La quinta temporada de las chicas de ‘Girls’ comienza uniendo a todos los personajes para una celebración muy especial. Las bodas son ese tipo de momentos de los que viven las series de televisión, y esta misma serie ya ha estado aquí con anterioridad, pero no ha decepcionado en absoluto.
La preparación para la boda de Marnie (Allison Williams) ha sido exactamente como nos esperaríamos que fuera, con la novia sufriendo altibajos emocionales y con una temática de Ralph Lauren que no podría ser de otra forma. Al fin y al cabo, ‘Girls’ es una historia sobre el crecimiento, envejecer y evolucionar, y no hay mejor recurso que una celebración así, marcando un antes y un después en la línea temporal de tu vida. Todas las chicas quieren madurar y sentirse bien consigo mismas, queridas, y es muy bonito que el capítulo se centre en cómo viven esta experiencia juntas aunque separadas. Una vez más nos damos cuenta de lo poco que tienen en común pero lo mucho que han aprendido entre ellas – las damas de honor no podrían ser otras.
La temporada pasada ya las colocó en posiciones de evolución asegurada con cambios decisivos. Ya sea con la nueva carrera de Shosh (Zosia Mamet) en Japón, la nueva relación de Hannah (Lena Dunham), la búsqueda de objetivos y resolución de Marnie y la llamada a la realidad de Jessa. Parecía que la catarsis estaba a la vuelta de la esquina, pero la vida de las chicas nunca es perfecta, e incluso un día tan bonito como el de una boda puede arreglarlo. Avanzan dos pasos y retroceden uno, pero es a lo que estamos acostumbrados.
Obviamente tenía que llover. Porque si la madre naturaleza no tiene un susto pensado para potencialmente arruinar una fiesta como esta, sobre todo para Marnie, ‘Girls’ no sería ‘Girls’. Es un recurso muy utilizado, con eso de que si esperas a que se acabe la tormenta, lo bueno puede empezar, pero lo abordan de una manera muy divertida. Si Jessa entra a la sala con flores en el pelo después de haberse bañado en un río, lo aceptamos como un regalo. Si Marnie llora frente al espejo y derrite sus siete capas de maquillaje, lloramos también, pero de la risa sobre todo. Son todas tan imperfectas que si Hannah lleva una sudadero que lee “I Woke Up Like This”, a la vez nos lo creemos y la admiramos. Son irritantes y que la estética de la boda de Marnie sea “mujer cristiana blanca” es para poner los ojos en blanco, pero funciona.
No mucho ocurre en el capítulo, y transcurre en muy poco tiempo en un mismo lugar, y eso es lo que hace que sea tan efectivo. Hay un límite de tiempo (la boda) y ayudantes externos (Mamá Marnie (Rita Wilson) y la maquilladora de Sophia Bush (Bridget Everett), pero hay suficiente de todo para tener una crisis existencial por persona. Desi (Ebon Moss-Bachrach) ha estado a punto de casarse ocho veces, y por lo último que supimos de él, dejó plantada a Marnie después de una conversación con Ray (Alex Karpovsky), pero éste último es el único que puede hacerle entrar en razón. Todo esto, claro, en el agua y mientras llueve, porque aquí son todos muy bohemios y prácticos. Habíamos visto las fotos promocionales de la temporada así que no podía sorprender que la boda iba a llegar, pero aún así han conseguido que nos quedara la duda latente hasta el último momento. Solo esperemos que no desaparezca más adelante, que nadie puede decir que no podría pasar…
La novia también tiene una crisis porque aparte de ser la novia es Marnie, y como no podía ser de otra forma desembocamos en una de las ya míticas sesiones de pelea entre amigas sobre cosas que no tienen nada que ver con la situación actual. ¿La diferencia? Que Hannah se calla, da la razón y consiguen entre todas arreglar el estropicio de la maquiladora. Esto implica que nadie le ha dicho a Marnie que el anillo que lleva lo compró Desi para Clementine, pero por una vez el guardar algo así parece más una decisión madura que una mentira deliberada.
¿Qué os ha parecido la vuelta? ¿Os ha sorprendido la relación entre Jessa y Adam (Driver)? No hay más incesto entre este grupo de amigos porque no hay más personas, pero quién sabe, igual esta es la temporada en la que todo cambia. ¿Cuál ha sido vuestra parte favorita? Personalmente me quedo con el intercambio entre Fran (Jake Lacy) y Adam que como Ray describe, parece “un poema de E.E. Cummings”. Maravilloso. ¿Comentamos?