No volveremos a disfrutar de un episodio de Jane the Virgin hasta pasadas las Navidades (en serio), así que este final de invierno, repleto de referencias hitchcocknianas, prometía darnos algo a lo que agarrarnos durante semanas. La prima de Jane nos deja perplejos y descubrimos algo muy importante sobre Rafael (Justin Baldoni).
(Catalina (Sofía Pernas) había llegado a la vida de Jane (Gina Rodriguez) como un soplo de aire fresco… y se ha convertido en un huracán. Su desenfrenada vida social internacional despierta a Mateo por las noches y crea tensión entre Jane y Michael (Brett Dier), así que nuestra protagonista le dice a su prima que quizás es mejor que se vaya. Catalina se muestra muy comprensiva y adorable, como siempre, y añade que debería irse de todas formas para preparar una gala solidaria.
Jane, que está revisando la vida y obra del maestro del suspense, Alfred Hitchcock, para mejorar su novela, no se fía nada de las intenciones de su prima. Investiga un poco sobre la gala y no ve el nombre de Catalina por ninguna parte, además de ver un bolso de la misma lleno de dinero y joyas. La recién llegada tiene explicación para todo, incluso las joyas, que dice que son de la familia. Sin embargo, lo último que vemos de Catalina es que se besa con un señor que le reclama las joyas de las que Jane sospechaba… ¿Quién es ese señor? ¿Qué trama la prima Villanueva?
Por otra parte, el punto más cómico del capítulo viene, cómo no, de mano de Rogelio (Jaime Camil). Tras el desengaño al haber visto a Xiomara (Andrea Navedo) besándose con su ex, Rogelio vuelve a centrarse en el objetivo que hizo imposible su relación con Xo: quiere tener descendencia. Y para ello, antes necesita encontrar una pareja. A través de una especialista en crear parejas, la súperestrella tiene citas rápidas con personalidades como Carmen Electra o Denise Richards, pero no logra encajar con ninguna. Entonces, la dueña de la agencia amorosa le propone la solución: deberían tener un bebé juntos.
Por último, Jane tiene una crisis religiosa que su abuela se encarga de señalar. La arrepentida nieta toma medidas y le dice a Rafael que quiere llevar a Mateo a misa todos los domingos. Al principio el padre de la criatura protesta, pero accede a acudir a la iglesia ese domingo para tantear el terreno. Mateo se pone revoltoso y Rafael sale a tomar el aire con él para que se relaje. Entonces, ve una figura que le evoca un recuerdo de la infancia con su madre en un convento.
Se lo cuenta a Michael, quien inmediatamente lo relaciona con la investigación que están llevando sobre la madre de Rafael. Poco a poco, éste va recuperando imágenes del pasado y confiesa que sabía que las adquisiciones de arte ocultaban algo ilegal, y lo ha encubierto.
Jane y Rafael van al convento para intentar descubrir qué se traía entre manos la madre de Rafael, y la Madre Superiora reconoce al jefe del Marbella en cuanto lo ve como por obra divina. Le entrega una carta, información que Rafael oculta a Michael, y abandonan el convento. Catalina llama a Jane para decirle que nota a Rafael muy triste y Jane acude a ver qué le pasa, entonces Rafael confiesa: la carta era su certificado de nacimiento. No es un “verdadero Solano”.
¿Qué crees que implicará esto en el futuro? ¿Y dónde está Petra (Yael Grobglas)?