Los DiLaurentis son la familia más mamarrachamente disfuncional de toda la TV y, si las nuevas pistas que nos ha traído este capítulo son correctas, todo está a punto de alcanzar un nuevo y grotesco nivel.
Atentos.
En realidad este capítulo se podría resumir de esta manera:
Aria: voy a comprarle un billete de avión a mi prometido para que vaya a reunirse con su ex-prometida-no-muerta
Emily: what the cojones estás haciendo aquí Paige ya tengo suficientes novias en Rosewood no quiero más gracias
Hanna: NOEL KAHN ES A. D. PODÉIS HACERME CASO DE UNA PUTA VEZ
Alison: malditos críos, a vacilar a vuestra casa
Spencer: creo que soy una DiLaurentis jeje.
Y ya sabemos que cuando Spencer Hastings (Troian Bellisario quien, por cierto, dirigió este capítulo) cree en una cosa, lo más seguro es que no sea verdad. O sea todo lo contrario. Ya le hemos dando vueltas a si Spencer estaba relacionada con los DiLaurentis en el pasado y, como en todo en esta serie, resultó ser un mareo de relleno para meter más drama al asunto, ¿pasará lo mismo ahora? Parece que Spencer todavía desconfía del desliz que pudo tener su padre con una de las matriarcas de su familia vecina y quizá ahora resulte que no estaba tan equivocada como lo suele estar a pesar de ser la pretty smart del grupo… lo cual nos lleva a pensar, también, cómo narices se ha quedado preñada Mary Drake (Andrea Parker) DOS veces (y a saber cuántas más dado el historial sorpresa) si estaba interna en Radley, en plan… ¿nadie la controla? ¿quiénes son los padres de sus hijos? Vosotros esperad, que si no es papa Hastings aún son capaces de soltarnos que se quedó embarazada por inseminación artificial/el espíritu santo mientras mantenía una relación romántica a larga distancia con la madre de Aria (Lucy Hale). Y me lo creo, ¿eh? Me lo creo.
Por otro lado, quizá haya llegado la hora de dejar de shippear Haleb y empezar uno nuevo: Hanwald. La química entre Mrs. Grunwald (Meg Foster) y Hanna Marin (Ashley Benson) es innegable, la mejor de toda la serie si me apuráis. Ese diálogo tan apasionado entre ambas de:
Grunwald: ¡Estás en peligro!
Hanna: Ya lo sé, pero dime quién intenta hacerme daño.
Grunwald: ¡Peligro!
Hanna: ¿DÓNDE?
Grunwald: ¡Peligro! ¡Oscuridad!
Hanna: No os digo hasta donde me tenéis todos.
Grunwald: ¡Peligro!
Normal que haya estallado en la forma en la que lo hizo gritándole un par de verdades a cada una, convirtiéndose en la mejor escena de comedia de toda la temporada, grandiosa, la verdad, olé Hanna. Al menos una toma la iniciativa de hacer algo diferente y se convierte en una asesina pro, porque no le llegaba con cargarse a Rollins (Huw Collins), ahora quiere hacerle pupa a Noel Kahn (Brant Daugherty) porque obviamente sigue siendo el malo malísimo 7 años después (#noope). La serie merece la pena solo por momentos como este.
Y como el de Alison (Sasha Pieterse) intentando abrir la puerta del despacho del director sin ni siquiera bajar el pomo para comprobar que estuviese cerrada, atentos:
O como Spencer cuando le dicen que tome nota teniendo un ordenador delante y casi hace un salto triple mortal hacia atrás para coger un boli y apuntarse una dirección en la mano, que viva el siglo XXI.
Por otro lado, la séptima temporada está llena de regresos del pasado en un afán de intentar recobrar la frescura de la primera (nota para Marlene King, no está funcionando) y si Mrs. Grunwald no era suficiente, ahora tenemos que añadirle la aparición random de nada más y nada menos que: Paige McCullers (Lindsey Shaw). Justo a tiempo para complicar, todavía más, la vida amorosa de Emily (Shay Mitchell), porque lo suyo ya no es un triángulo, es un ciclo, que si Alison, que si Sabrina (Lulu Brud), que si Sara (Dre Davis), y ahora Paige, no va a dar a basto la pobre con tanta mujer.
Por lo menos el orden natural de las cosas se ha reestablecido, en el instituto por fin se ven niños de una edad correspondiente a su curso y no personas de 30 años intentando colar por adolescentes, di tú que es un progreso, pequeño, pero un progreso al fin y al cabo.
¿Qué nos deparará la semana que viene? Estamos a las puertas de la summer finale y todo continúa igual que siempre, ¿le dará Freeform una temporada más al final? Esperemos que no.
#TodosSomosHanna