Algún día tenía que llegar. Hemos llegado al final de la segunda temporada de ‘Galavant’, todo lo bueno se acaba, y ¡vaya si es bueno! Además, nos devuelven el épico tema de apertura de la serie. La aventura medieval en clave de comedia nos ha alegrado la entrada de año y cruzamos los dedos por que lo haga muchos más años. ¿Comentamos?
‘Galavant’ es una comedia disfrazada de historia épica de aventuras; y quizás en esa descripción se encuentre la palabra clave de esta serie: épica. Tras diez intensos e hilarantes capítulos, echando la vista atrás solo retenemos grandes momentos, grandes canciones, grandes coreografías, incluso puntos de inflexión en el argumento. Hacer una comedia no es sencillo, mucho menos incluyendo un contexto medieval que añade parodia y absurdo al argumento. Si suena complicado, imaginaos cómo puedo ser desarrollarlo, y más de esta manera (brillante).
Todo está alineado para el final perfecto, aunque la cifra de espectadores puede palidecer un poco debido al éxito rotundo de Grease: Live en FOX. Nos devuelven LA canción, el tema musical de la primera temporada que ya asociamos a la serie y no podemos dejar de canturrear, pero esta vez la letra cambia y sirve a modo de resumen de los capítulos anteriores para que no nos perdamos detalle (y hay una repetición al final, a modo de despedida de la temporada. La cosa promete.
Tenemos una guerra pendiente, y mientras Madalena (Mallory Jansen) y Wormwood (Robert Lindsay) quieren salvar su pellejo y ver cómo fluye la sangre desde un sitio seguro y digno de la realeza más vanidosa, Gareth (Vinnie Jones) decide quedarse a luchar. Esto provoca la mayor rencilla entre él y Madalena, que con cada episodio se vuelve más mezquina.
En la guerra no solo hay lugar para la lucha, sino que también tenemos dos reconciliaciones maravillosas. Por una parte, la más esperada de la temporada: Isabella (Karen David) y Galavant (Joshua Sasse), aunque la primera reacción de la princesa es darle un par de pares de bofetadas; y, por otra parte, nuestro segundo bromance favorito: Richard (Timothy Omudson) y Gareth.
Con Wormwood controlando el ejército de muertos vivientes, nuestro grupo de «chicos buenos», entre los que ahora se encuentra Gareth, se resguardan tras el muro. Madalena le da una oportunidad a su amado para volver con ella y estar a salvo, pero él la rechaza, fiel a su amigo. Cuantas más muestras de cariño hay entre los demás personajes, más viperina se vuelve la reina mala.
He de destacar también que una de las cosas que más me gustan de ‘Galavant’, una de las muchas, es la constante referencia a sí misma como producto de televisión, estableciendo una relación de complicidad con el espectador que, además de hacernos partícipes y romper la cuarta pared, se busca con intención de hacer gracia… Y lo consiguen.
Huelga decir que todo acaba de maravilla para nuestros protagonistas, y que… ¡hay boda! Por fin, después de tantas complicaciones para encontrar el amor, Galavant consigue ser feliz con la mujer de su vida; y por fin se dan su primer beso bueno. En esta temporada ya se había hecho alusión al beso de la temporada anterior como «no el mejor beso del mundo» y en el episodio nueve hace hincapié en ello pero Galavant responde que tienen toda la vida para trabajar en ello. L’amour.
Así que ya veis: guerra, muertos vivientes, canciones, referencias a sí misma, reconciliaciones, amor, amistad, ‘flashbacks’ de infancia… ¿Falta algo? Pues sí, podría decirse que lo más importante del capítulo: un dragón. Más bien, el dragón, Tad Cooper. Parece ser que Richard no solo es el rey definitivo de la serie, sino que va a terminar evidenciándose como el personaje más inteligente.
Hasta aquí hemos llegado con ‘Galavant’ por ahora. Desde luego, la serie ha hecho todo lo que ha estado en su mano para ganarse una renovación y deleitarnos un año más. Una joya que hace que empecemos mejor la semana, que el lunes sea menos lunes, que adquiramos buen humor. ¿Qué es lo que más echarás de menos de la épica serie?
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