Tan solo llevamos dos capítulos de esta tercera entrega de ‘Empire’ y parece que los Lyon no se fueron nunca de vacaciones. En esta ocasión el amor del pasado y del futuro que surge en las vidas de la familia es el verdadero protagonista.
Estamos tan acostumbrados a que el drama y las desgracias copen prácticamente todos los capítulos de ‘Empire’, que uno en el que la dosis es más baja se nos hace hasta raro. Aún así, es de agradecer que tras el inicio de temporada tan brutal que tuvimos la pasada semana las cosas estén un poco más calmadas en la familia Lyon.
Cookie (Taraji P. Henson) parece más dispuesta que nunca a dejar de una vez y para siempre a Lucious (Terrence Howard) y, seamos sinceros, ojalá esta vez sea la definitiva y sus sentimientos por él terminen desapareciendo. Queremos mucho a Cookie y se merece ser muy feliz, pero no con Lucious quien, todo hay que decirlo, ha estado en este episodio más tranquilo de lo habitual. Al menos hasta el momento en el que Cookie y Angelo (Taye Diggs) han hecho migas.
También podemos decirlo, desde luego en intentos Lucious no se ha quedado corto. Regalos constantes llevados a la puerta de tu misma casa, un concierto privado, una estatua, una nespresso…Pero Cookie sigue cerrada en banda, a pesar de que no dejamos de ver flashbacks de cuando se conocieron años y años atrás. ¿Volveremos a ver al matrimonio Lyon en paz y armonía o Cookie conseguirá quitarse de encima a Lucious para siempre?
Y el otro que está a punto de meterse en problemas amorosos es Hakeem (Bryshere Y. Gray), quien empieza a formar un equipo muy bueno con Nessa (Sierra Aylina McCline) y da la impresión que a sentir algo más por la joven cantante. El problema parece ser Shyne (Xzibit), quien es tan buen productor como celoso y el simple hecho de que alguien mire a su hermana le saca de sus casillas. Para colmo Hakeem está bastante alejado de sus deberes como padre, bien por trabajo acumulado, bien por miedo, bien por, como siempre, culpa de Lucious y su entrometimiento, pero el pequeño de los Lyon pasa más tiempo en un estudio metido que acunando a su pequeña hija.
Precisamente donde la pequeña reside ajena a todo, Anika (Grace Gealey) y Lucious descubren que estaban siendo espiados. ¿Saben que fue Tariq (Morocco Omari) quien implantó cámaras en ese muñeco? El matrimonio de ambos para evitar que Anika testificara acabará explotando por alguna parte, y lo peor es que probablemente salpique a cualquiera que se acerque a la familia, razón por la cual conocidos como Becky (Gabourey Sidibe) pueden estar a punto de abandonar el barco de Empire, a sabiendas de que con el FBI de por medio cualquier carrera de cualquier persona con relación con los Lyon puede irse al garete.
Otros que habían tocado fondo y que tenemos fe de volver a ver en su máximo apogeo son Jamal (Jussie Smollett) y André (Trai Byers). El mayor de los Lyon necesitaba ayuda con urgencia y Jamal apareció en el momento justo para evitar que se le fuese la cabeza, pero cuando todo comenzaba a estar de nuevo en orden, la policía hace acto de presencia de una forma muy racista (y real) para tirar toda esa tranquilidad a la basura. ¿Tendrá problemas serios André por esto? ¿Qué clase de justicia hace que un hombre que no ha hecho nada sea arrestado a punta de pistola en la puerta de su casa? Mientras tanto, Jamal confirma lo que ya nos temíamos: no es capaz de actuar en un escenario. El shock post-traumático, el miedo escénico, el recuerdo de los flashes y Freda (Bre-z)….son demasiadas cosas que aún no ha superado y necesitamos que lo haga pronto.
¿Qué os está pareciendo este regreso de ‘Empire’? ¿Veis la serie a la altura de sus predecesoras o aún es muy pronto para decirlo? ¿Es cosa mía o Cookie está más deslumbrante y guapa que nunca?