Mr. Robot 2×10: “Dime que tu también has oído eso”

¿Por qué creó Elliot (Rami Malek) Fsociety? ¿Cuánto tardará en colapsar todo lo que han creado al igual que el mundo que les rodea? El capítulo más corto de la temporada de ‘Mr. Robot’ ha sido una burbuja de tensión premonitoria que ha explotado con una escena en la que no éramos los protagonistas.

Ya poco tiempo pasamos en la cabeza del protagonista, porque dentro de la red de tramas e historias que ahora forman la narrativa de la serie, el alter ego de Elliot/Mr. Robot (Christian Slater) ya sabe a poco y a repetitivo. Por ello damos las gracias porque nos ha dejado tiempo para respirar y girar un poco el cuello, estirar nuestras articulaciones y simplemente dejarnos llevar. Sin embargo, ha sido una experiencia extraña no sólo porque no estamos acostumbrados a esta múltiple perspectiva relativamente objetiva, sino porque han introducido un tipo de edición que ha cambiado el ritmo del capítulo por completo.

Cada una de las historias que hemos presenciado esta semana han estado conectadas en temática, físicamente y gracias a las escenas superpuestas. La tensión de cada una de ellas, con un ritmo similar, se ha desarrollado de manera paralela e impecable. Elliot se da cuenta del peligro en el que ha puesto a sus seres queridos mientras uno de sus seres queridos, Darlene (Carly Chaikin) reflexiona sobre lo inferior que se siente frente a su hermano.

La identidad ha sido un emblema de esta temporada, haciendo que Angela (Portia Doubleday) busque el control y poder sobre su futuro para acabar sumida en una crisis mayor de la que empezó; de Elliot no hace falta ni hablar lo mucho que piensa en el tema. Pero también el resto de los personajes lo han personificado: Joanna (Stephanie Corneliussen) retomando su figura de mujer poderosa con un objetivo y Dom (Grace Gummer) adentrándose en un mundo oscuro que le podría matar por investigar y sobrevivir.

Lo único que quieren todos los personajes de ‘Mr. Robot’ (¿y todos nosotros?) es un poco de intimidad y libertad. ¿No es pedir tanto, no? ¿En una serie dedicada al ‘hackeo’? Es enternecedor y doloroso escuchar la historia de la últimamente muy habladora (¡¡¡gracias!!!) Darlene de su secuestro cuando era una niña. En aquel momento, vivió lo ocurrido como una bendición de los dioses, dándole el preciado respiro de convertirse en otra persona, en otra casa, con otro paquete emocional al que acostumbrarse. El mundo le arrebata su libertad, que en realidad no era más que una coacción, para encerrarle en el mundo familiar que debería liberarla y sólo hace lo contrario. Lo único bueno de esta vuelta a casa es volver a estar con Elliot.

La relación entre Elliot y Darlene es fascinante y elemental para la serie, pero en pocas ocasiones se ha visto tan clara como en esta ocasión. De parte de él no recibimos nada coherente (al fin y al cabo la temporada pasada no sabía quién era ella realmente), así que nos permiten coger bando y escuchar la perspectiva de ella. Ella escoge, necesita, ser libre a manos de su hermano. Su deseo de libertad y su fantasía de la niñez se transforman en tangibles con la esperanza que ofrece el genio de su hermano. Pero nada está saliendo como se planeó.

Darlene y Cisco (Michael Drayer) tienen la trama más pausada y habladora del capítulo y ver cómo su relación avanza poquito a poco a lo largo de los 45 minutos es increíblemente agradable dentro de todo el drama pero, cómo no, el drama les alcanza antes de tener otro momento encantador en el ‘diner’.

No sabremos si han sobrevivido al ataque de la Armada Oscura, y paralelamente, quién ha atacado a Angela, pero después de un capítulo introspectivo sin ser cargante, son dos dudas que nos dejan boquiabiertos. Lo ocurrido esta semana cambiará la dirección de lo que queda de temporada. Angela y Darlene están agotadas y quieren dejarlo todo ya, y cada una toma pasos en la dirección adecuada, sólo para sear coartadas en su camino. ¿Quién se salvará si los dos personajes más importantes de la temporada no lo hacen?

¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Quién hay al otro lado del teléfono de Tyrell (Martin Wallstrom)? ¿Qué no nos ha contado Elliot? ¿O qué no se ha contado a sí mismo aún? Hasta Angela lo dice: “No confíes en la voz de tu cabeza.” Y hablando de Angela y Elliot… Jo, ¿ESE BESO? Cuánta delicadeza entre tanta violencia, qué agradecida estoy. Palabras sabias y dolorosamente obvias. Ha sido un capítulo delicado y muy bien hecho, desde la música elegida mientras Joanna Lady Macbeth se vestía y maquillaba, hasta los semi-apagones mientras Dom se encaminaba al arresto de su carrera.

Comentemos.

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