A falta de solo un episodio para el final de temporada, los acontecimientos se precipitan y se entremezclan y, por fin, obtenemos algunas respuestas claras a las no pocas tramas abiertas. Comentemos.
Uno de los rasgos de esta temporada es que ha perdido en gran parte el uso y abuso de flashforwards a cachitos para darnos píldoras de información que no siempre sabíamos bien cómo interpretar. Al ser pues más lineal, se pierde eso pero se gana en factor sorpresa, y desde luego esta temporada, pese a un inicio flojete, ahora nos está dando algunos momentos brillantes.
Por un lado, la noticia de que Simon (Behzad Dabu) haya despertado y vaya recordando cosas de «aquella noche» a los pocos no parece ser del todo una buena nueva. Solo en esta serie podría ocurrir que el hecho de que alguien no haya perdido la vida resulte una mala noticia. Así, se proponen varias soluciones para, una vez más, huir de la cárcel y hacer honor al título de la propia serie. Una de las ideas más absurdas que se comentan es que todas las parejas se casen, para que no deban testificar ante el otro en el juicio. Pero bromas aparte, la situación está complicada. Afortunadamente, Annalise (Viola Davis) siempre tiene un plan que involucra usar a Oliver (Conrad Ricamora) para manipular al pobre Simon haciendo uso de sus sentimientos a favor del beneficio del caso y evitar repercusiones mayores. Desde luego, es una táctica mezquina y cruel, pero ya no nos sorprenden esas cosas en esta serie, hemos visto ya de todo.
Así pues, Oliver haciendo uso de sus dotes de engaño y siguiendo el plan a rajatabla que también involucraba a Michaela (Aja Naomi King) dándole la chapa a Tegan (Amirah Vann) para intentar ganar tiempo con un discurso que, no obstante, es lo que ella piensa al pie de la letra, por lo que quizá sí tenga cierto efecto. El plan funciona y Simon decide anular los servicios de Tegan. Todo el mundo se puede comprar, todos necesitan algo para que su vida sea mejor, y en su caso es claramente obtener el visado de nacionalidad, que se otorga a aquellos chivatos que aportan ayuda al gobierno en casos importantes.
Y no dejamos a Michaela para comentar ese innecesario drama que se montó en el crossover con ‘Scandal’, y que probablemente termine por romper una de las parejas más chulas de las serie (o quizá la única). Sentimos pena por el pobre Asher (Matt McGorry), y esperemos que de alguna forma haya una solución a esto.
Pero sin duda la trama que más llevamos arrastrando desde inicio de temporada es la que responde a la sempiterna pregunta: ¿Quién mató a Wes (Alfred Enoch)? No estamos del todo seguro de si hemos obtenido por fin una respuesta, pero al menos sabemos que mamá Laurel (Karla Souza) estaba metida en el ajo a pesar de querer negarlo y pretender escudarse en lo de que estaba protegiendo a su hija. Lo cierto es que el flashback de Wes ha resultado menos sorprendente de lo esperado, al fin y al cabo lo de pagar a alguien para dejar de ver a su pareja es un recurso que ya hemos visto mil veces, pero al menos ha servido para inyectar más motivación todavía en la Laurel del presente, que llega incluso al extremo de colaborar con Denver para que ambos obtengan algo de esto. Eso sí, no nos esperábamos para nada que la madre de Laurel tuviera esta doble cara. El dinero corrompe, y lo que se llega a hacer por ello es alucinante.
Por último, y era algo que se veía venir tras el error mecánico en el coche, parece que Bonnie (Liza Weil) ha tenido un «accidente» (no hemos visto su cuerpo ni nada, por lo que lo ponemos en pequeña duda), pero vamos, que es lo más lógico, ¿no? Con esta serie nunca se sabe…
¡Season finale la semana que viene! Estamos seguros de que nos van a volver a dejar con el culo torcido… ¡a vosotros qué os ha parecido el episodio? ¿Os ha agradado ver de nuevo a Wes?