Lo nuevo de Seth McFarlane tiene como protagonista a Patrick Stewart, un programa de televisión, y muchas drogas. Y a pesar de esta mezcla explosiva, el inicio de la temporada se queda un poco floja. ¿Aún no la habéis empezado? A partir de aquí habrá ‘spoilers’. No hay premisa tan prometedora como el ver a Patrick Stewart esnifar cocaína o soltar un discurso shakesperiano colocado sobre su coche, pero los dos primeros capítulos no llegan al nivel de maravilla que se podría esperar. En el primer capítulo Walter (Patrick Stewart) pasa una noche y día siguiente particularmente terrible. Después de emborracharse de lo lindo en un bar encantador, ingerir marihuana en su coche y ser pillado por la policía con una prostituta, su día no mejora y tampoco lo hace el capítulo. Pero ¿puede ser que en los chistes arrítmicos y el equipo de producción del programa esté el encanto?
Ni una sola escena sin Patrick Stewart y su media sonrisa acompañado de su precioso acento inglés resulta cómico en sí mismo. Se desmaya más veces en un día de lo que nos hemos desmayado tú y yo en un día, y aún así Stewart consigue hacerlo creíble y magnético. No quieres parar de verle hacer tonterías, porque lo hace con tanta energía y entusiasmo que casi es contagioso. Mientras se droga, pinta a su amigo-mayordomo-¿amante? en su piscina, o se entrevista a sí mismo, nos damos cuenta de que esta será una serie extraña y morbosa – ver al Profesor X haciendo cosas malas mola – y, con suerte, con un humor que mejore.
El segundo capítulo de la temporada, empezando como acabó el piloto, con el “near death experience” de Walter y la consecuente y extraña alucinación llena de bailes y showgirls. Se despierta rejuvenecido y esperamos que lo sintamos nosotros también. Tras una serie de catastróficos acontecimientos tan surrealistas como perder un avión porque el wáter no para de tragarse tu protector de papel, o que no funcione ni un sólo grifo en el baño del aeropuerto (una escena tanto frustrante como magníficamente orquestrada), pasando por el rodaje de una película porno, Stewart no deja la pantalla. De alguna forma consigue ser el eje de cada trama, a cada cual más estrambótica, y consigue también que no queramos dejar de verle.
Es un personaje fantástico, ¿no os parece? No es en absoluto narcisista, un encanto con la gente que le rodea y evidentemente muy amigo de sus amigos. Su amistad con Harry (Adrian Scarborough), quien no sabemos si es su pareja, cuidador o ambos es un claro ejemplo de esto. La dinámica entre nuestro protagonista y el resto del reparto es una delicia de presenciar, ya sea con Rosalie (Jacki Weaver) “haciendo de cuchara” cuando Walter lo necesita, con Jim (Timm Sharp) dándole las drogas equivocadas mientras suelta detalles sobre sus problemas psicológicos profundos, queremos conocerles mejor, ¿no?
¿Qué os ha parecido el comienzo de la serie? No empieza con la fuerza o en la dirección que se podía esperar, pero aún promete, porque tiene que mejorar, ¿no? Creo que no he visto un protagonista tan carismático y amigable como Walter Blunt, y aunque sea sólo por eso, seguiremos viéndola muy entusiasmados. Una serie de humor diferente. ¡Comentemos!