La semana pasada, ‘Greys’Anatomy’ dejó claro que esta temporada no sería nada fácil para uno de los originales de la serie, osea que, conociendo a Shonda, podemos empezar a encomendarnos a pedir que, por favor, las cosas no acaban tan mal como en otras ocasiones. Si aún no habéis visto el nuevo capítulo, no sigáis leyendo, esta entrada podría contener spoilers.
Las cosas en el Grey Sloan Hospital se complican cuando un accidente en cadena llega las Urgencias. Una conductora choca contra un cortejo fúnebre, nada más y nada menos que el de su propio padre (aún sin saberlo ella), y prácticamente toda su familia se ve afectada, excepto, en apariencia, su madre.
Además, April (Sarah Drew) es incapaz de mantenerse fuera de su zona de trabajo, mientras que Alex (Justin Chambers), ahora destinado a atender pacientes en la Clínica Denny Duquete (ironías de la vida), se arrastra como alma en pena por los pasillos del hospital.
Ya sabemos que no todo es drama, desastres, cesáreas y accidentes en esta serie así que, de vez en cuando, un capítulo más calmadito, no viene mal. Eso sí, algunas tramas debemos rescatar, y hablar de ellas porque… se avecinan curvas.
Ese “triángulo” formado por Mer (Ellen Pompeo), Riggs (Martin Henderson) y Maggie (Kelly McCreary) va a ser uno de los focos principales esta temporada. Y mientras que la doctora Pierce está preocupadísima por la actitud que Nathan pueda tomar con ella, después de rechazar salir juntos, al cardiólogo el único corazón que le interesa contestar es el de la doctora Grey.
Sin embargo, Mer está más reacia a reconocer (porque en el fondo, sabe que es así) que puede que esté empezando a sentir algo por Riggs. Y es lógico. La única relación con los hombres (en el sentido “físico”) que ha tenido después de la muerte de Derek (Patrick Dempsey) fue aquel affair con el médico militar (cuyo nombre no recuerdo) y no acabó precisamente bien. Ella se asustó, y lo echó de su casa (medio desnudo). Y después llegó Nathan, y la atracción se sentía desde el segundo uno, y ese escarceo (triple) en el coche, significó algo. Claro que él ha demostrado que pierde el culo por Mer, me gusta la actitud que tiene con ella.
Se hace el interesante pero, a la vez, la entiende. Porque el también ha sufrido la pérdida de la persona de la que estaba enamorado, y, es por eso, que considero que puede que sea la persona adecuada para que Meredith vuelva, otra vez, a enamorarse. Eso sí, conociendo a Shonda, ¿cuánto apostamos a que la novia de Nathan, hermana de Owen (Kevin McKidd), y aparentemente desaparecida, reaparece para dejarnos a todos pasmados?
Por otra parte, y el gran desgraciado de esta temporada, con quien Shonda no tiene ni la más mínima piedad, es Alex. El regreso de Arizona (Jessica Capshaw) y su felicidad duran nada, en cuanto se entera del altercado entre su discípulo y su compañero de piso, DeLuca (Giacomo Gianiotti).
Arizona, siempre llena de luz y alegría, reconoce que se encuentra entre la espada y la pared, y nos regala uno de esos momentos tan bonitos que a menudo comparten ella y Alex. Una de las amistades más puras y sinceras que tiene la serie que, esperemos, se conserve.
¿A vosotros qué os ha parecido el capítulo? ¿Os ha gustado? ¿Os gusta Nathan para Mer? ¿Será capaz April de mantenerse alejada del hospital? ¿Volverá Alex a su puesto de trabajo? ¡Animaros a comentar vuestras impresiones con nosotros!
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