‘Homeland’ nos regala esta semana un capítulo lleno de tensión, preguntas y dudas, uno de esos capítulos que suele regalarnos de vez en cuando en cada temporada y que nos recuerdan por qué nos gusta tanto esta serie.
En cada temporada, sea cual sea su trama, hay siempre un momento clave en el que todo se vuelve caótico. En este caso ha sido el ataque a New York lo que ha desencadenado una serie de consecuencias que pueden marcar el devenir del resto de capítulos que nos restan por ver, y como nunca podemos saber qué esperar de ‘Homeland’ lo que se nos viene encima pinta bastante interesante.
Vayamos por partes. Aunque a ojos de gran parte del público Peter Quinn (Rupert Friend) parezca un loco después del espectáculo montado en casa de Carrie (Claire Danes), da la impresión de que ha acertado de pleno con quienes vigilan a Carrie. Demasiada casualidad que el misterioso vecino fuese la noche anterior al ataque al trabajo de Sekou (J. Mallory McCree) para que este fuese culpado a la mañana siguiente de detonar una bomba cuya existencia ni conocía. Las pruebas reunidas por Quinn son lo único que Carrie necesita para darse cuenta de que la están espiando y que sea quien sea quien lo está haciendo, es culpable del ataque terrorista. ¿De quién se tratará esta vez? ¿Alguna organización gubernamental contra la próxima presidenta? ¿Alguna organización terrorista?
Y claro, ahí no queda la cosa. Quien sea que esté detrás del ataque, de la reputación de la presidenta que parece irse a pique y la de la propia Carrie por haber ayudado a Sekou, quien lo haya hecho también es quien ayudó a Carrie a conseguir la liberación del susodicho, una jugada perfecta para que Sekou quedase libre y fuese culpado del ataque.
Obviamente después del ataque gran parte de las culpas van hacia Carrie, pero quien carga con ellas no es otro que Quinn, quien no se ha olvidado ni por un momento de qué es ser espía. El temor a que le pasase algo y acabase otra vez muerto era imposible quitárselo de encima durante el capítulo, viendo como Quinn, debido a su shock postraumático, no es capaz de darse cuenta de lo que está haciendo a ojos de todo el mundo, reteniendo a Franny y su niñera como si fuesen rehenes. Por mucho que su causa fuese noble y lo único que quería era protegerlas, la etiqueta de loco le va a resultar muy difícil quitársela de encima. A pesar de todo, verle con todas sus limitaciones tanto físicas como psicológicas haciendo de la casa de Carrie todo un fortín y pudiendo contra otro ex soldado entrenado nos hace recordar de qué es capaz, y soñar con que vuelva a ser el que era algún día.
Otra trama que aún no sabemos muy bien qué fin tendrá es el conflicto con Irán. Con el regreso de Saul (Mandy Patinkin) y su unión a Dar Adal (F. Murray Abraham) que como siempre no sabemos de parte de quién está, toda esta trama sigue siendo una incógnita. ¿Qué ocurrirá si finalmente el proyecto paralelo de Irán se confirma? ¿Entre toda la guerra interna por el atentado habrá también una externa con otro país? ¿Acabará afectando todo esto a Carrie? Siendo ‘Homeland’ la respuesta a la última pregunta es fácil: Sí.
¿Qué os está pareciendo la temporada tras estos cinco capítulos? ¿Creéis que como siempre nos acabarán sorprendiendo más de lo que esperábamos y dándonos una temporada genial más para recordar?