Las pequeñas mentirosas siguen a lo suyo, haciendo cosas que ya en el instituto no salían demasiado bien pero ahora la estrategia ha cambiado y parece que van un paso por delante. Eso sí, énfasis en el “parece”, que este capítulo (como todos) está lleno de incongruencias.
El ritmo de la serie ha dado un giro esta última semana, lo cual era necesario, pero no ha traído más revelaciones que la obsesión de Sara Harvey (Dre Davis) por los guantes de cuero. Aún así, empieza con una respuesta, lo cual de alguna forma relaja la tensión acumulada alrededor de Aria (Lucy Hal) estas últimas semanas: su padre (Chad Lowe) no podría haber hecho nada malo, pero por si acaso espera a su hija en la oscuridad porque eso lo hacen los padres normales. Normal, normal no es, pero lo es aún menos cuando sabes que tu hija tiene estrés post-traumático y vive estresada y bajo investigación policial casi a diario. Está súper bien que tus padres te den “tu espacio” yéndose a un hotel a hacer cosas de las que mamá (Holly Mary Combs) no quiere hablar contigo pero esperas a tu hija no sabemos cuánto tiempo sin luz para decirle que has vuelto con tu ex-mujer. No, de normal no tiene nada, pero si podemos descartar a alguien más de que sean -B al menos vamos algo encaminados.
Ahora lo que no cuadra tan románticamente es el tema del bate de golf (¿palo de golf?), que aunque sigue siendo un misterio lleva a uno de los plot-twists más interesantes de la temporada: la habitación de Sara. Antes de nada, hablemos de Sara, que esta semana la chica no ha parado. Primero se pasea a lo ‘Jessica Jones’ por la ciudad mirando sospechosamente a la gente como si le pagaran por ello e incluso espía de manera muy directa a Ali (Sasha Pieterse), que está tranquilamente corrigiendo exámenes con su vestido floral digno de profesora. ¿Una tía vestida de negro con cara de afligida paseándose lentamente por los pasillos de un instituto ya no hace que salten alarmas? Estados Unidos, creía en ti. La cosa es que cada día Sara Harvey nos parece menos culpable y más loca y al resto completamente al revés. El grupito de las mentirosas está convencidísimo de que Sara esconde un secreto importante que les llevará a -A (porque siguen llamándola así), ¿y cuál es la mejor forma de descubrirlo? Lo habéis pillado, palo selfie y un par de profesionales de la búsqueda. ¿Qué creéis que esconderá esa larguísima escalera? ¿Por qué narices Aria no llamó a Spencer antes de bajar? ¿Cómo narices consigue alguien con las manos tan frágiles hacer un agujero de ese tamaño en la pared? Aceptamos apuestas de a dónde llevará ese armario (Narnia no vale).
Hablando de rebuscar donde no te mandan, el equipo de Hanna (Ashley Benson) y Aria también rebusca en todas (sí, todas, las mil) cajas de cereales de la casa de los Marin en busca del disco duro, sin encontrar nada. En cierta manera sabemos que esto volverá a fastidiarlas en el futuro, porque un disco lleno de información clave no se puede guardar en casa como si nada en esta serie, pero su ausencia lleva a uno de los mejores planes de la serie hasta el momento. Han tardado años pero al fin lo han conseguido: fastidiar, aunque sea un poco, al pesado de turno de los mensajitos. Tenía que llegar el momento algún día donde Caleb (Tyler Blackburn) utilizaría su don de hacker profesional para cosas que de verdad son importantes como el ayudar a su nueva churri (Troian Belisario) y grabarse un poco con la webcam para armar jaleo. ¿Creéis que esto es una mera distracción, o que de verdad podría tener un impacto? Al fin y al cabo ya no estamos lidiando con -A, y es muy posible que este virus cambie muchas cosas de los planes del nuevo cyber-bully.
Hanna es la que más tiempo a solas con su nueva vida tiene esta semana con su prometido espectacular, cansados de no haber parado de acostarse toda la noche y de ser demasiado guapos para la vida. Son tan guapos, de hecho, que Hanna deja su trabajo, llegando a casa sin su taza de panda y con todo el tiempo del mundo para dedicárselo a luchar contra el crimen. Las prioridades están claras, amigos. Aún así, ¿a quién no le gusta un poco de ‘El Diablo Viste de Prada’?
Emily tiene una de las sub-tramas más extrañas de la serie, porque es compleja en su simbolismo (madurez, necesidad económica, sacrificio físico) y tecnicalidad (al fin y al cabo es un procedimiento médico), y aún así no sabemos en qué dirección quieren enfocarlo. Podría darle una profundidad muy necesaria al personaje de Em y sin embargo lo reducen a una alucinación rara con Sara. Si -B está detrás de que sus óvulos no hayan ido a la pareja escogida han cambiado los límites. Estamos hablando del cuerpo de Emily, y jugar con ello, sobre todo con un chiste malo de una huevera de cartón, ¿cuál es el objetivo aquí? La presencia de Ali en todo este embrollo aunque enternecedora sólo se vuelve sospechosa al escuchar la experiencia con Sara, y no paran de surgir más dudas – ¿qué tiene que ver Ali en todo esto, si es que tiene que ver algo? Por favor que dejen a Emily en paz, que sólo quiere darle hijos a personas que no pueden, ni siquiera eso le dejan…
¿Hablamos de #Spaleb? Sí, ¿no? Por favor, ¿quién quiere un ‘spin-off’ de Spencer y Caleb, juntos contra la corrupción política? Son tan compatibles que se me olvida que hubo un momento en el que #Haleb existió. Han convivido y vivido mucho y se nota la química a kilómetros de distancia así que… ¿POR QUÉ se empeñan en crear un triángulo amoroso done claramente no lo hay? Espero que paren porque por una relación que desarrollan del todo bien, que no la arruinen por drama adolescente. ¡¡Que ya son adultas!! ¡¡Más o menos!! Ni hablemos ya del triángulo entre Yvonne (), Toby (Keegan Allen) y Spencer, porque no. ¿A alguien más le cae estupendamente Yvonne? ¿Y alguien más se muere de ganas de ver más de Mona (Janel Parrish) que un segundo haciendo muy bien su trabajo?
Así que aquí se quedan las cosas, después de un capítulo un poco aburrido pero sobre todo nada revelador, de esos que nos encantan. Los posibles sospechosos de cualquier cosa (bullying telefónico, asesinato, fetichismo de palos de golf, etc) son:
– Ezra (Ian Harding), que por alguna razón sigue desaparecido y no está siendo directamente afectado por -A/-B/-Z.
– Sara, quién aparte de profundos problemas psicológicos de momento no tiene más que sus ojeras como signo de sospecha.
– Mona, quién puede tener muchas formas de controlar telefónicamente a las pequeñas mentirosas (y es una experta en todo esto, no mintamos).
– Dr. Rollins (Huw Collins), quién ha aparecido así casi de la nada y es demasiado raro como para no tener un pasado (o con suerte, presente) oscuro.
– Y, para volvernos un poco locos… ¿Mike (Cody Christian)? La verdad es que cualquier persona normal dejaría de coger el teléfono a gente que vive en un pueblo como Rosewood, pero, ¿quién sabe?
– Ah, y Aria, no nos olvidemos. Por RecapBlog somos muy fans de las teorías sobre que Aria tiene su lado oscuro, e igual más que oscuro es grisáceo, pero incluso esta semana ha dado que sospechar, así que sigue en la lista.
Pensé que esa lista sería más corta. Ayudadnos a reducirla, ¡que así no podemos vivir! ¡¡A los comentarios!!
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