Tras dejarnos con la intriga máxima la semana pasada, ‘Grey’s Anatomy’ nos trae un capítulo con el que muchos no estamos contentos… Shonda, ¿por qué haces esto? Si aún no habéis visto el capítulo, no sigáis leyendo, esta entrada podría contener spoilers.
Tras descubrir que Alex (Justin Chambers) no está ni desaparecido ni en la cárcel, Meredith (Ellen Pompeo) le pide explicaciones, para intentar entender qué está pasando en la vida de su amigo. Mientras tanto, Maggie (Kelly McCreary) recibe la inesperada visita de Diane (LaTanya Richardson), su madre.
Además, Bailey (Chandra Wilson) empieza a tomar decisiones con el personal del Grey Sloan que dañarán mucho su imagen.
Si Shonda pretendía que el personaje de Bailey se convirtiese en un monstruo y en el más odiado esta temporada: enhorabuena querida, lo has conseguido.
La incorporación de Eliza Minnick (Marika Dominczyk) al staff del hospital no ha hecho más que crear tensiones y nervios entre los cirujanos, más específicamente en Richard (James Pickens Jr.) quien ve amenazado su puesto en el hospital. Lo peor no es que Eliza quiera imponer sus métodos entre los doctores, a ella la han contratado para mejorar la forma de enseñar del Grey Sloan, y está haciendo su trabajo. No. Lo peor es la forma en la que Bailey se está comportando. Su primera medida ante la rebelión de sus cirujanos es suspender a Meredith y, a continuación, destituirla como jefa de cirugía general, y darle ese puesto a April (Sarah Drew). ¿Cuál es el plan de Bailey? ¿Poner a todos los trabajadores en su contra?
Entiendo su parte, entiendo que ella cree estar haciendo lo mejor para el hospital, la presión de que Catherine Avery (Debbie Allen) esté constantemente encima suya… Pero si ves que lo que quieres hacer no está funcionando… ¿por qué no hablas con la gente? ¿por qué no te informas? ¿No sería más sencillo averiguar porque la mayoría se niegan a dejar que Minnick asista a sus operaciones? ¿O es mejor empezar a suspender y a despedir gente sin ton ni son?
Me da rabia y pena que un personaje tan icónico como lo es Bailey (dentro de la serie) esté transformándose en esta jefa que acata órdenes y no se para ni un momento a pensar.
Aunque sí hay algo que Bailey ha hecho bien, y eso ha sido readmitir a Alex. Por fin hemos averiguado dónde ha estado Alex. Resulta que la noche que se fue a entregar, Andrew (Giacomo Gianiotti) acudió también al juzgado y cambió su declaración, alegando que la paliza de Alex surgió a causa de una pelea entre los dos.
Hay que quitarse el sombrero ante Andrew porque, seamos sinceros, el tío casi se queda ciego porque Alex sacó su instinto más animal, y no se paró un momento a enterase de qué estaba pasando entre Jo (Camilla Luddington) y Andrew. Finalmente, la declaración de Andrew ayuda a que a Alex se le retiren los cargos, y Bailey lo readmita en el hospital.
Pero, ¿qué pasa con Jo? Hay una cosa muy clara: Andrew ha cambiado su declaración por Jo, y no por Alex. Está coladito por ella, a pesar de que ella sigue atormentada por Alex… ¿Ese abrazo no os ha sonado a despedida? Aún tenemos que averiguar muchas cosas sobre el pasado de Jo, como, por ejemplo, quién es su marido, por qué se cambió el nombre… ¿Supondrán estas declaraciones otra brecha entre ella y Alex?
Por último comentar brevemente la arrolladora llegada de Diane, la madre de Maggie al hospital. La mujer llega con la excusa de visitar a Jackson (Jesse Williams) para una consulta sobre cirugía plástica pero, en realidad, acude a Avery por un sarpullido que le ha salido en el pecho, y que resulta ser un extraño y agresivo caso de cáncer de mama. Drama, bienvenido seas. Pero Maggie tú, tu egoísmo y tu mal rollo os podéis ir por donde os habéis venido.
¿A vosotros qué os ha parecido el capítulo? ¿Os ha gustado? ¿Por qué están convirtiendo a Bailey en este ser tan despreciable? ¿Conquistará Andrew el corazón de Jo? ¿Cómo reaccionará Meredith ante el nuevo nombramiento de Kepner? ¡Animaros a comentar vuestras impresiones con nosotros!
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