinete que este chico es tan oscuro y siniestro como el que más pero a ver… ¿no es poco exagerado tacharle de criminal simplemente porque se gane la vida como gigoló virtual? ¿O es que quizá Hal (Lochlyn Munro) sabe algo más que no quiere contar y por eso actúa así? En cualquier caso, Betty está encantada de tener a su hermanito de la vida, hasta tal punto de que incluso le dé igual enterarse de que la mira por las noches. Qué demonios, vamos más allá, ya que le pide a Chic que le muestre su lado oscuro, y ya tenemos aquí a nuestro Darth Vader montado. Por favor, que nos expliquen esta absurda decisión de Betty…
Finalmente, el episodio nos ha dejado con un… ¿’cliffhanger’? Aunque vamos a decir más bien «head-hanger», por aquello de… bueno, da igual, es un chiste malo… ¿alguien se cree de verdad a Hiram? Esta serie empieza a ser muy predecible, todos sabemos que culparán a las Serpientes y se liará parda… lo vemos venir. En cualquier caso, comentadnos, ¿os ha gustado el episodio? ¿Se ha vuelto predecible todo? ¿Seguimos manteniendo la atención en esta serie por la belleza de Archie y todo su elenco? ¿Qué pasará con Archie ahora que también parece haberse unido al lado oscuro? ¡A comentar!
