Todos sabemos que cuando en una relación llega el momento en el que tu familia y la familia de tu pareja se tienen que conocer, será un momento muy tenso. Pero claro, puede salir bien o puede salir mal… O sino, que se lo digan a los Alcántara. Si aún no habéis visto el capítulo, no sigáis leyendo, esta entrada podría contener spoilers.
El capítulo arranca con el funeral de Tino, el novio de Marcelo (Nao Albet), una de las tantas víctimas que el SIDA se cobró en los 80. Pero Marcelo parece dispuesto a honrar la memoria de su novio, e incluso se planta en el funeral, acusando a su madre y a su familia de hipócritas.
Mientras tanto, en San Genaro el miedo al violador que atacó a Clara (Silvia Espigado) vuelve cuando otra chica es atacada. Así, todas las que conocen qué pasó con Clara, insisten en que debe hacer una denuncia, y no dejar que el delincuente salga impune.
Además, los Alcántara se preparan para una cena familiar muy importante: conocer, por fin, a la familia de José Ignacio (Jordi Rebellón), antes de su boda con Inés (Irene Visedo).
Como siempre, Cuéntame vuelve a fusionar realidad con rutina a la perfeccione, y funde en la trama de este capítulos ambos elementos con un resultado excelente.
¿El lado más triste? Viene dado, por supuesto, por la muerte de Tino, personaje al cual nunca llegamos a conocer pero que, sin embargo, es la primera víctima cercana a Carlos (Ricardo Gómez) que muere a causa del SIDA. Por supuesto que el contagio de esta enfermedad estaba casi tan a la orden del día como lo estaban las drogas. El poco cuidado a la hora de tener relaciones, el compartir las «jeringas» con las que la gente se drogaba… Eran las principales culpables de que en los 80, junto a la sobredosis, España se empezara a convertir en un país cementerio.
Y así es como nos acerca Cuéntame a esta realidad que se vivió en aquellos años. ¿El alivio? Marcelo parece, de momento, no estar infectado, según confirma y afirma él mismo y sus amigos. Pero Marcelo vive también su propio calvario, no sólo por mantener el duelo tras la muerte de su pareja, sino por los cuchicheos, las críticas, la gente que señala… El desconocimiento y la ignorancia son armas muy peligrosas y muy poderosas, y, si aún por encima, pertenecías a lo que los catetos llamaban «desviados», estabas destinado a ser casi un marginado
En San Genaro, por su parte, tampoco ganan para disgustos. Nosotros nos seguimos preguntando si puede ser que el nuevo novio de Pili (Lluvia Rojo) sea el posible «violador de Preciados» que aterroriza a las mujeres del barrio. Y después de que una vecina sea atacada, tanto Merche (Ana Duato), como Nieves (Rosario Pardo) y Herminia (María Galiana) instan a Clara para que reúna el valor suficiente para denunciar la agresión que sufrió en la Iglesia.
Y para ello toman la decisión de plantarse en la comisaría, no sólo Clara como damnificada, sino también Merche, en calidad de apoyo moral, y doña Herminia, el padre Froilán (Antonio Canal) y Richi (Javier Ambrossi), como testigos de que, en efecto, un hombre casi viola a la pobre Clara.
Pero no hay que olvidar que ya habíamos vivido el desprecio que sufrían numerosas mujeres en aquella época al ir a denunciar una agresión de tipo sexual. Karina (Elena Rivera) había sido víctima de una discriminación y casi, acusación por provocar a su ex-padrastro, quien había intentado abusar de ella. Y aunque Clara también debe pasar por ese mal trago, lleva con ella un arsenal de amigos dispuestos a defenderla hasta la muerte.
Ahora el tema que ha protagonizado la mayor parte del capítulo ha sido la dichosa cena familiar en la que, por fin, los Alcántara conocerían a la familia de José Ignacio. Aunque, visto lo visto, mejor ni haberlos conocido. Si Inés no tenía suficiente con tener que lidiar con una hijastra (Luchi (Elisabet Larena)) malcriada, caprichosa y maleducada, a la que pilla en plena faena con el chófer, ahora debe enfrentarse a la suegra.
¡Y vaya suegra! Mirad que ya nos apiadábamos de Merche por haber tenido de suegra a Doña Pura (Terele Pávez) (un minuto de silencio por este GRANDIOSO personaje), pero lo de Inés es ya de otro mundo. No sólo su suegra es empeña en cambiarle el nombre por cualquier otro que no tiene nada que ver, sino que, además, se dedica a ningunearla sin tan siquiera darle una pequeña oportunidad. Aunque, claro, a ello también contribuyen Tito, su futuro cuñado, y, como no, la hijastrísima Luchi.
Aunque, claro, ¿quién se atrevería a desprestigiar a Inés delante de su padre? Claramente alguien que no conoce a Antonio Alcántara (Imanol Arias). No sólo le están tocando la fibra sensible de su primógenita, sino también, la de su Inés. Y es que aunque Antonio quiera a todos sus hijos, la conexión que tiene con Inés, es especial. Así, Antonio pone las cartas sobre la mesa, y no tarda ni cinco minutos en cantarle las cuarenta a su consuegra, a sus hijos y a su «nietastra». Olé, olé, y más olé, Antonio.
Pero también tenemos que darle su momento a José Ignacio. El pobre «Pachín» carga no sólo con la cruz de un desastre de hija, sino también, con una familia que manda narices… Aunque ha dejado claro que no va a permitir que humillen a su futura mujer, nadie, ni su madre ni su hija, ni nadie. La verdad que, olé tú José Ignacio.
¿A vosotros qué os ha parecido el capítulo? ¿Os ha gustado? ¿Quién es el «violador de Preciados»? ¿Volverán a tocar el tema del SIDA? ¿Qué ha pasada para que Karina se marche sin avisar a Carlos? ¿Renunciará José Ignacio a su familia por Inés? ¡Animaros a comentar vuestras impresiones con nosotros!
