Con muchas más apariciones de las que esperábamos de los personajes de siempre, ‘Fuller House’ sigue tocando nuestra vena más nostálgica con las aventuras de los Tanner. ¿Quizás demasiado? Si has visto la primera temporada, en esta entrada comentaremos lo sucedido desde el tercer capítulo hasta el noveno (aquí hemos comentado el inicio). ¿Te animas?
Las nuevas protagonistas, D. J. (Candance Cameron), Stephanie (Jodie Sweetin) y Kimmy (Andrea Barber) afianzan sus lazos y salen juntas de fiesta en el tercer episodio. Ahí podemos confirmar lo que intuíamos sobre la relación de Kimmy y su casi exmarido, Fernando (Juan Pablo Di Pace): los problemas son evidentes pero ninguno de los dos ha pasado página todavía. De hecho, Fernando se volverá a ganar el corazón de Kimmy poco a poco en los capítulos siguientes, como hemos podido presenciar. ¿Seguirán en la cuerda floja o acabarán la temporada con un final feliz?
Fernando es uno de los grandes descubrimientos de esta producción, y la combinación perfecta para la excentricidad de Kimmy. La locura y originalidad de ambos da lugar a las situaciones más inverosímiles y, aunque predecibles, las disfrutamos. Costaba imaginar cómo sería la pareja de Kimmy Gibbler pero ha cumplido con creces.
Más referencias a las gemelas Olsen, cómo no. Cada vez que se menciona al personaje, los espectadores y el público de la grabación es cómplice del doble sentido de la broma, pero en un determinado episodio han ido un paso más allá y Ramona (Soni Bringas) menciona a las gemelas Olsen directamente, comentario que provoca una respuesta con retranca de Kimmy. ¿Será suficiente provocación para que las actrices aparezcan en la segunda temporada si Netflix decide renovar? ¿Se sentirán ofendidas por las bromas y se estará haciendo el espacio entre ellas y la serie cada vez más grande?
D. J., por su parte, intenta rehacer su vida con Matt (John Brotherton), con el que trabaja en la clínica veterinaria, y los seguidores de la serie están como locos por el noviazgo. Sin embargo, como no puede ser tan sencillo, a la ecuación se suma Steve (Scott Weinger), al que muchos recordarán de ‘Padres forzosos’. ¿A cuál de los dos prefieres tú?
También hemos descubierto un secreto que Stephanie se tenía muy guardado, y es que no puede tener hijos. En el piloto, la mediana de los Tanner dice que la vida familiar no es para ella, y a medida que avanza la temporada descubrimos que le gusta más de lo que se planteaba en un principio, tal y como era de esperar.
Los momentos que más aplausos arrancan son las escenas con apariciones de los personajes principales. Todos siguen muy presentes en la producción y, aunque no es lo mismo que ‘Padres forzosos’, la esencia de la sitcom de los noventa es la base de la que parte esta secuela. Por eso, lo que más ha gustado a los espectadores ha sido las continuas referencias a la propia serie; sobre todo cuando, hablando sobre el programa matutino Wake Up San Francisco, Kimmy pregunta si no es algo triste que reúnan a un antiguo reparto para una reunión cutre, a lo que Danny (Bob Saget) responde que por supuesto que no lo es cuando se trata de personajes icónicos y adorados por el público.
Los niños se incluyen en las tramas, aunque quizás con algo menos de protagonismo que Padres forzosos. Ramona ya ha conseguido hacer amigas y una de ellas, Lola (Ashley Liao) tiene a Jackson (Michael Campion) comiendo de la palma de su mano. De estos personajes, como es obvio, nos podemos esperar las típicas tramas adolescentes que hemos visto en varias comedias, más bien a modo de ‘gag’ para complementar la acción principal o funcionar como detonante de la misma.
Max (Elias Harger), el mediano de los hijos de D. J., confirma lo que comentábamos en la entrada de inicio de temporada, es el personaje infantil mejor definido y el actor aporta una frescura que habría encajado a la perfección en la serie de los noventa, lo cual ayuda a que no perdamos la conexión con la familia Tanner de antaño.
Es cierto que ‘Fuller House’ no aporta nada nuevo y que quizás se trate de una producción hecha para los amantes de las comedias de situación y los seguidores de la serie, pero como comedia en sí está bien. No es flamante ni original porque no pretende serlo, su intención es atraer a aquellos que estén dispuestos a revivir una de las series más queridas de los noventa, aunque quizás la fórmula para conseguirlo abuse demasiado de la nostalgia, de la reproducción de las frases que estábamos acostumbrados a escuchar hace veinte años. De hecho, podemos entender que las metan con calzador en el primer episodio porque es donde reside el 70% de la expectación de la producción, pero para poder avanzar deberían hacer unos guiños más sutiles, ¿no creéis?
Aún así, la familiaridad de la casa, donde tiene lugar la mayor parte de la acción, el regreso de nuestros personajes favoritos, la canción… Son elementos que nos hacen continuar con una sonrisa en la cara. ¿Qué te ha parecido la serie hasta ahora?