La semana pasada fue algo floja para el nivel al que nos tiene acostumbrados esta serie, pero en este capítulo han comenzado a subirlo de nuevo y no podemos esperar a ver qué más tienen preparado. ¿Lo comentáis con nosotros?

Tras despedir a todos aquellos que seguían a su lado durante el anterior episodio, Annalise Keating (Viola Davis) decide coger un caso para recordarse a si misma qué es aquello que le hace más feliz. Vivimos este caso mientras ella se lo cuenta a su psicólogo, Isaac (Jimmy Smits). ¿No os da un poco de mal rollo este hombre? ¿Con quién hablaba al comienzo del episodio? 

Jasmine (L. Scott Caldwell), su antigua compañera de celda, es la mujer a la que defiende en este nuevo caso. Cargos por prostitución y posesión de un arma de fuego. Por mucho que Annalise repita durante todo el episodio que no son la misma persona, claramente se puede ver cierto paralelismo en sus historias. Como suele ser habitual, Annalise consigue ganar el caso. Y no solo eso, sino que le sellen el historial criminal anterior para que pueda cambiar de vida y optar a un trabajo. Parece que este año Annalise viene con fuerza, y eso nos encanta. 

Mientras su antigua jefa vuelve al oficio y se mantiene lejos del alcohol, Bonnie (Liza Weil) ha comenzado a trabajar para la fiscalia. Nos enseñan una y otra vez que no es ningún tipo de estrategia por parte de Annalise pero, ¿estamos seguros de ello? ¿Puede serlo aunque ni la propia Bonnie lo sepa? 

¿Y qué hay de los chicos? Tras ser despedidos y haber tenido unas notas bastante mediocres durante estos años, acuden a la feria que realiza su universidad para encontrar una nueva empresa en la que realizar sus prácticas de derecho. Parece que Michaela (Aja Naomi King) y Asher (Matt McGorry) tienen las entrevistas bastante controladas, ¿no os encanta lo buena pareja que hacen estos dos? Y quién lo diría al comienzo de la serie.

La pareja dos consiguen segundas entrevistas en algunas de las firmas mientras que Connor (Jack Falahee) y Laurel (Karla Souza) no consiguen ninguna, o eso dice Laurel puesto que más tarde descubrimos que una de las firmas sí la había convocado. Cuando Connor acude al apartamento de Laurel -o más bien al antiguo apartamento de Wes (Alfred Enoch)- ella deja muy claro que la abogacía no le interesa. Pero al menos le da permiso para perdonarse a sí mismo tras lo sucedido en la pasada temporada.

Oliver (Conrad Ricamora) también ha perdido su trabajo al acabarse todo el drama que rodeaba a Annalise, por lo que después de aceptar un trabajo bastante mediocre decide empezar su propia compañía de IT y decide ofrecer sus servicios a las mismas firmas de abogados que han entrevistado a sus amigos. ¿Creéis que gracias a esto será capaz de ayudar a Laurel en su investigación?

Porque no lo olvidemos, Laurel sabe que fue su padre el que mató a Wes y no va a parar hasta demostrarlo. Para ello ha hecho algunas investigaciones y a conseguido vincular la empresa de su padre con otros asesinatos. Y una de las firmas que les entrevistaba es, nada más y nada menos, la que defiende a su padre. Michaela consigue el puesto en esta empresa y Laurel ve la oportunidad perfecta para tener a alguien dentro. ¿Cómo está tan segura de que fue su padre? ¿Cuál es su plan?

Parece que las cosas se van poniendo interesantes, y por fin hemos visto el final de capítulo que esperábamos ver en el primer episodio. Tras descubrir que Laurel ha perdido a su bebé, Isaac llama a Annalise -¿cómo se han vuelto estos dos tan cercanos?- cuya habitación de hotel está destrozada y el ascensor lleno de sangre. Annalise no puede estar muerta, ¿verdad? Porque, seamos sinceros, lo mismo pensaba de Wes y todavía no lo he visto revivir.

¿Qué pensáis vosotros? ¿Cuáles son vuestras teorías de lo que sucederá al final? ¿Que rollito nos oculta Isaac? ¿Involucrará Laurel al resto de sus compañeros? ¿Cómo se tomarán todos las noticias? No olvidemos que Nate sabía que Wes estaba muerto antes del incendio, ¿por qué no ha hecho/dicho nada al respecto? ¡Animaos a comentar con nosotros y nos vemos la semana que viene!

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