Perdonad por el título, era una broma absurda que tenía que ver con ‘Vicky Cristina Barcelona‘ que claramente no tiene gracia, pero sí mucho que ver con el capítulo de esta semana. Os prometo que intentaré un recap más gracioso, ¡seguid leyendo!

Si este episodio podría haber empezado mejor, aunque la primera parte incluía la frase «¡sé lo que necesitamos, un kraken!» y eso es difícil de superar, lo cierto es que de alguna manera este episodio ha sido mucho mejor que algunos de los que hemos estado viendo esta mitad de la temporada.

Sin pausa ni vergüenza nos hemos plantado de lleno en la resolución tonta de la trama de Jasmine (Karen David) y Agrabah. Y bueno, como no nos importaba mucho, pues nos sigue dando igual. Eso sí, ha sido un churro. ¿Pero qué nos sorprende ya de esta serie?

Todo esto de la mano de Hook (Colin O’Donoghue) que se ha visto arrastrado por Gideon (Giles Matthey) a otro mundo, cuando él nunca quiso abandonar a Emma (Jennifer Morrison). Al menos la chica se ha enterado a través de la concha. ¿Os imagináis ser una viejecita de estas que oyen el mar en caracolas y de repente empezar a oír todo ese discurso? Pues claro, los nietos la mandarán a un asilo por culpa de Hook.

Pero oh, a pesar de todas las ridiculeces habituales de la serie, esta semana hemos tenido una buena dosis de humor. Ha habido diferentes grandísimos momentos, como el plan de Regina (Lana Parrilla) de conquistar a su mujerzuela con copas en 2×1 y, en un mal move, pobrecita, invitar a su suegra soñada.

O dicha suegra retando a vikingos a un juego de puntería estando borracha. ¿No os hubiera encantado un capítulo entero de Snow (Ginnifer Goodwin) con copa(s) de más?

¿Qué os ha parecido el capítulo? Es un poco decepcionante que el malo sea alguien como Gideon, que es tan frágil y tan poco duro. Hemos tenido villanos mucho mejores y eso es imposible negarlo. Bueno, es que diría que todo han sido mejores.

Ahora que Gideon quiere matar a la Black Fairy con la ayuda de Emma en vez de hacerlo todo más complicado siendo malo, quizás las cosas se vuelvan más interesantes. Siendo esta la madre de Gold (Robert Carlyle) seguro que las cosas pintan mejor.

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