Ahora que se ha confirmado la renovación de ‘Fuller House’ para una segunda temporada, podemos comentar el final de la primera con más tranquilidad y con la misma ilusión y nostalgia que hemos comentado el inicio y mitad de la misma. Hemos podido ver triángulos amorosos, fiestas exóticas y decisiones complicadas. ¿Te animas a compartir tus impresiones con nosotros?
Your list will get even fuller.
Season 2. Coming soon to . 👍❤️🏠
— Fuller House (@fullerhouse)
Con este tuit confirmaba Netflix algo que tenía al reparto y a los seguidores en vilo, ¡podremos disfrutar de una segunda temporada de ‘Fuller House’ o ‘Madres forzosas’! A pesar de las críticas recibidas por algunos medios, las protagonistas ya adelantaban que no era una serie para la crítica, sino para los fans y los espectadores (en IMDB roza el 8 de 10); además, la producción ha sido una sensación en las redes sociales, lo cual ha afianzado esta decisión. ¡Genial!, ¿verdad?
Comentemos lo que ha pasado en los últimos episodios. D. J. (Candance Cameron) se encontraba entre la espada y la pared, entre Matt (John Brotherton) y Steve (Scott Weigner). Matt decide compartir la clínica veterinaria con ella y mudarse a San Francisco y Steve… Bueno, es Steve, venera a D. J. y es más tierno que una lechuga. Sin embargo, la mayor de las Tanner no se decide por ninguno de los dos y nos hemos quedado un poco a medias con esta trama, ¿la recuperarán en la siguiente temporada? No obstante, a pesar del final insípido, nos ha dejado momentos divertidos, ¿verdad? ¿A quién habrías elegido tú?
Stephanie (Jodie Sweetin) sigue siendo el alma de la fiesta y la gran novedad es que se ha convertido en socia de Kimmy (Andrea Barber) en su negocio de planificación de eventos. Sí, has leído bien, Steph y Gibbler han de esforzarse y mantener estable su extraña relación para hacer que el negocio funcione. Maravilloso, ¿eh? Destacar la fiesta india que preparan, ¡vaca exótica y baile coreografiado incluidos!
Por su parte, Kimmy se rinde a los esfuerzos de Fernando (Juan Pablo Di Pace) y la pareja acaba por reconciliarse. Como ya hemos comentado, el exmarido y nuevo marido de Kimmy es una gran incorporación a la serie, y podemos estar seguros de que sus singularidades continuarán amenizando los episodios que siguen a los que hemos disfrutado. La segunda boda de este excéntrico par la oficia, ni más ni menos, ¡Joey! (Dave Coulier).
Hablando de Joey, sigue siendo destacable la euforia que provocan las apariciones de los personajes principales de los noventa, aunque sean a modo de cameo. ¿Seguirán apareciendo tanto en la siguiente temporada? ¡Esperamos que sí! O que incluso se muden a la casa de al lado. Vale, quizás esto último sea excesivo, es la emoción hablando.
No podemos olvidar uno de los momentazos que conjugan lo nuevo con lo viejo: Fernando llamando tío Jesse al tío Jesse (John Stamos) y, ante la sorpresa de éste, justificándose como cualquiera de nosotros lo haría:
Hablando del pasado, una de las grandes especulaciones o esperanzas desde que ha salido la noticia de la segunda temporada es un posible acuerdo con una de las gemelas Olsen para que el personaje que ambas encarnaban, Michelle, vuelva a la pequeña pantalla. No han faltado las referencias a este personaje, en varios tonos, ¿crees que esto ayudará a que firmen con la producción o se habrán desvinculado totalmente de ella?
Hablando de los pequeños de la casa, todo sigue su curso. Jackson (Michael Campion) con Lola (Ashley Liao), Ramona (Soni Bringas) aunando lo mejor de su madre y de su padre, Max (Elias Harger) alegrándonos a todos el día -y la vida- y el bebé, Tommy (Dashiell y Fox Messitt) enterneciendo la serie.
Esto ha sido todo por esta temporada. Lo cierto es que trece capítulos de veinte minutos cada uno saben a poco, sobre todo en una generación que parece no saciarse con las pequeñas dosis de nostalgia. ¿Esperas con ilusión la siguiente temporada o te parece que con esta hemos tenido suficiente? ¿Qué tramas plantearías tú en los nuevos capítulos? ¿Eres #TeamMatt o #TeamSteve? ¡Comenta con nosotros!