Ha llegado el día. Hoy despedimos a los ‘Peaky Blinders’ de nuestra parrilla. No todo es tan malo, porque la BBC Two ha confirmado que veremos una tercera temporada de la serie, eso sí, tendremos que esperar hasta el otoño que viene. Pero, ¿y el gran sabor de boca que nos deja esta despedida? PORQUE VAYA MARAVILLA DE ‘SEASON FINALE’. Si aun no la has visto, deja de leer este post, que no quiero arruinarte la experiencia de ver este capítulo sin ‘spoilers’.
Tommy (Cillian Murphy) está preocupado. Está casi seguro de que no logrará salir con vida de esta. Como siempre, tiene todo planeado al milímetro, y aun así cree que no lo conseguirá contar. Desde el minuto uno la serie nos deja con el corazón encogido y esperando que en las carreras puede pasar cualquier cosa. Y nos preocupamos, y sufrimos. Y rezamos porque el plan de Thomas de resultado, como siempre lo hace, que no haya ninguna excepción.
El plan empieza bien y Arthur (Paul Anderson) sale de la cárcel. Solomons (Tom Hardy) fue traicionado por su «amigo» Sabini (Noah Taylor) y no le dio lo prometido a cambio de ayudarle a acabar con los Peaky. Así es que Alfie vuelve a cambiar de bando, no sin antes llevarse el 35% del negocio de Thomas y sin ver con qué clase de tío estaba tratando después de que el cabecilla se la jugara pero bien. Muy bien.
Siguiendo con el plan, el asesinato tendría lugar durante las carreras (¿al final qué caballo ganó?). Sus hermanos tomarían Epsom mientras el se encargaba de esos asuntillos propios que le había encargado Churchill (Andy Nyman), quien, al final, salvaría su vida, por la que temimos 56 minutos.
Yo me decía a mí misma que no podía haber ‘Peaky Blinders’ sin Tommy, el cerebro de la serie. Pero mi argumento iba perdiendo fuerza, ¿cómo no, si le veíamos dentro de una tumba desarmado y rodeado de tres tíos? Así que la cara que se le quedó al protagonista fue la misma que se nos quedó a todos nosotros tras presenciar esta maravillosa escena y todos nos quedamos tan helados como él cuando le decían que se largara y no lo hacía. ‘You will have everything now, Thomas’.
Le hemos visto despedirse de todos, pero sobretodo ha sido especial verle despedirse de dos personas: May (Charlotte Riley) y Grace (Annabelle Wallis). La primera, porque no esperaba que le recordara tantas veces que se iban a volver a ver, ni su insistencia en que le esperara. ¿Si a la que quiere es a Grace, por qué esto? ¿A qué viene?
Grace sorprendió por su inesperada presencia y su inesperada noticia: está embarazada. Y, como no podía ser de otra forma, es de Tommy. La pobre no podía haber aparecido en peor momento y no quiero ni imaginar las cosas que se le pasarían por la cabeza cuando su enamorado no apareció, o tras ver su reacción al escuchar la noticia. Pero tienes que entender que era el peor momento posible, Grace. Ah, y que estás casada con otro, eso también.
Pero pasando de los líos amorosos y de faldas de Thomas, que es lo más irrelevante de la serie, y demos la importancia que se merece a uno de los momentos más épicos del capítulo: la «muerte» (y lo entrecomillo porque, tras la anterior temporada, no estoy segura de que se lo hayan cargado en serio) de Campbell (Sam Neill) por parte de una magnífica Polly (Helen McCrory).
Esperaba que fuera Tommy quien acababa con él, pero ha sido increíble y perfecto que finalmente fuera Polly quien apretara el gatillo. Porque se lo merecía. Porque es una MUJER impresionante y no tiene que sentirse menos por nadie. Mis aplausos para este personaje.
Mis aplausos, en realidad, van para la serie en general, por haber conseguido crear este ambiente de preocupación y desconcierto durante todo el último capítulo, por los actorazos que la han interpretado y por el casi perfecto plan del cabecilla de los Peaky. Una atmósfera que ha sido perfectamente acompañada con su extraña BSO para la época, pero que, contra todo pronóstico, le sienta de mil maravillas.
Ahora, el protagonista no sólo será padre, sino que se va a casar. La vida parece sonreír a los Peaky Blinders, la temporada ha acabado con felicidad absoluta para los protagonistas (sobretodo para Arthur con tanta rayita) y sobretodo para Tommy, que desposará a alguien que ya descubriremos quién es pero con casi total seguridad será Grace.
La mejor escena del capítulo se la lleva el momento en el que Thomas cree que va a morir. Le vemos no dejar de hablar de Francia, hablar de que casi lo tenía todo…y se nos rompe el corazón. ¿Sería posible esta serie sin el protagonista? Estoy segura de que todos nos planteamos esta posibilidad durante unos segundos.
Pero, sin duda, otro gran momento ha sido el de la conversación entre Campbell y Tommy, donde el Peaky consigue dejar sin palabras al inspector tullido. Algún día se reencontrarán en el infierno y así el protagonista podrá contarle que Grace tuvo un hijo suyo. ¿Y le ha contado ya que Grace le quería? Pues eso.
¿A vosotros qué os ha parecido la ‘season finale’? ¿Qué destacaríais de la temporada? ¿Os ha gustado tanto como a mí? ¿Cuál ha sido vuestro momento favorito? ¡Decidme vuestra opinión en los comentarios!
PD: ¿Sólo yo he visto (es bastante posible) referencias a ‘Scarface’ -en los «have everyting» o en «Don’t fuck with the Peaky Blinders»- o a ‘The Godfather’ en la escena con Michael?
Paloma,
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