Qué complicado es mantener el nivel de buenas tramas, equilibradas entre el drama y la comedia, después de 18 temporada. Y debemos confesar que este año, a ‘Cuéntame cómo pasó’ le está costando seguir a flote, a pesar de sus buenas audiencias. Si aún no habéis visto, no sigáis leyendo, esta entrada podría contener spoilers.
Dos escenarios: Sagrillas y San Genaro.
En el pueblo Antonio (Imanol Arias) y Carlos (Ricardo Gómez) tienen, para variar, un enfrentamiento con los vecinos, esta vez por la inminente construcción de un cementerio nuclear que, aparentemente, dará trabajo a toda la localidad de Sagrillas.
Mientras tanto en Madrid, Merche (Ana Duato) debe decidir si hacerse la reconstrucción de pecho y entrar en el programa que le ofrecen, a pesar de todas las dificultades que ello pueda conllevar.
La verdad es que estos últimos capítulos de Cuéntame se nos están haciendo más cuesta arriba de lo que deberían… Y no sabemos si es porque esta temporada ha faltado definir una trama principal, porque sabemos que hay algunos personajes que nos van a abandonar, y no de la mejor manera, o simplemente porque los guionistas no han estado tan atinados como en otras ocasiones.
En Sagrillas se vuelve a liar una buena, y no sólo porque los habitantes del pueblo se crean que la construcción de un cementerio nuclear es lo mejor que les podría pasar en la vida (manda narices), sino por como perjudicará al resto de negocios cercanos ese cúmulo de químicos nocivos y peligrosos.
Por supuesto, Antonio y, por defecto, Carlos se ven involucrados, e intentan hacer entrar en razón a todo Sagrillas. ¿Qué se les ocurre entonces? Pues llamar a Mauricio, el marido de Karina (Elena Rivera), para que saque su vena ecológica e intente hacerles entender que el cementerio no hará más que cavar sus propias tumbas.
Pero lo único que consiguen llamando a Mauricio es calentar aún más los humos de los vecinos, enfadar a Mauricio y que él y Carlos acaben a puñetazo limpio. Dos hombres y un destino: Karina y la pequeña Olivia, ¿quién ganará?
Y por otra parte, en Madrid, Merche nos enseña su lado más valiente una vez más, dando el paso y tomando la decisión de reconstruirse el pecho, entrando así en un programa de prueba para ver cómo funcionan las reconstrucciones después de un cáncer. Una trama como esta, tan feminista, movilizadora y cercana para muchos debería tener más protagonismo que la continua guerra de Segrillas, o esa especie de sketch que han querido montar con Don Froilán y Herminia (María Galiana) y su premio de lotería.
¿A vosotros qué os ha parecido el capítulo? ¿Os ha gustado? ¿Está perdiendo el fuelle esta temporada? ¿Conseguirá remontar con estos capítulos finales? ¡Animaros a comentar vuestras impresiones con nosotros!