Las cafeterías de Seattle a veces tienen objetivos oscuros, aunque literalmente se llamen “Positivity Café”, y esta semana Liv (Rose McIver) y Babineaux (Malcolm Goodwin) lo viven de primera mano. En un capítulo que empieza como cualquier otro y que acaba de manera sorprendente ‘iZombie’ empieza a recolectar todas las piezas del puzzle que lleva esparciendo estas temporadas. ¿Comentamos?
La serie se va a tomar un descanso después de este capítulo, así que hasta dentro de un mes no sabremos en qué dirección van a llevar lo ocurrido esta semana, lo cual añade al ‘hype’ y ofende a la vez, porque ¿¿ese final?? Quizás sea lo más impresionante que hemos visto de la serie hasta el momento. No sólo por Blaine (David Anders) saliendo de su propia tumba y asustando a un grupo de Girl Scouts sino por esa casi-confesión de Major (Robert Buckley) y ese encontronazo con Gilda-Rita (Leanne Lapp). El drama empieza aquí, pero aún nos queda mucho por ver.
El caso de la semana parecía el típico: un asesinato que parecía un accidente y un grupo de sospechosos muy interesantes. El cerebro consumido por Liv es la jefa ultra-positiva de una cafetería increíblemente optimista y agradable, y el primer sospechoso es su ex y competidor (Oscar Nunez), propietario de una cafetería comparativamente muy negativa y pesimista, con menos postureo. También cabe la posibilidad de que la hija interpretada por la siempre genial Kacey Rohl (ya desde ’Hannibal’ captó al vuelo el hacer de hija perturbada) y su pretencioso novio tuvieran algo que ver, pero hasta el final el caso se desarrolló de una manera muy típica, con manipulación y un cerebro genial de fondo para llevar la investigación con algo de humor. Sin embargo, la femme fatale se sale con la suya y con música francesa de fondo, se marcha a París mientras su novio cumple condena por sus actos. Es un caso fascinante y que se desarrolla como cualquier otro, pero no es el tema principal que nos preocupa.
Las tramas constantes de la serie siempre han estado desarrolladas a medias, rozando la absoluta confusión y evolucionando de manera cuestionable, pero siempre llamándonos de vuelta semana tras semana. Siempre sorprenden, de la manera menos esperada posible. Una de las mayores sorpresas esta semana es precisamente la trama más confusa hasta el momento: Drake (Greg Finley). Personalmente pensé que su personaje sería el típico tipo duro metido hasta las trancas en rollos corruptos sin querer y que saldría a la luz y Liv y él lo dejarían, así de sencillo. Sin embargo, jamás se me había pasado por la cabeza que pudiese estar trabajando con la policía como espía. Qué buen ‘plot-twist’, ¿no? No sólo eso, sino que trabaja mano a mano con el padre de ‘Veronica Mars’, Enrico Colantoni, lo cual es un detalle muy especial. Aún así las dudas no paran de amontonarse y esta revelación es sólo una capa más a su personaje, lo cual quizás no era necesario.
Su relación con Liv también es interesante, porque esta semana nos demuestra que está con ella por voluntad propia e interés, y sus intenciones nos relajan. A quien no relajan es a ella, quien en plena resaca de cerebro optimista se da cuenta de que está viviendo una fantasía. El problema aquí es que los secretos tienen que salir a la luz para que algo empiece a cambiar. Drake sigue dependiendo de Blaine y los cerebros que le proporciona, por lo que seguirá metido en un mundo complicado hasta dentro de mucho… ¿Se merece esto Liv?
La cura zombie era temporal, por lo que Blaine volviendo a ser zombie tenía que pasar en algún momento, pero ¿os ha dejado un poco con la duda? Le han rajado el cuello y enterrado en el bosque como si nada, y hasta el momento final cabía la posibilidad que una muerte así no resultara en otra vida. Por momentos como este, aunque toda la trama de Chinatown y Mr. Boss (Eddie Jemison) siga siendo un enredo difícil de entender, el capítulo se eleva. ¿Qué mejor que David Anders en calzoncillos caminando hacia su muerte? ¿Y qué hará ahora que creen que está muerto?
Major, en algún momento, volverá a ser un zombie también, y le entendemos cuando no para de molestar a Ravi (Rahul Kohli) con preguntas sobre la cura. Ahora que han encontrado el Utopium parecía que la esperanza estaba a la vuelta de la esquina, pero ya nada está muy claro. El problema con Major es que como casi todos los demás personajes, tiene MUCHAS cosas por las cuales debería estar estresado. Al pobre le va a matar la ansiedad de todo lo que siente que tiene que confesar y todo lo que sigue haciendo. ¿Cómo de genial es el momento en el que llama Rita a la compañera de Liv? Es un cambio de ritmo impresionante y ver cómo crecen los ojos de Liv con el entendimiento de lo que acaba de pasar es increíblemente tenso. Aún así, ¿os parece demasiado el puñetazo? Satisfactorio, sí, pero ¿cómo de útil?
Estamos muy cerca de que Liv descubra cosas de cada uno de los hombres de su vida que cambien por completo su desarrollo en la serie, y no podemos esperar. ¿Y vosotros? ¿Qué os ha parecido el capítulo? ¿Queréis un capítulo en el que sólo tengamos a David Anders cantando semi desnudo tocando el piano? ¡¡Comentemos!!
