¡Ha vuelto! La franquicia de ‘The Walking Dead‘ ha vuelto a nuestras vidas después de unos cuantos meses de sequía, a través de ‘Fear The Walking Dead‘ podemos volver a experimentar esa subida de adrenalina… ¿o no?
En un clásico de esta serie y, sobretodo su serie madre, que ha tenido más tiempo para convertir cosas en clásicos- el capítulo se ha centrado en Nick (Frank Dillane) que, separado del resto de su familia, ha estado dando vueltas por el desierto y al borde de la muerte durante 40 minutos. Se ha encontrado en este tiempo con los diferentes tipos de personajes que hemos visto ya en este universo alternativo: los malotes, los indefensos, los zombies y los que son malotes pero además ayudan. Hay algo de misterio en toda esta trama y es, probablemente, por el tema de la veneración a los muertos. Algo que nos cuesta mucho entender pero que, al mismo tiempo, nos atrae. Como todas las religiones, es fácil ver los signos si crees en ellas. Hoy Nick ha visto como al rezar, los muertos andantes se han alejado de él permitiéndole después unirse al grupo. Verdadero boy scout este niño.
También hemos visto cómo prácticamente todo el mundo que le ha herido o amenazado ha recibido lo que le correspondía de la mano de los muertos vivientes.
Vaya plan que nos trae, parece imposible una vez llegado a ese punto volver atrás pero… Incluso en ‘The Walking Dead‘, que nunca han explorado este punto de vista, han tenido momentos en los que rechazaban matar zombies asegurando que, de alguna forma, seguían siendo humanos y seguía siendo asesinato. Esto por supuesto siempre o casi siempre ha terminado con alguien muerto pero eso no es lo que le deseamos a nuestro querido Nick.
‘Fear The Walking Dead‘ sabe la importancia que tiene este personaje y quizás por eso ha decidido volver a las andadas con él. Hay mucha gente que desprecia esta manera de hacer televisión que tiene FTWD y su serie madre, la de centrarse en personajes y explorarlos muy a fondo hasta casi rozar el aburrimiento, para luego regalar un par de escenas histéricas y hacer así un buen punto medio en una temporada. Y se desprecian a sí mismos porque siguen viéndolo. Personalmente, yo lo encuentro interesante y refrescante cuando los personajes en los que nos centramos lo son. Odiaría un capítulo centrado en Travis (Cliff Curtis) porque, sinceramente, no le trago desde el minuto uno. En cambio Nick con su particular carácter y fortaleza, con sus gestos y amaneramiento… Es difícil no interesarse.
Así que sí, empieza de nuevo la temporada y, si no fuera porque le cogimos cariño a Madison (Kim Dickens) y Alicia (Alycia Debnam-Carey) no nos importaría nada quedarnos solo con Nick. Eso sí, pensar que tendremos capítulos de Travis y Chris (Lorenzo James Henrie)… Se me cae el alma al suelo.
Volviendo al capítulo, ha sido interesante volver a ese primer zombie que fue Gloria (Lexi Johnson) y su historia con Nick. Sinceramente, se nos había olvidado y no entendemos muy bien porqué se acuerda de ella ahora. Está claro que la similitud entre situaciones -drogadicción y el final del mundo- no existe tanto como quieren vendérnoslo, pero sí que vemos la referencia a esa debilidad y, al mismo tiempo, fortaleza en las ganas de abandonarse a algo. Cuando podía eran las drogas, ahora que no puede es una religión. El ‘showrunner‘ Dave Erikson ha confesado a EW que traer a la novia es “una manera de explorar la culpabilidad y el sentido de responsabilidad” de Nick. También hemos aprendido cómo murió el padre de los chicos, algo que no estoy segura de que supiéramos.
Hay teorías por ahí de que esta serie esté explorando algo de la “mitología” de los cómics de Robert Kirkman, los conocidos como Whisperers que viven como animales y se visten con la carne y las calaveras de los muertos… ¿Podría ser?
En definitiva, ha sido un buen capítulo, pero de esos que cuesta apreciar porque la verdad es que no ha pasado mucho. ¿Quién quiere ver a un hombre bebiendo pis? Nadie.
¿Qué os ha parecido? ¿Vais a seguir viéndola o mejor pasando? ¿Os la tragaréis porque de momento no hay mucho más que ver?
¡Hasta la semana que viene!
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