Tras el breve parón, volvemos a las andanzas de la familia Villanueva, con un capítulo donde se nos habla de lo esencial del contexto narrativo en las tramas. Eso sí, con el genuino humor de esta serie.
Todas las tramas continúan donde las habíamos dejado previamente al pequeño parón de temporada, una temporada que, recordemos, contará con tan solo 17 episodios.
Por un lado, los continuos escarceos sexuales entre Jane (Gina Rodriguez) y Rafael (Justin Baldoni) nos han servido para apreciar la belleza masculina del actor en todo su esplendor, pero sabíamos que esta trama podía estancarse pronto y acabar siendo aburrida. Afortunadamente las circunstancias que han rodeado a sus personajes esta semana han servido para avanzar al respecto y decidan que ya es hora de afrontar la verdad,que se quieren y han de dejar de ocultarse. Ha sido divertido verlo, eso sí, especialmente esa escena en la que Alba se queda dormida mientras ellos permanecen escondidos en el armario, que por cierto les sirve para tener una conversación vital y que resulta certera.
Por parte de Jane, ante su despedida de trabajo como camarera, decide volver al origen, a la enseñanza, y para ello tendrá que volver a enfrentarse a un antiguo ‘crush’ de su pasado, descubriendo en el proceso que abusa de su posición de poder para enrollarse con sus alumnas. A pesar del momento incómodo del tropezón de Jane que le deja sin ese trabajo, esta pequeña trama ha servido para que esta serie nos muestre una vez más esa sororidad entre mujeres que se apoyan y ayudas unas a otras, sabedores de cuando un hombre hace un uso nocivo de su posición para fines cuestionables. Esta es la serie que nos gusta.
Sin embargo, resulta que quedarse sin este curro es lo mejor que podía haberle pasado a Jane, que confiesa entre lágrimas que en realidad no sabe qué hacer con su vida actualmente. Ella, ingenua, creía que publicar un libro lo iba a ser todo, que haría despegar su carrera y viviría de ello. Pero la vida no es siempre como uno la planea (ay, cómo te entendemos, Jane), por lo que la pobre se acaba derrumbando ante este estado de duda y confusión de no saber cómo sigue su vida.
La trama de Rogelio (Jaime Camil), por su parte, ha puesto como de costumbre el necesario toque liviano y cómico al episodio. Dado que el actor no quiere trabajar ni muerto con su mayor rival pese a la constante presión de sus productores, decide iniciar su propia lista de actrices para intentar convencerles. Una lista cargada de Jennifers, como bien apunta Rogelio, pero finalmente y tras descubrir su parentesco no tan lejano con Eva Longoria (estas cosas maravillosas solo podrían ocurrir en ‘Jane the Virgin‘), decide apostar por ella.
Ha sido magnífico ese guiño (literal) de la actriz cuando Rogelio le comenta la idea de adaptar una telenovela a la tele americana, puesto que, recordemos, la propia Jane the Virgin es una adaptación de una telenovela latina. Ha sido un puntazo enormemente divertido y muy bien ejecutado.
No obstante, la Longoria es de armas tomar y decide hacerle un test de prueba al mismísimo Rogelio, ante su incredulidad, para comprobar si tienen química suficiente en pantalla. Cual será su sorpresa cuando descubran que les une una relación familiar mayor de la que creían…
Por último, Xiomara (Andrea Navedo) intenta volver a estudiar, puesto que tampoco sabe muy bien cómo encarrilar su vida, y pese a que las clases de baile no parecen ir mal, le falta algo… Y parece que se avecina tormenta, ya que su compañero profesor de baile parece que pronto cobrará importancia, y más cuando la pobre Xiomara parece ya harta del egocentrismo de Rogelio.
¿Qué nos deparará el próximo episodio? ¿Os ha gustado ver a Eva Longoria en la serie? ¿Qué os ha parecido el guiño? ¡A comentar!