How To Get Away With Murder 3×10: Cualquier tiempo pasado…

…nos parece mejor. Por fin ha vuelto How To Get Away With Murder y, entre tantas preguntas, nos deja una cosa clara: lo que habíamos visto en el episodio anterior no ha sido una alucinación, así que es hora de ir aceptándolo.

Si todavía nos quedaba alguna esperanza de que Wes (Alfred Enoch) estuviese vivo y su muerte fuese un montaje, en este episodio se nos hace añicos desde el primer momento; ya se presentaba como una posibilidad muy remota, pero lo último que se pierde es la esperanza… ¿no?

El episodio de esta semana discurre entre flashbacks de los últimos momentos de Wes con los protagonistas. Annalise (Viola Davis) está en la cárcel. El objetivo de Bonnie (Liza Weil) es conseguir que la juez ponga un precio a la fianza de Annalise y que ésta no esté condenada a esperar en la cárcel a que se celebre su juicio. A lo largo del episodio vemos como la celda y la falta de privacidad (es compartida con dos reclusas más) merman la actitud y la entereza de nuestra protagonista, quien al final tiene que ceder ante la presión de la naturaleza y usar la letrina delante de sus compañeras.

Una de las reclusas recuerda haber visto a Annalise haciendo su trabajo en un juicio y es especialmente benevolente con ella, exige a la otra que le dé su espacio e incluso le ofrece a la abogada un sándwich. Quizás cuando las cosas mejoren (que mejorarán, porque es difícil estar peor), Annalise la defienda, ¿no os parece?

Finalmente, Bonnie no logra convencer a la juez sobre la necesidad de fianza para Annalise y ésta debe volver a la cárcel. ¿El motivo? Una nueva prueba de la acusación: el resultado de la autopsia de Wes dice que éste murió por inhalación de humo pocas horas más tarde de haber estado en comisaría valorando un acuerdo en el que declararía en contra de Annalise a cambio de total impunidad.

Nate (Billy Brown) sabe que algo no va bien. La forense le había dicho que sospechaba que Wes había muerto antes del incendio, así que le hace una visita para preguntarle por qué ha cambiado su versión. Ella se limita a decir que la sospecha inicial no siempre se corresponde con la realidad de la autopsia. Por supuesto, no nos creemos nada; aquí hay gato encerrado.

La otra trama principal del episodio se centra en Laurel (Karla Souza), todavía en el hospital. Michaela (Aja Naomi King) se muestra especialmente considerada con ella, Connor (Jack Falahee) dice varias cosas horribles que provocan que Asher (Matt McGorry) reaccione de la peor manera y le parta la cara; tranquilos, acabarán por reconciliarse.

Connor, en su línea de ser un torpe a la hora de manejar sus propios sentimientos, le confiesa a Oliver (Conrad Ricamora) que se ha acostado con Thomas (Matthew Risch), segundos después de que Oli le diga «you’re my life» (eres mi vida). A pesar de que se nos rompe el corazón al ver la cara del informático y creemos que va a salir corriendo en cualquier momento, éste sigue empeñado en proteger a Connor y dejarle claro que está de su parte. Por otra parte, Oli ha guardado una copia de seguridad del teléfono de Annalise… ¿por qué le habría mandado borrarlo todo si no hubiera algo digno de descubrir?

Laurel, dolida física y psicológicamente, responde a las preguntas de la policía como mejor puede, exculpando a Annalise pero sin apuntar a quien en un principio quería culpar: Frank (Charlie Weber). En una conversación a solas con él, le espeta todo lo que piensa: que debería haber sido él, que ha amado a Wes más de lo que pudo amarle a él jamás, etcétera. Lo que nos lleva a las dos últimas escenas del episodio, que nos dejan -como siempre- en vilo.

Frank ha acudido a la policía porque quiere hacer una declaración sobre la muerte de Wes. Confiesa haberlo matado. Inmediatamente vemos el inicio del flashback que guiará esta segunda parte de la temporada y que se irá desvelando en los últimos minutos de los episodios que están por venir: Wes sale de la comisaría, un vehículo se le acerca y vemos que es Frank, diciéndole que suba al coche, que ya es hora de que mantengan una conversación. Wes vacila pero acaba accediendo. Y hasta aquí podemos leer.

Es improbable que haya sido Frank el causante de la muerte de Wes. Quizás sepa por dónde van los tiros y no haya compartido toda la información de la que dispone, pero si algo nos ha enseñado esta serie es que nada es lo que parece, y que no nos van a dar al asesino en bandeja de plata nada más volver de las vacaciones de Navidad.

¿Quién crees tú que es culpable? ¿Crees que la familia Mahoney está detrás de esto? ¿Qué habrá en la copia de seguridad del teléfono de Annalise? ¿Qué crees que descubriremos la semana que viene?

Elisa
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