¿Llevamos sólo dos capítulos? Esta temporada ha empezado intensa, tanto en el presente como en los ‘flashforwards’, y con la mitad del episodio de esta semana en juicio y la otra mitad… en casa, no parece que el nivel de intensidad vaya a bajar. ¿Esperábamos menos?
Los dos casos principales se acaban de entrelazar (para nuestra mayor confusión), con la asistente al fiscal del distrito (Sarah Burns), a la vez que descubrimos que en el futuro no muy lejano de los ‘flashforwards’ morirá. El ritmo al que va la serie ya nos sorprendió la temporada pasada pero en esta ocasión, con las visiones al futuro de la propia Annalise (Viola Davis) desangrándose en el suelo de la mansión de sus clientes, la trama es mucho más personal y por lo tanto crea aún más tensión a la que estábamos acostumbrados. Todo hay que decirlo, Sinclair ha sido odiosa desde el primer momento, porque sabe (o cree saber) más que el resto del mundo de la justicia sobre cómo murió Sam (Tom Verica), y porque ha podido influenciar desde a Asher (Matt McGorry) hasta a Eve (Famke Janssen).
El caso de Nate (Billy Brown) ha sido confuso y ha acabado de forma confusa también. Sacar a Annalise al estrado es un recurso muy desesperado y, aunque nos haya regalado uno de los discursos sensacionalistas y llenos de girl-power que tanto queremos de nuestra protagonista, ha hecho que el caso se desintegrara y pasara a segundo plano. Lo que ocurre aquí es que Sinclair va a por Annalise, y va a por todas, con todas y pisando a quién haga falta. Si bien es cierto que el discursito fue agresivo concluir que demuestra que “es capaz de matar a alguien” quizás es llevarlo demasiado lejos, ¿no? O quizás la pobre fiscal está cavando su propia tumba con cada paso que da contra Annalise, ¿qué opináis? ¿Su cuerpo muerto en las escaleras no puede ser una coincidencia, no?
El capítulo no ha avanzado en las tramas principales como el caso de los hermanos o la resolución de quién mató o dónde está Rebecca (Katie Findlay), pero no han faltado momentos emotivos muy importantes para la resolución y desarrollo de las relaciones entre algunos personajes. Sí, hablamos de Eve y Annalise, cuya atracción y conexión consiguen abrir a nuestra protagonista a ¿amar? de nuevo o al menos sentir de una forma espectacular, dejándonos ver a través de los ojos de Eve alguien diferente. Precisamente porque del pasado de Annalise sabemos poco, estos momentos de vulnerabilidad son puros y fascinantes y avanzan la trama aunque sea sólo de forma emocional. Nunca la habíamos visto tan sincera y dispuesta, aún sabiendo lo que le queda por delante de defender, esconder y ganar. Luego Eve la acusa de asesinato en el estrado, pero si no lo hiciera no sería tan compatible con el personaje de Davis, ¿no? ¿Qué opináis sobre esta relación? ¿Y de esa PEDAZO de escena sexual? Yo voto sí. No sé a qué, pero lo hago.
La emotividad llega a otros personajes también, como Connor (Jack Falahee) y Oliver (Conrad Ricamora), que están pasando por un momento decisivo y tormentoso en su relación. Es absolutamente comprensible que Connor comparta las malas noticias que no le incumben del todo con el grupo (aunque fuera para salvar la situación de Asher), reforzando la dinámica que tiene el equipo de Keating. La relación entre ellos es complicada, teñida de sangre y llena de complicidad y aunque no se lleguen a considerar amigos les une algo más que sobrepasa todo ello. Aún así, no hay perdón de Dios por compartir algo tan privado, y la reflexión a la que lleva en la pareja en cuestión es muy interesante, y define cómo han funcionado desde el comienzo. Oliver ha estado preparado para algo serio desde el minuto uno, y Connor, existiendo en un universo paralelo entre cagadas, promesas y llamadas de Annalise, no puede tomárselo en serio. El tema médico del VIH y lo que eso puede llegar a suponer mentalmente para Oliver y la pareja en sí va a ser muy interesante de ver, ¿no os parece?
¿Qué os ha parecido el capítulo? Erótico cuanto menos, entre Laurel (Karla Souza) y Frank (Charlie Weber) patrocinado por el discurso de “no soy sólo mi cuerpo” más sexy del mundo (y más poco Frank del mundo, ya que estamos), entre Annalise y Eve, y ¿entre Michaela (Aja Naomi King)) y Eggs 911? “Levi” (Matt Cohen) consigue ligar con Michaela después de juicio, y aunque se sabe su conexión con Rebecca, puede que el ‘peer pressure’ haya hecho demasiado efecto. Si la chica quiere ligar, dejémosla, pero con tíos potencialmente turbios no. Aunque por esa regla la pobre Michaela no podría hablar con nadie. Así que la perdonamos.
¿Comentamos? Si estáis ansiosos por lo que nos deparará la serie la semana que viene, no sufráis, aquí tenéis la promo.
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